Gackt's BedRoom
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Re: Gackt's BedRoom
Era viernes por la madrugada...un día sin duda muy concurrido por clientes de todo tipo y con toda clase de peticiones diferentes.
Había perdido la cuenta de cuantos tragos y cuantos aperitivos había tenido que servir, de a cuantos clientes había tenido que atender sin importar lo ebrios e insoportables que estuvieran. Ahora solo quería salir de ahí, escapar de la bulliciosa sala en la que estaba. Así que cuando uno de los supervisores de esa noche pregunto por algún voluntario para llevar un sobre importante a la mansión principal...no dude en ofrecerme para dicha tarea, tomando rápidamente el sobre y después de "escuchar" instrucciones a medias salir del casino con dirección a los automóviles privados que eran destinados a nuestra transportación. En cuanto subí a este no fue necesario nada más que enseñarle el sobre al chófer para que arrancara con dirección a la mansión.
Al parecer el sobre que tenía en mis manos se trataba del informe semanal de nuestro..."grupo" de trabajo, así que tenía que ser entregado personalmente a GACKT-san.
El trayecto fue largo pero tranquilo debido al poco transito de vehículos, así que en cuestión de 20 minutos ya me encontraba en la puerta principal de mi destino.
No queriendo perder más tiempo baje del auto, adentrándome entre la grande construcción que tenía frente a mis ojos. Nunca antes había estado ahí, así que mis pasos eran ligeramente inseguros, incluso llegando a tener un titubeo antes de entrar por la puerta donde uno de los sirvientes esperaba.
-Necesito entregarle personalmente este sobre a GACKT-san...-hablé firmemente sabiendo que aquella tarea era bastante importante como para dejarla por un estúpido nerviosismo mio.
Un suspiro de alivio salio de mis labios cuando por fin el sirviente asintió, indicándole a un par de guardias que me escoltaran hacia las escaleras que dirigían directamente con la habitación de aquel hombre. Al llegar al último escalón me advirtieron que en cuanto acabara con mi tarea saliera tan rápido como entre, cosa a la que solo asentí en total silencio.
Avancé unos pasos más, topandome con la puerta entre-abierta de la habitación, permitiéndome asomarme hacia el interior. -GACKT-san?~- murmuré abriendo un poco más la puerta, encontrándome con la habitación totalmente...vacía.
Por inercia comencé a moverme, entrando en silencio al lugar, recorriendolo todo con la mirada quedando impresionado por la elegancia...la sensualidad que despedía.
Decidí esperarlo ahí hasta que llegara, así que al visualizar un pequeño sillón dentro de su closet no dude en ir hacia este. Pero no contaba con que al entrar mi fosas nasales se llenaran del característico y fuerte olor de su colonia impregnada en cada prenda.
De manera irresponsable aventé el sobre en el sillón sintiendo una especie de atracción por ese olor, como si fuera una especie de embrujo que me orillaba a caminar hacia uno de los elegantes sacos negros que colgaban perfectamente ordenados en ese armario. Estirando una de mis manos tome dicha prenda, llevando la manga hacia mi nariz para aspirar suavemente, llegando a sentirme un poco...débil? No sabía como explicarlo, pero mi mente había perdido la concentración con la que había entrado, haciendo que olvidara por completo mi tarea y aquella amenaza de los guardias de salir rápido de ahí.
Deje que mis dedos vagaran por las prendas consecuentes, llegándome a topar con una camisa mal colgada, misma que cayo irremediablemente del gancho y aterrizó sobre de mi, quedando como si aquellas mangas fueran brazos que rodeaban mi cuerpo. Una traviesa idea se origino en mi cabeza a causa de eso, y por más que quería apartar esos pensamientos ya me encontraba demasiado envuelto como para volver atrás. Además tan solo necesitaba un poco de tiempo...pensando que quizás el no se aparecería en poco tiempo por su habitación.
Volví al sillón solo para dejar la camisa ahí, dando vistazos hacia todos lados antes de comenzar a desabrochar el chaleco negro que llevaba, siendo esta la única prenda que cubría mi torso, por lo cual no fue difícil quedar semi-desnudo en un instante. De igual rápida manera me coloqué su camisa, abrochando descuidadamente los botones sin siquiera percatarme de si lo hacía el orden correcto. Cuando terminé con esa prenda me acerque al espejo de cuerpo completo que tenía frente a mi, observando con detenimiento como lucía con esa prenda tan diferente a la que yo usaba día a día, pero sobre todo notando lo ancha que era por los hombros, dejando entre ver la musculatura del cuerpo de su dueño...GACKT...a él solo lo había visto un par de veces, pero tan solo tuve contacto con él cuando fui "contratado" al casino, quedando impactado de inmediato por él.
Suspire pesadamente, sacudiendo un poco mi cabeza de un lado a otro, sintiéndome listo para dejar toda esa locura y dejar la camisa en su lugar antes de ser descubierto. Pero cuando baje la mirada para desabrochar los botones me di cuenta del ligero pero sin duda notable bulto que se dejaba entre-ver a causa de mis pegados shorts de cuero, sabiendo que sería imposible ocultar ese detalle. -Demonios!- dije para mi, llevando una de mis manos a mi cabello para despeinarlo superficialmente intentando buscar de esa manera alguna respuesta para el problema en el cual me había metido.
Podía dejar los papeles y huir de ahí antes de ser visto pero correr el riesgo de ser despedido por no haber cumplido bien con lo encargado. Aunque de igual manera acabaría mal sin importar cual fuera la solución. Así que me deje llevar por quizás la idea más tonta...más arriesgada y casi suicida, pero sin duda...la más placentera y la única que sonaba bien en mi mente.
Sin despegar mi vista del espejo, baje mis manos hasta mis shorts, tirando de ellos con facilidad, causa que cayeran por mis rodillas y hasta mi tobillos. No llevaba ningún tipo de ropa interior así que de inmediato la tela de la larga camisa se rozo con esa sensible zona, despertandola más y más.
En mi mente tenía bien claras las imágenes de aquel hombre, sobre todo de su voz y de la forma seria de dirigirse hacia mi, haciendo que me preguntara como sonaría mientras se quebraba en medio del placer, o mejor de todo...como sonaría al darme todo tipo de ordenes que yo con gusto llevaría a cabo.
Con todo eso envolviéndome en un placentero remolino, subí mi mano derecha hacia mi nariz, aspirando directamente de la manga de la camisa, llegando incluso a tomar la tela de vez en cuando entre mi boca, como si fuera su piel, su esencia, su sudor lo que corría por mis labios. Ahora me sentía incapaz de retenerme, así que sin más baje mi mano libre hacia mi entrepierna, tomándola con fuerza desde la base, comenzando a mover mi mano lentamente hasta llegar a mi glande, empapando mis dedos de liquido para volver a bajar en esa lenta tortura que yo mismo me había impuesto, imaginando que así sería estar con él.
Sumido en las sensaciones cerré levemente mis ojos, olvidándome del lugar donde estaba y solo dejándome llevar por ese terrible pero delicioso...error.
Había perdido la cuenta de cuantos tragos y cuantos aperitivos había tenido que servir, de a cuantos clientes había tenido que atender sin importar lo ebrios e insoportables que estuvieran. Ahora solo quería salir de ahí, escapar de la bulliciosa sala en la que estaba. Así que cuando uno de los supervisores de esa noche pregunto por algún voluntario para llevar un sobre importante a la mansión principal...no dude en ofrecerme para dicha tarea, tomando rápidamente el sobre y después de "escuchar" instrucciones a medias salir del casino con dirección a los automóviles privados que eran destinados a nuestra transportación. En cuanto subí a este no fue necesario nada más que enseñarle el sobre al chófer para que arrancara con dirección a la mansión.
Al parecer el sobre que tenía en mis manos se trataba del informe semanal de nuestro..."grupo" de trabajo, así que tenía que ser entregado personalmente a GACKT-san.
El trayecto fue largo pero tranquilo debido al poco transito de vehículos, así que en cuestión de 20 minutos ya me encontraba en la puerta principal de mi destino.
No queriendo perder más tiempo baje del auto, adentrándome entre la grande construcción que tenía frente a mis ojos. Nunca antes había estado ahí, así que mis pasos eran ligeramente inseguros, incluso llegando a tener un titubeo antes de entrar por la puerta donde uno de los sirvientes esperaba.
-Necesito entregarle personalmente este sobre a GACKT-san...-hablé firmemente sabiendo que aquella tarea era bastante importante como para dejarla por un estúpido nerviosismo mio.
Un suspiro de alivio salio de mis labios cuando por fin el sirviente asintió, indicándole a un par de guardias que me escoltaran hacia las escaleras que dirigían directamente con la habitación de aquel hombre. Al llegar al último escalón me advirtieron que en cuanto acabara con mi tarea saliera tan rápido como entre, cosa a la que solo asentí en total silencio.
Avancé unos pasos más, topandome con la puerta entre-abierta de la habitación, permitiéndome asomarme hacia el interior. -GACKT-san?~- murmuré abriendo un poco más la puerta, encontrándome con la habitación totalmente...vacía.
Por inercia comencé a moverme, entrando en silencio al lugar, recorriendolo todo con la mirada quedando impresionado por la elegancia...la sensualidad que despedía.
Decidí esperarlo ahí hasta que llegara, así que al visualizar un pequeño sillón dentro de su closet no dude en ir hacia este. Pero no contaba con que al entrar mi fosas nasales se llenaran del característico y fuerte olor de su colonia impregnada en cada prenda.
De manera irresponsable aventé el sobre en el sillón sintiendo una especie de atracción por ese olor, como si fuera una especie de embrujo que me orillaba a caminar hacia uno de los elegantes sacos negros que colgaban perfectamente ordenados en ese armario. Estirando una de mis manos tome dicha prenda, llevando la manga hacia mi nariz para aspirar suavemente, llegando a sentirme un poco...débil? No sabía como explicarlo, pero mi mente había perdido la concentración con la que había entrado, haciendo que olvidara por completo mi tarea y aquella amenaza de los guardias de salir rápido de ahí.
Deje que mis dedos vagaran por las prendas consecuentes, llegándome a topar con una camisa mal colgada, misma que cayo irremediablemente del gancho y aterrizó sobre de mi, quedando como si aquellas mangas fueran brazos que rodeaban mi cuerpo. Una traviesa idea se origino en mi cabeza a causa de eso, y por más que quería apartar esos pensamientos ya me encontraba demasiado envuelto como para volver atrás. Además tan solo necesitaba un poco de tiempo...pensando que quizás el no se aparecería en poco tiempo por su habitación.
Volví al sillón solo para dejar la camisa ahí, dando vistazos hacia todos lados antes de comenzar a desabrochar el chaleco negro que llevaba, siendo esta la única prenda que cubría mi torso, por lo cual no fue difícil quedar semi-desnudo en un instante. De igual rápida manera me coloqué su camisa, abrochando descuidadamente los botones sin siquiera percatarme de si lo hacía el orden correcto. Cuando terminé con esa prenda me acerque al espejo de cuerpo completo que tenía frente a mi, observando con detenimiento como lucía con esa prenda tan diferente a la que yo usaba día a día, pero sobre todo notando lo ancha que era por los hombros, dejando entre ver la musculatura del cuerpo de su dueño...GACKT...a él solo lo había visto un par de veces, pero tan solo tuve contacto con él cuando fui "contratado" al casino, quedando impactado de inmediato por él.
Suspire pesadamente, sacudiendo un poco mi cabeza de un lado a otro, sintiéndome listo para dejar toda esa locura y dejar la camisa en su lugar antes de ser descubierto. Pero cuando baje la mirada para desabrochar los botones me di cuenta del ligero pero sin duda notable bulto que se dejaba entre-ver a causa de mis pegados shorts de cuero, sabiendo que sería imposible ocultar ese detalle. -Demonios!- dije para mi, llevando una de mis manos a mi cabello para despeinarlo superficialmente intentando buscar de esa manera alguna respuesta para el problema en el cual me había metido.
Podía dejar los papeles y huir de ahí antes de ser visto pero correr el riesgo de ser despedido por no haber cumplido bien con lo encargado. Aunque de igual manera acabaría mal sin importar cual fuera la solución. Así que me deje llevar por quizás la idea más tonta...más arriesgada y casi suicida, pero sin duda...la más placentera y la única que sonaba bien en mi mente.
Sin despegar mi vista del espejo, baje mis manos hasta mis shorts, tirando de ellos con facilidad, causa que cayeran por mis rodillas y hasta mi tobillos. No llevaba ningún tipo de ropa interior así que de inmediato la tela de la larga camisa se rozo con esa sensible zona, despertandola más y más.
En mi mente tenía bien claras las imágenes de aquel hombre, sobre todo de su voz y de la forma seria de dirigirse hacia mi, haciendo que me preguntara como sonaría mientras se quebraba en medio del placer, o mejor de todo...como sonaría al darme todo tipo de ordenes que yo con gusto llevaría a cabo.
Con todo eso envolviéndome en un placentero remolino, subí mi mano derecha hacia mi nariz, aspirando directamente de la manga de la camisa, llegando incluso a tomar la tela de vez en cuando entre mi boca, como si fuera su piel, su esencia, su sudor lo que corría por mis labios. Ahora me sentía incapaz de retenerme, así que sin más baje mi mano libre hacia mi entrepierna, tomándola con fuerza desde la base, comenzando a mover mi mano lentamente hasta llegar a mi glande, empapando mis dedos de liquido para volver a bajar en esa lenta tortura que yo mismo me había impuesto, imaginando que así sería estar con él.
Sumido en las sensaciones cerré levemente mis ojos, olvidándome del lugar donde estaba y solo dejándome llevar por ese terrible pero delicioso...error.
Koichi- 10 de Diamantes
- Localización : ~Dentro de tus sueños~
Re: Gackt's BedRoom
Había salido a reunirme con algunas personas por asuntos privados del casino sin embargo aquel día era… por llamarlo de alguna manera, especial.
Cada mes era entregado a “domicilio” el informe acerca de las ganancias que respectaban al mismo y aunque regularmente personas aburridas iban a dejarlo, me interesaba mucho estar puntual en casa para no dejar a aquellos extraños; solos y demasiado tiempo en mi habitación.
A pesar de mis intenciones, aquel día se me había hecho terriblemente tarde por lo que acabada la reunión me apresure a subir a mi choche e ir manejando hasta la gran mansión aunque podría decirse que lo hice con calma ya que en primera no quería accidentes y en segunda el trafico no ayudaba mucho a ir rápido.
Llame a la mansión para asegurarme de que el joven ya estuviese allí y si, cuando cuestione a uno de los empleados acerca de la llegada de el o la joven, me confirmo que ya había llegado además de darme información adicional que incluían el sexo y algunas cosas que el sirviente sabia a veces mi interesaban. Le pedí que estuviera al pendiente de lo que llegara a necesitar mi invitado pero que procurara no ser invasivo y sin más colgué, distrayéndome un poco con las señas que el sirviente había descrito.
Finalmente llegue a casa y ya no tan apresurado fui al bar para servirme un poco de whisky, me lleve el vaso conmigo y antes de subir las escaleras hacia mi habitación le di un pequeño sorbo.
Al llegar a la entrada de mi habitación opte por entrar de forma cautelosa ya que siempre me gustaba sorprender a quienes me esperaban, era divertido para mi poner nervioso a uno que otro empleado. Al abrir lentamente la puerta no pude encontrar a simple vista la silueta de aquella persona que se suponía me esperaba por lo que pensé que pudo haberse ido antes de entregarme los papeles en mano por lo que pensé en el despido de aquel elemento sin embargo pequeños suspiros se escuchaban en la habitación por lo que termine por entrar en la misma y gracias a alfombrado de mi habitación no tuve que caminar con demasiado cuidado.
Sin mucho trabajo en realidad, ubique a la persona que profería esos leves sonidos tan… exquisitos… y con algo de cuidado para no desconcentrarle de lo que hacía, me recargue en el marco de una de las puertas del closet mientras recorría con la mirada el cuerpo del otro; fijando la misma en principio sobre sus largas y delgadas piernas que estaban completamente descubiertas.
Lo que parecía ser una de mis camisas; cubría parte de su trasero y a pesar de lo holgada que le quedaba la camisa se podía notar la esbelta figura que era cubierta por la misma. La figura de su cuerpo incluso le daba un toque femenino a los movimientos de su cuerpo que por ahora parecían solo buscar su propio placer.
Aprovechando que mantenía sus ojos cerrados solo suspirando, di un par de pasos para acercarme al pequeño sillón dentro del closet y tome el sobre que había allí aun tomándome mi tiempo para ir a dejarle sobre uno de los muebles de la habitación para regresar a tomar asiento en el sillón teniendo aun solo la vista de su espalda. Tras estar viendo su espectáculo un rato y ya que ahora estaba prácticamente detrás de el decidí que era momento de una pequeña travesura.
Estire una de mis manos ya que a corta distancia, a mi costado derecho se encontraba un delgado pero amplio cajón donde guardaba un par de accesorios que a veces me gustaba usar, El cajón en principio estaba hecho para guardar los largos bastones que me gustaba usar solo por la impresión que le daban a los demás, ciertamente accesorios tan simples te hacían ver más elegante y bueno te servían para muchas otras cosas más que no estaban entre los usos típicos de un bastón. Tome uno de los bastones, bastante largo y con un mango a mi parecer bastante hermoso; por eso le había comprado. Tome el bastón por la punta para así dirigir el mango hacia el cuerpo del joven frente a mí y sin que el otro se diera cuenta le acomode entre sus piernas a poca distancia de su trasero pero aun sin llegar a tocar ninguna parte de su piel para que no se percatara que había alguien con él.
Di un trago mas al whisky y al mismo tiempo que movía el vaso de forma brusca para que los hielos al chocar con el cristal hicieran ruido que el otro perfectamente podría escuchar, termine por subir de “golpe” el bastón por entre sus piernas, dando un certero pero no muy brusco golpe con el mango del mismo sobre la zona de su periné. Solté una pequeña risa al notar el sobre salto del otro y con el mango del bastón fui recorriendo desde su periné, siguiendo la línea que separaba a sus glúteos hasta llegar al final de la misma casi hasta su rabadilla, notando como el mismo bastón levantaba mi camisa dejando al descubierto el trasero del chico.
Vaya… casi nunca mandan a alguien interesante a entregar papeles importantes, parece que hoy es mi día de suerte…
Dije en voz alta y retire mi bastón de aquel lugar no sin antes dar un pequeño golpe sobre uno de sus glúteos con el mango del mismo.
Me levante de mi asiento dejando aquel objeto sobre el sillón y también acomodando con cuidado el vaso donde llevaba el whisky pues no quería accidentes~ y me fui a colocar directamente a espaldas del chico para tomarle por las caderas y voltearle de forma un poco brusca, dejándole de espaldas contra el espejo. Levante una de mis manos y la lleve hacia su mentón para levantar su rostro y hacer que me mirara, acerque mi rostro al suyo, al grado de que podía sentir su respiración chocando en mis labios y seguramente el podía sentir la mía. Acerque mis labios a los suyos, amenazando con besarle sin embargo solo deje una pequeña lamida sobre su labio inferior para más tarde susurrar.
Y bueno ya que parece que te has “ofrecido” para dar un espectáculo… te dejare terminarlo.
Lleve mi mirada hacia los botones de mi camisa los cuales note que no estaban correctamente abotonados y lleve mis manos a estos para desabotonarlos y ya que la pequeña ranura que se formaba al dejarles simplemente desabrochados no me parecía suficiente, con las manos abrí la camisa para dejar al descubierto la piel de su torso así mas tarde retirando mis manos de su cuerpo no sin antes dar un par de maliciosos roces sobre sus pezones.
Me di la vuelta y me dirigí nuevamente hasta el sillón donde tome mi vaso y el bastón para volver a sentarme y así poder observar el espectáculo que parecía de improvisto me habían preparado.
Continúa…
Susurre a modo de orden antes de darle otro trago al whisky.
Cada mes era entregado a “domicilio” el informe acerca de las ganancias que respectaban al mismo y aunque regularmente personas aburridas iban a dejarlo, me interesaba mucho estar puntual en casa para no dejar a aquellos extraños; solos y demasiado tiempo en mi habitación.
A pesar de mis intenciones, aquel día se me había hecho terriblemente tarde por lo que acabada la reunión me apresure a subir a mi choche e ir manejando hasta la gran mansión aunque podría decirse que lo hice con calma ya que en primera no quería accidentes y en segunda el trafico no ayudaba mucho a ir rápido.
Llame a la mansión para asegurarme de que el joven ya estuviese allí y si, cuando cuestione a uno de los empleados acerca de la llegada de el o la joven, me confirmo que ya había llegado además de darme información adicional que incluían el sexo y algunas cosas que el sirviente sabia a veces mi interesaban. Le pedí que estuviera al pendiente de lo que llegara a necesitar mi invitado pero que procurara no ser invasivo y sin más colgué, distrayéndome un poco con las señas que el sirviente había descrito.
Finalmente llegue a casa y ya no tan apresurado fui al bar para servirme un poco de whisky, me lleve el vaso conmigo y antes de subir las escaleras hacia mi habitación le di un pequeño sorbo.
Al llegar a la entrada de mi habitación opte por entrar de forma cautelosa ya que siempre me gustaba sorprender a quienes me esperaban, era divertido para mi poner nervioso a uno que otro empleado. Al abrir lentamente la puerta no pude encontrar a simple vista la silueta de aquella persona que se suponía me esperaba por lo que pensé que pudo haberse ido antes de entregarme los papeles en mano por lo que pensé en el despido de aquel elemento sin embargo pequeños suspiros se escuchaban en la habitación por lo que termine por entrar en la misma y gracias a alfombrado de mi habitación no tuve que caminar con demasiado cuidado.
Sin mucho trabajo en realidad, ubique a la persona que profería esos leves sonidos tan… exquisitos… y con algo de cuidado para no desconcentrarle de lo que hacía, me recargue en el marco de una de las puertas del closet mientras recorría con la mirada el cuerpo del otro; fijando la misma en principio sobre sus largas y delgadas piernas que estaban completamente descubiertas.
Lo que parecía ser una de mis camisas; cubría parte de su trasero y a pesar de lo holgada que le quedaba la camisa se podía notar la esbelta figura que era cubierta por la misma. La figura de su cuerpo incluso le daba un toque femenino a los movimientos de su cuerpo que por ahora parecían solo buscar su propio placer.
Aprovechando que mantenía sus ojos cerrados solo suspirando, di un par de pasos para acercarme al pequeño sillón dentro del closet y tome el sobre que había allí aun tomándome mi tiempo para ir a dejarle sobre uno de los muebles de la habitación para regresar a tomar asiento en el sillón teniendo aun solo la vista de su espalda. Tras estar viendo su espectáculo un rato y ya que ahora estaba prácticamente detrás de el decidí que era momento de una pequeña travesura.
Estire una de mis manos ya que a corta distancia, a mi costado derecho se encontraba un delgado pero amplio cajón donde guardaba un par de accesorios que a veces me gustaba usar, El cajón en principio estaba hecho para guardar los largos bastones que me gustaba usar solo por la impresión que le daban a los demás, ciertamente accesorios tan simples te hacían ver más elegante y bueno te servían para muchas otras cosas más que no estaban entre los usos típicos de un bastón. Tome uno de los bastones, bastante largo y con un mango a mi parecer bastante hermoso; por eso le había comprado. Tome el bastón por la punta para así dirigir el mango hacia el cuerpo del joven frente a mí y sin que el otro se diera cuenta le acomode entre sus piernas a poca distancia de su trasero pero aun sin llegar a tocar ninguna parte de su piel para que no se percatara que había alguien con él.
Di un trago mas al whisky y al mismo tiempo que movía el vaso de forma brusca para que los hielos al chocar con el cristal hicieran ruido que el otro perfectamente podría escuchar, termine por subir de “golpe” el bastón por entre sus piernas, dando un certero pero no muy brusco golpe con el mango del mismo sobre la zona de su periné. Solté una pequeña risa al notar el sobre salto del otro y con el mango del bastón fui recorriendo desde su periné, siguiendo la línea que separaba a sus glúteos hasta llegar al final de la misma casi hasta su rabadilla, notando como el mismo bastón levantaba mi camisa dejando al descubierto el trasero del chico.
Vaya… casi nunca mandan a alguien interesante a entregar papeles importantes, parece que hoy es mi día de suerte…
Dije en voz alta y retire mi bastón de aquel lugar no sin antes dar un pequeño golpe sobre uno de sus glúteos con el mango del mismo.
Me levante de mi asiento dejando aquel objeto sobre el sillón y también acomodando con cuidado el vaso donde llevaba el whisky pues no quería accidentes~ y me fui a colocar directamente a espaldas del chico para tomarle por las caderas y voltearle de forma un poco brusca, dejándole de espaldas contra el espejo. Levante una de mis manos y la lleve hacia su mentón para levantar su rostro y hacer que me mirara, acerque mi rostro al suyo, al grado de que podía sentir su respiración chocando en mis labios y seguramente el podía sentir la mía. Acerque mis labios a los suyos, amenazando con besarle sin embargo solo deje una pequeña lamida sobre su labio inferior para más tarde susurrar.
Y bueno ya que parece que te has “ofrecido” para dar un espectáculo… te dejare terminarlo.
Lleve mi mirada hacia los botones de mi camisa los cuales note que no estaban correctamente abotonados y lleve mis manos a estos para desabotonarlos y ya que la pequeña ranura que se formaba al dejarles simplemente desabrochados no me parecía suficiente, con las manos abrí la camisa para dejar al descubierto la piel de su torso así mas tarde retirando mis manos de su cuerpo no sin antes dar un par de maliciosos roces sobre sus pezones.
Me di la vuelta y me dirigí nuevamente hasta el sillón donde tome mi vaso y el bastón para volver a sentarme y así poder observar el espectáculo que parecía de improvisto me habían preparado.
Continúa…
Susurre a modo de orden antes de darle otro trago al whisky.
Gackt- Rey de Diamantes
Re: Gackt's BedRoom
A pesar de estar consiente de que debía detenerme y buscar alguna forma de componer mi desastre, teniendo claro de las graves e incontables faltas que estaba cometiendo...simplemente ya no era dueño de mi ni de mi cuerpo, me había perdido a mi mismo tiempo atrás cuando el aroma y las imágenes de ese hombre me envolvieron.
En mi mente podía ver, incluso llegar a sentir su cuerpo detrás de mi, empujándose con tanta fuerza que daba en los puntos exactos en cada movimiento, por eso mi cuerpo comenzó a moverse de adelante hacia atrás como si imitara unas rudas penetraciones mientras que no dejaba de masturbarme frenéticamente. Por alguna razón el olor de su loción se hizo más fuerte en cierto punto, no sabiendo bien porque...aunque esa respuesta vino de golpe cuando mis oídos alcanzaron a escuchar un leve golpeteo...como el de unos hielos chocando con un vaso, cosa que me indico que ya no me encontraba solo.
Justo iba a voltearme rápidamente cuando un certero golpe en mi periné me hizo brincar y apoyarme en el espejo con ambas manos sin caer en la cuenta de que esto solo conseguiría dejar mis glúteos aun más al descubierto para que ese largo objeto que aún no distinguía se paseara por en medio de estos.
Por más que lo intentara no tenía ni la oportunidad ni las palabras correctas para llegar a hablar, así que me limite a escucharlo en silencio, sorprendiéndome por una reacción tan diferente a la que yo esperaba.
Al ser descubierto lo obvio sería echarme a la calle de inmediato, pero en lugar de eso su voz estaba "tranquila". A pesar de eso no me permitía bajar mucho la guardia ni mis niveles de precaución, sobre todo cuando sus pasos se acercaron a mi hasta quedar detrás de mi cuerpo; inútilmente intente aferrarme al espejo, pero esto no evito que me tomara de las caderas y me volteara hacia él, levantando de inmediato mi rostro.
Me sentía acorralado...vigilado por el mismo hombre que antes había estado en mis pensamientos y que ahora estaba a centímetros de mis labios. -GACKT-sama...-murmuré en medio de un quejido al ver como desabotonaba y abría por completo la camisa que cubría mi cuerpo, dejando la tela como un simple adorno que no me servía de protección alguna, ya que ahora también la zona de mis glúteos estaba descubierta.
Tembloroso lo mire alejarse de mi para volver a tomar asiento, como si estuviera en la primera fila de un espectáculo que estaba a punto de comenzar.
Yo no era alguien inseguro, ni mucho menos pudoroso que se dejará vencer ni por la mirada más penetrante, así que tomando fuerzas y pasando pesadamente saliva comencé con su "pedido".
Mis caderas esta vez no hacían esos rudos movimientos de antes, si no que se movían lentamente de un lado a otro como si comenzara a seguir un ritmo en mi cabeza. Poco a poco mis manos acompañaron a ese movimiento, bajando desde mis caderas hasta mis piernas, adentrándose por la parte interna de mis muslos para dar tentadores y sugerentes roces cerca de mi entrepierna.
Ahora mis manos iban hacia arriba, acariciando con ambas manos mi miembro en tan solo un leve roce que me ayudo a subir a mi vientre donde delinee traviesamente mi ombligo, llegando a adentrar uno de mis dedos en este; deje una mano ahí y la otra la subí a la solapa de su camisa, jugueteando con ella hasta conseguir quitarla de un lado y luego del otro para que quedara colgando de mis hombros, atorada en mis ante-brazos por unos instantes hasta que decidí quitármela, haciendo todo una lenta parsimonia hasta deshacerme de esta.
Pero no la solté de mis manos en ningún momento, ya que la utilice para comenzar a pasearla por la ahora desnudez de mi cuerpo, subiendo y bajando por mi abdomen, haciendo leves círculos en mis pezones y luego bajando a mi vientre bajo, donde la manga de la camisa acariciaba distraidamente mi duro miembro, como si fueran sus manos y no el pedazo de tela.
A sabiendas de mi notable excitación y de que no quería..."terminar" de una manera estrepitosa, deje de estimularme de esa manera, ahora dando unos certeros pasos hasta donde él estaba, mirándolo fijamente desde mi posición antes de dejarme caer al suelo de rodillas frente a él.
Ahí recorrí superficialmente sus pantorillas por encima de la ropa, subiendo ligeramente por su cuerpo hasta que mi mirada se encontró con ese interesante bastón que él sostenía. Aquel objeto a pesar de lucir común, fue capaz de enviarme mil y un ideas a la cabeza, la primera de ellas fue...asomar levemente mi lengua para recorrer desde la base que estaba en el suelo, subiendo lentamente y trazando un notable camino de saliva hasta el elegante mango con cristales donde comencé a hacer círculos con mi lengua, llegando incluso a succionar la punta y tomando la misma entre mis labios. Mi cabeza se movía ritmicamente de arriba a abajo, mientras que mis manos recorrían el bastón de arriba hacia abajo de manera sugerente, consiguiendo todo esto sin apartar mi mirada de la suya.-
En mi mente podía ver, incluso llegar a sentir su cuerpo detrás de mi, empujándose con tanta fuerza que daba en los puntos exactos en cada movimiento, por eso mi cuerpo comenzó a moverse de adelante hacia atrás como si imitara unas rudas penetraciones mientras que no dejaba de masturbarme frenéticamente. Por alguna razón el olor de su loción se hizo más fuerte en cierto punto, no sabiendo bien porque...aunque esa respuesta vino de golpe cuando mis oídos alcanzaron a escuchar un leve golpeteo...como el de unos hielos chocando con un vaso, cosa que me indico que ya no me encontraba solo.
Justo iba a voltearme rápidamente cuando un certero golpe en mi periné me hizo brincar y apoyarme en el espejo con ambas manos sin caer en la cuenta de que esto solo conseguiría dejar mis glúteos aun más al descubierto para que ese largo objeto que aún no distinguía se paseara por en medio de estos.
Por más que lo intentara no tenía ni la oportunidad ni las palabras correctas para llegar a hablar, así que me limite a escucharlo en silencio, sorprendiéndome por una reacción tan diferente a la que yo esperaba.
Al ser descubierto lo obvio sería echarme a la calle de inmediato, pero en lugar de eso su voz estaba "tranquila". A pesar de eso no me permitía bajar mucho la guardia ni mis niveles de precaución, sobre todo cuando sus pasos se acercaron a mi hasta quedar detrás de mi cuerpo; inútilmente intente aferrarme al espejo, pero esto no evito que me tomara de las caderas y me volteara hacia él, levantando de inmediato mi rostro.
Me sentía acorralado...vigilado por el mismo hombre que antes había estado en mis pensamientos y que ahora estaba a centímetros de mis labios. -GACKT-sama...-murmuré en medio de un quejido al ver como desabotonaba y abría por completo la camisa que cubría mi cuerpo, dejando la tela como un simple adorno que no me servía de protección alguna, ya que ahora también la zona de mis glúteos estaba descubierta.
Tembloroso lo mire alejarse de mi para volver a tomar asiento, como si estuviera en la primera fila de un espectáculo que estaba a punto de comenzar.
Yo no era alguien inseguro, ni mucho menos pudoroso que se dejará vencer ni por la mirada más penetrante, así que tomando fuerzas y pasando pesadamente saliva comencé con su "pedido".
Mis caderas esta vez no hacían esos rudos movimientos de antes, si no que se movían lentamente de un lado a otro como si comenzara a seguir un ritmo en mi cabeza. Poco a poco mis manos acompañaron a ese movimiento, bajando desde mis caderas hasta mis piernas, adentrándose por la parte interna de mis muslos para dar tentadores y sugerentes roces cerca de mi entrepierna.
Ahora mis manos iban hacia arriba, acariciando con ambas manos mi miembro en tan solo un leve roce que me ayudo a subir a mi vientre donde delinee traviesamente mi ombligo, llegando a adentrar uno de mis dedos en este; deje una mano ahí y la otra la subí a la solapa de su camisa, jugueteando con ella hasta conseguir quitarla de un lado y luego del otro para que quedara colgando de mis hombros, atorada en mis ante-brazos por unos instantes hasta que decidí quitármela, haciendo todo una lenta parsimonia hasta deshacerme de esta.
Pero no la solté de mis manos en ningún momento, ya que la utilice para comenzar a pasearla por la ahora desnudez de mi cuerpo, subiendo y bajando por mi abdomen, haciendo leves círculos en mis pezones y luego bajando a mi vientre bajo, donde la manga de la camisa acariciaba distraidamente mi duro miembro, como si fueran sus manos y no el pedazo de tela.
A sabiendas de mi notable excitación y de que no quería..."terminar" de una manera estrepitosa, deje de estimularme de esa manera, ahora dando unos certeros pasos hasta donde él estaba, mirándolo fijamente desde mi posición antes de dejarme caer al suelo de rodillas frente a él.
Ahí recorrí superficialmente sus pantorillas por encima de la ropa, subiendo ligeramente por su cuerpo hasta que mi mirada se encontró con ese interesante bastón que él sostenía. Aquel objeto a pesar de lucir común, fue capaz de enviarme mil y un ideas a la cabeza, la primera de ellas fue...asomar levemente mi lengua para recorrer desde la base que estaba en el suelo, subiendo lentamente y trazando un notable camino de saliva hasta el elegante mango con cristales donde comencé a hacer círculos con mi lengua, llegando incluso a succionar la punta y tomando la misma entre mis labios. Mi cabeza se movía ritmicamente de arriba a abajo, mientras que mis manos recorrían el bastón de arriba hacia abajo de manera sugerente, consiguiendo todo esto sin apartar mi mirada de la suya.-
Koichi- 10 de Diamantes
- Localización : ~Dentro de tus sueños~
Re: Gackt's BedRoom
Seguí con la mirada los movimientos de sus caderas dando un par de vistazos a sus manos que se movían al compas de sus caderas. Lleve mis ojos a recorrer aquellas partes que sus manos delineaban sin poder evitar el relamerme los labios disimuladamente ante aquella escena y aquel espectáculo que, para ser sincero parecía venir de alguien con bastante experiencia y por demás interesante.
Sonreí de costado al notar la manera en la que se retiraba mi camisa y aquella interesante acción que consistía en restregarse aquella prenda mía contra la piel de su cuerpo.
Mi mirada se fue directamente a su miembro, el cual no paraba de dar pequeños respingos de placer con tan solo el roce que la tela de mi camisa causaba entre la piel de su miembro y la misma. De momento deje que se moviera a gusto observando complacido las sugerentes acciones del joven. Para mí ya había demostrado ser alguien lo suficientemente interesante como para jugar con el pero el ser intrigante no era el único criterio importante para mí ya que también me interesaba el que pudieran seguir el ritmo de mi juego.
Permití que jugueteara con mis bastón unos instantes más hasta que de un momento a otro me tome el whiskey que quedaba en mi vaso de un solo trago para luego inclinarme un poco y colocar el vaso en el suelo llevando esa mano que ahora estaba libre a tomar el rostro del chico por el mentón, separando sus labios del bastón y atrayéndoles hacia los míos para volver a tentarle, haciendo que sus labios y los míos se frotaran entre si y finalmente optando por tomar su labio inferior entre mis dientes, mordiéndole suavemente y tirando del mismo lentamente y sin usar demasiada fuerza, hasta que su labio terminara de resbalar de entre mis dientes momento en el cual susurre.
Sabes… Koichi…
Dije tras recordar el nombre del chico, después de todo aquel día había revisado tantos contratos además de que mi memoria no era tan mala.
Antes de culminar mi oración lleve mis labios a dejar pequeños besos cerca de las comisuras de sus labios y tras cada uno de ellos procuraba dejar una pequeña lamida, jugando con la resistencia de aquel joven.
Me pareces alguien con bastante potencial si hablamos de jugar… pero… lo que me has mostrado aun no me parece suficiente para darte cierta libertad para… jugar... así que…
Deje la oración abierta nuevamente y me levante dejando de lado el bastón para más tarde agacharme a tomar a Koichi por los brazos sin ejercer mucha fuerza, solo la suficiente para lograr acomodarle como deseaba, podría decirse que le cargue ligeramente para voltearle y dejarle de frente al espejo aunque esta vez la posición que tenia era en cuatro. Deje que se recargara sobre sus manos y en cuclillas me acomode a su costado izquierdo mientras que pasaba una de mis manos por su espalda, acariciando la misma con tan solo la yema de mis dedos mientras decía.
En este momento me demostraras que… sabes cómo moverte y me aseguraras que en el muy próximo futuro no me decepcionaras…
Deslice mi mano por la piel de su espalda hasta acomodarle sobre uno de sus glúteos y tras darle un par de apretones al mismo azote una fuerte nalgada en este, dejando una huella rojiza por aquel fuerte golpe. Me levante mientras sonreía ligeramente por su reacción y me regrese a sentarme sobre aquel pequeño sillón tomando de nueva cuenta mi bastón pero esta vez agarrándole por el mango para llevar la punta del mismo a recorrer el camino de su columna vertebral hasta llegar al inicio de su trasero donde la línea que separaba sus glúteos comenzaba.
Quiero que me enseñes que tanto puedes hacer para conseguir tu propio placer…
Pasee la punta del bastón por entre sus glúteos llegando a palpar con la misma su entrada pero pasándole de largo pues de momento tenía otro objetivo, si, aquel que hacía un rato había “golpeado”.
Lleve la punta de aquel objeto a presionar su periné sin mucha delicadeza, escuchando los sonidos emitidos por el chico en respuesta a aquella acción mía. Tenía cuidado de no lastimarle pero presionaba con fuerza aquel bastón, buscando encajarle ligeramente en su piel hasta que de un momento a otro me detuve para regresar por el camino que representaba la línea que separaba sus glúteos esta vez dejando que la punta de aquel objeto se quedara presionando sobre su entrada; llegando a introducir una mínima parte en aquel lugar, empezando a meter y sacar ese pequeño tramo de bastón de su interior.
Levanta el rostro.
Ordene pues el ver sus gestos a través de aquel espejo era la principal idea por la que había decidido acomodarle en aquella posición y tras relamerme los labios ante la escena que se reflejaba en aquel espejo, metí el bastón de una firme y certera estocada en su interior hasta sentir que no podía llegar más profundo.
Moví el bastón de forma circular tratando de dilatar un poco mas su entrada y así como anteriormente lo había hecho, de golpe detuve todo movimiento, solo manteniendo firmemente agarrado aquel objeto mientras nuevamente una orden salía de mis labios.
Muévete.
Orden que ahora esperaba ser tan bien acatada como la anterior.
Sonreí de costado al notar la manera en la que se retiraba mi camisa y aquella interesante acción que consistía en restregarse aquella prenda mía contra la piel de su cuerpo.
Mi mirada se fue directamente a su miembro, el cual no paraba de dar pequeños respingos de placer con tan solo el roce que la tela de mi camisa causaba entre la piel de su miembro y la misma. De momento deje que se moviera a gusto observando complacido las sugerentes acciones del joven. Para mí ya había demostrado ser alguien lo suficientemente interesante como para jugar con el pero el ser intrigante no era el único criterio importante para mí ya que también me interesaba el que pudieran seguir el ritmo de mi juego.
Permití que jugueteara con mis bastón unos instantes más hasta que de un momento a otro me tome el whiskey que quedaba en mi vaso de un solo trago para luego inclinarme un poco y colocar el vaso en el suelo llevando esa mano que ahora estaba libre a tomar el rostro del chico por el mentón, separando sus labios del bastón y atrayéndoles hacia los míos para volver a tentarle, haciendo que sus labios y los míos se frotaran entre si y finalmente optando por tomar su labio inferior entre mis dientes, mordiéndole suavemente y tirando del mismo lentamente y sin usar demasiada fuerza, hasta que su labio terminara de resbalar de entre mis dientes momento en el cual susurre.
Sabes… Koichi…
Dije tras recordar el nombre del chico, después de todo aquel día había revisado tantos contratos además de que mi memoria no era tan mala.
Antes de culminar mi oración lleve mis labios a dejar pequeños besos cerca de las comisuras de sus labios y tras cada uno de ellos procuraba dejar una pequeña lamida, jugando con la resistencia de aquel joven.
Me pareces alguien con bastante potencial si hablamos de jugar… pero… lo que me has mostrado aun no me parece suficiente para darte cierta libertad para… jugar... así que…
Deje la oración abierta nuevamente y me levante dejando de lado el bastón para más tarde agacharme a tomar a Koichi por los brazos sin ejercer mucha fuerza, solo la suficiente para lograr acomodarle como deseaba, podría decirse que le cargue ligeramente para voltearle y dejarle de frente al espejo aunque esta vez la posición que tenia era en cuatro. Deje que se recargara sobre sus manos y en cuclillas me acomode a su costado izquierdo mientras que pasaba una de mis manos por su espalda, acariciando la misma con tan solo la yema de mis dedos mientras decía.
En este momento me demostraras que… sabes cómo moverte y me aseguraras que en el muy próximo futuro no me decepcionaras…
Deslice mi mano por la piel de su espalda hasta acomodarle sobre uno de sus glúteos y tras darle un par de apretones al mismo azote una fuerte nalgada en este, dejando una huella rojiza por aquel fuerte golpe. Me levante mientras sonreía ligeramente por su reacción y me regrese a sentarme sobre aquel pequeño sillón tomando de nueva cuenta mi bastón pero esta vez agarrándole por el mango para llevar la punta del mismo a recorrer el camino de su columna vertebral hasta llegar al inicio de su trasero donde la línea que separaba sus glúteos comenzaba.
Quiero que me enseñes que tanto puedes hacer para conseguir tu propio placer…
Pasee la punta del bastón por entre sus glúteos llegando a palpar con la misma su entrada pero pasándole de largo pues de momento tenía otro objetivo, si, aquel que hacía un rato había “golpeado”.
Lleve la punta de aquel objeto a presionar su periné sin mucha delicadeza, escuchando los sonidos emitidos por el chico en respuesta a aquella acción mía. Tenía cuidado de no lastimarle pero presionaba con fuerza aquel bastón, buscando encajarle ligeramente en su piel hasta que de un momento a otro me detuve para regresar por el camino que representaba la línea que separaba sus glúteos esta vez dejando que la punta de aquel objeto se quedara presionando sobre su entrada; llegando a introducir una mínima parte en aquel lugar, empezando a meter y sacar ese pequeño tramo de bastón de su interior.
Levanta el rostro.
Ordene pues el ver sus gestos a través de aquel espejo era la principal idea por la que había decidido acomodarle en aquella posición y tras relamerme los labios ante la escena que se reflejaba en aquel espejo, metí el bastón de una firme y certera estocada en su interior hasta sentir que no podía llegar más profundo.
Moví el bastón de forma circular tratando de dilatar un poco mas su entrada y así como anteriormente lo había hecho, de golpe detuve todo movimiento, solo manteniendo firmemente agarrado aquel objeto mientras nuevamente una orden salía de mis labios.
Muévete.
Orden que ahora esperaba ser tan bien acatada como la anterior.
Gackt- Rey de Diamantes
Re: Gackt's BedRoom
Levanté mi rostro con delicadeza, viéndome ayudado por una de sus manos, la cuál me guiaba de manera lenta a su boca para crear un ligero y casi inexistente roce de nuestros labios, pero que si era suficiente para hacerme temblar y pasar saliva pesadamente al tener tan cerca ese fresco aliento y sobre todo su caliente respiración sobre la mía.
No pude evitar un discreto sobre salto al escuchar mi nombre, ya que no esperaba que este fuera recordado por él, pero ahora ese detalle incrementaba un poco los nervios y sobre todo la ansiedad que me rodeaban, teniendo un latente miedo de no llegar a complacer a aquel hombre que hablaba claramente de un "ritmo" de juego que él mantenía.
Aún distraído por sus labios cerca de los míos, fui cargado hasta quedar de frente al espejo, pero esta vez con mis manos sosteniendo mi peso al verme "en cuatro" y con mi espalda baja, pero sobre todo mis glúteos a su disposición; mientras que mi rostro era fácilmente reflejado por el vidrio que permitía verme en cualquier lado de ese closet. Elementos que no desaprovechó en lo más mínimo, al darme una significante nalgada, que hizo que brincara repentinamente, ocultando mi rostro hacia abajo y soltando una ligera risa que bien podía confundirse con un quejido.
Ahora me era mucho más difícil el permanecer en la posición en la que me había dejado, esto a causa de que el mango de ese bien conocido bastón, se comenzaba a pasear por una zona tan sensible de mi espalda, bajando poco a poco y creando un nudo de sensaciones entre las cosquillas y el placer que sin duda causaban que mis piernas flaquearan hasta el punto de perder la posición un par de veces.
"Quiero que me enseñes que tanto puedes hacer para conseguir tu propio placer…" Fue lo que alcancé a escuchar entre tanta conmoción, comprendiendo así fácilmente lo que haría después de eso. La respuesta a eso, vino acompañada de un ligero roce de aquel bastón en mi entrada, bajando hasta la zona de mi periné donde empujó con cierta fuerza hasta llegar a conseguir que mi boca antes en silencio, emitiera quejidos y jadeos algo pesados, combinando con los empujes que hacía que mi cuerpo fuera de adelante hacia atrás.
Después de eso el objeto volvió a subir a la estrechez que era mi entrada en esos momentos, sintiendo como esta zona palpitó de solo un roce, y ni se diga cuando llegó a introducirse poco a poco en mi; convirtiendo mi cuerpo en un...títere. Uno que levantó la cabeza cuando fue ordenado para dejarle ver las distorsionadas facciones de mi rostro que fueron provocadas por aquella penetración tan repentina, fuerte y profunda, pero que en cierto modo no había llegado a causar ningún dolo en mi cuerpo, si no una inmensa excitación y ganas de seguir su "juego", y acatar las reglas del mismo.
Realmente su segunda orden era totalmente innecesaria, ya que por instinto, mi cuerpo había comenzado a empujarse un poco hacia adelante para llegar a sentir aquel duro objeto deslizándose hacia afuera, solo para volver a hacerlo entrar en mi. Sobre todo para buscar instalar un ritmo en el cual solo fuera necesario mover mi cuerpo de vez en cuando hacia adelante sin necesidad de cambiar mucho mi posición, consiguiendo que solo la punta del bastón estuviera dentro de mi, siendo sostenido débilmente por mis paredes internas con aquella amenaza de poder salir de mi cuerpo en cualquier instante. Pero aun así me tome el tiempo de alzar un poco más mi cabeza, alcanzando a divisar su cuerpo en aquel sillón, consiguiendo concentrarme en sus facciones y así dedicarle una ladina sonrisa de costado, lamiendo mis labios muy lentamente. -Toda su colección de...accesorios los usa así?- susurré esperando uno segundos antes de empujarme violentamente hacia atrás, haciendo que el bastón chocara con tanta fuerza con mi próstata que incluso perdí por completo el sostén de mis manos en el suelo, dejando mi rosto completamente pegado contra de este y llegando a ocasionar un ligero rapon en mi mejilla, mismo que no fue muy notable gracias a que levante la cara de inmediato para seguir reflejándome en el espejo, con la ventaja de poder verlo a él. Con ese punto a favor de ambos, continué con los movimientos de mis caderas, dejando a un lado la presión incomoda de mi espalda baja por mi repentina acción previa.
Cuando conseguí volver a mi equilibrio, dejando una mano estable en el suelo, estiré la otra hacia la ropa que tenía frente a mi para sostener la punta de una de sus corbatas de seda color roja, jalándola por el borde hasta hacer que se soltara de su gancho y cayera directo a mis manos.
En esos momentos me olvidé un poco del espejo, dejando una sonrisa traviesa en mi rostro, misma que era levemente distorsionada cada vez que volvía a moverme; para empuñar su corbata, usándola para recoger lentamente las gotas de sudor de mi perlada frente, bajando por mis mejillas, mi cuello, y deteniéndome en mi pecho, donde estimulé suavemente mis pezones con la increíblemente suave tela, concentrándome en la sensibilidad del derecho, al presionarlo levemente con ayuda de la corbata hasta que ambos sensibles botones de piel quedaron totalmente duros. Habiendo conseguido eso, lleve la corbata alrededor de mi cuello, dejándola olvidada ahí ya que no tenía la concentración necesaria como para controlar mis temblorosas manos y hacerle un nudo correcto; pero esto no nublaba de ninguna forma mis pensamientos que se veían totalmente invadidos por la nueva facilidad con la que podía continuar moviéndome sin dificultad alguna gracias a la lubricación natural que había alcanzado mi cuerpo; llegando al grado en el cual podía sentir las suaves contracciones que yo mismo hacía alrededor del bastón, para succionarlo hasta que golpeara el punto más sensible de mi cuerpo.
De vez en cuando alternaba mis movimientos al hacer suaves círculos con mis caderas, levantando un poco mis rodillas para permitir ese movimiento y hacer que rozara cada pared. O cambiando por violentas sacudidas de un lado a otro, para hacerlo resbalar hacia afuera, solo para volver a empujarme con precisión hacia atrás.
Mi rostro continuaba con esa coquetería que solo podía ser expresada a través del espejo por medio de ligeras sonrisas de costado, traviesos y atrevidos besos enviados al aire pero sobre todo gemidos que brotaban de mis labios rosas pero siempre manteniendo aquel poderoso contacto visual.
De nuevo mi cuerpo no conseguía limitarse a una sola acción, así que ahora apoyándome en la mano contraria de la que había usado antes; guié la libre hasta mis labios, usando solo dos de mis dedos para introducirlos entre mis labios, comenzando a lamerlos al mismo ritmo que marcaban mis caderas...comenzando en suaves succiones en las cuales mi lengua se frotaba con mis dígitos, para luego aumentar a violentas embestidas en mi propia boca; combinando con las que recibía en mi entrada. Aquello no solo permitía que mis gemidos sonaran como suaves ronroneos alrededor de mis dedos, si no que también dejaba que un lascivo hilo de saliva se escurriera por la comisura de mis labios, deslizándose por mi mentón, y perdiéndose en el ligero sudor de mi cuello.
No pude evitar un discreto sobre salto al escuchar mi nombre, ya que no esperaba que este fuera recordado por él, pero ahora ese detalle incrementaba un poco los nervios y sobre todo la ansiedad que me rodeaban, teniendo un latente miedo de no llegar a complacer a aquel hombre que hablaba claramente de un "ritmo" de juego que él mantenía.
Aún distraído por sus labios cerca de los míos, fui cargado hasta quedar de frente al espejo, pero esta vez con mis manos sosteniendo mi peso al verme "en cuatro" y con mi espalda baja, pero sobre todo mis glúteos a su disposición; mientras que mi rostro era fácilmente reflejado por el vidrio que permitía verme en cualquier lado de ese closet. Elementos que no desaprovechó en lo más mínimo, al darme una significante nalgada, que hizo que brincara repentinamente, ocultando mi rostro hacia abajo y soltando una ligera risa que bien podía confundirse con un quejido.
Ahora me era mucho más difícil el permanecer en la posición en la que me había dejado, esto a causa de que el mango de ese bien conocido bastón, se comenzaba a pasear por una zona tan sensible de mi espalda, bajando poco a poco y creando un nudo de sensaciones entre las cosquillas y el placer que sin duda causaban que mis piernas flaquearan hasta el punto de perder la posición un par de veces.
"Quiero que me enseñes que tanto puedes hacer para conseguir tu propio placer…" Fue lo que alcancé a escuchar entre tanta conmoción, comprendiendo así fácilmente lo que haría después de eso. La respuesta a eso, vino acompañada de un ligero roce de aquel bastón en mi entrada, bajando hasta la zona de mi periné donde empujó con cierta fuerza hasta llegar a conseguir que mi boca antes en silencio, emitiera quejidos y jadeos algo pesados, combinando con los empujes que hacía que mi cuerpo fuera de adelante hacia atrás.
Después de eso el objeto volvió a subir a la estrechez que era mi entrada en esos momentos, sintiendo como esta zona palpitó de solo un roce, y ni se diga cuando llegó a introducirse poco a poco en mi; convirtiendo mi cuerpo en un...títere. Uno que levantó la cabeza cuando fue ordenado para dejarle ver las distorsionadas facciones de mi rostro que fueron provocadas por aquella penetración tan repentina, fuerte y profunda, pero que en cierto modo no había llegado a causar ningún dolo en mi cuerpo, si no una inmensa excitación y ganas de seguir su "juego", y acatar las reglas del mismo.
Realmente su segunda orden era totalmente innecesaria, ya que por instinto, mi cuerpo había comenzado a empujarse un poco hacia adelante para llegar a sentir aquel duro objeto deslizándose hacia afuera, solo para volver a hacerlo entrar en mi. Sobre todo para buscar instalar un ritmo en el cual solo fuera necesario mover mi cuerpo de vez en cuando hacia adelante sin necesidad de cambiar mucho mi posición, consiguiendo que solo la punta del bastón estuviera dentro de mi, siendo sostenido débilmente por mis paredes internas con aquella amenaza de poder salir de mi cuerpo en cualquier instante. Pero aun así me tome el tiempo de alzar un poco más mi cabeza, alcanzando a divisar su cuerpo en aquel sillón, consiguiendo concentrarme en sus facciones y así dedicarle una ladina sonrisa de costado, lamiendo mis labios muy lentamente. -Toda su colección de...accesorios los usa así?- susurré esperando uno segundos antes de empujarme violentamente hacia atrás, haciendo que el bastón chocara con tanta fuerza con mi próstata que incluso perdí por completo el sostén de mis manos en el suelo, dejando mi rosto completamente pegado contra de este y llegando a ocasionar un ligero rapon en mi mejilla, mismo que no fue muy notable gracias a que levante la cara de inmediato para seguir reflejándome en el espejo, con la ventaja de poder verlo a él. Con ese punto a favor de ambos, continué con los movimientos de mis caderas, dejando a un lado la presión incomoda de mi espalda baja por mi repentina acción previa.
Cuando conseguí volver a mi equilibrio, dejando una mano estable en el suelo, estiré la otra hacia la ropa que tenía frente a mi para sostener la punta de una de sus corbatas de seda color roja, jalándola por el borde hasta hacer que se soltara de su gancho y cayera directo a mis manos.
En esos momentos me olvidé un poco del espejo, dejando una sonrisa traviesa en mi rostro, misma que era levemente distorsionada cada vez que volvía a moverme; para empuñar su corbata, usándola para recoger lentamente las gotas de sudor de mi perlada frente, bajando por mis mejillas, mi cuello, y deteniéndome en mi pecho, donde estimulé suavemente mis pezones con la increíblemente suave tela, concentrándome en la sensibilidad del derecho, al presionarlo levemente con ayuda de la corbata hasta que ambos sensibles botones de piel quedaron totalmente duros. Habiendo conseguido eso, lleve la corbata alrededor de mi cuello, dejándola olvidada ahí ya que no tenía la concentración necesaria como para controlar mis temblorosas manos y hacerle un nudo correcto; pero esto no nublaba de ninguna forma mis pensamientos que se veían totalmente invadidos por la nueva facilidad con la que podía continuar moviéndome sin dificultad alguna gracias a la lubricación natural que había alcanzado mi cuerpo; llegando al grado en el cual podía sentir las suaves contracciones que yo mismo hacía alrededor del bastón, para succionarlo hasta que golpeara el punto más sensible de mi cuerpo.
De vez en cuando alternaba mis movimientos al hacer suaves círculos con mis caderas, levantando un poco mis rodillas para permitir ese movimiento y hacer que rozara cada pared. O cambiando por violentas sacudidas de un lado a otro, para hacerlo resbalar hacia afuera, solo para volver a empujarme con precisión hacia atrás.
Mi rostro continuaba con esa coquetería que solo podía ser expresada a través del espejo por medio de ligeras sonrisas de costado, traviesos y atrevidos besos enviados al aire pero sobre todo gemidos que brotaban de mis labios rosas pero siempre manteniendo aquel poderoso contacto visual.
De nuevo mi cuerpo no conseguía limitarse a una sola acción, así que ahora apoyándome en la mano contraria de la que había usado antes; guié la libre hasta mis labios, usando solo dos de mis dedos para introducirlos entre mis labios, comenzando a lamerlos al mismo ritmo que marcaban mis caderas...comenzando en suaves succiones en las cuales mi lengua se frotaba con mis dígitos, para luego aumentar a violentas embestidas en mi propia boca; combinando con las que recibía en mi entrada. Aquello no solo permitía que mis gemidos sonaran como suaves ronroneos alrededor de mis dedos, si no que también dejaba que un lascivo hilo de saliva se escurriera por la comisura de mis labios, deslizándose por mi mentón, y perdiéndose en el ligero sudor de mi cuello.
Koichi- 10 de Diamantes
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