Accidental encounter [Privado]

Al fin tenía una "hora libre" después de tanto ir y venir por el casino, tan solo vagando de manera aburrida por el mismo al notar que los clientes del lugar ya estaban bien atendidos y que los restantes estaban listos de ir a sus hogares.
La verdad es que estaba algo cansado ya que ya eran cerca de las 12 am y yo aún no tenía idea de si me sería posible regresar al hotel aunque fuera por unos momentos; así que no dude en aprovechar la oportunidad de verme liberado por media hora para dirigirme hacia los baños del lugar, mismos que afortunadamente se encontraban vacíos y a mi total "disposición".

No quise tentar a la suerte y me apresuré a arrojar toda mi ropa de cuero y extremadamente pequeña al suelo, desnudándome sin pudor alguno ya que me encontraba totalmente solo...bueno, tenía una extraña sensación de ser vigilado insistentemente, pero aunque fuera cierto no me iba a detener en cambiar mi ropa por algo un poco más cómodo para mi. Después de eso recogí mi cabello en una media cola de caballo, buscando que al menos las horas restantes fueran un poco menos pesadas debido a todo lo que tenía que usar día con día.
Suspiré mirando fijamente al espejo, pensando que algo no se veía bien en mi...así que dispuesto a "intentarlo de nuevo" me retire aquella dorada chaqueta, dejándola tirada en el suelo, y justo cuando me disponía a retirarme la playera, subiendo esta hasta la mitad de mi plano abdomen...un repentino sonido proveniente de la puerta, provocó que diera un ligero salto sobre mi lugar, haciendo que diera la vuelta hasta quedar de frente a la puerta, misma que se abría en su totalidad hasta dejar ver a la persona que entraba...

Me sobresalté por completo cuando note como cerraba el cerrojo de la puerta tras de él, dejándome encerrado ahí adentro y sin posibilidad de hacer nada más que observarlo en silencio con una duda dibujada en mi rostro. Pero extrañamente al notar que sus intenciones era..."divertirse" me relaje un poco e instale una coqueta sonrisa en mi rostro, mientras que él rompía la única distancia entre los dos y musitaba aquellas..."galantes" palabras que sin duda habían conseguido arrancarme una ligera risa que fue directo a su oído ya que había ladeado mi cabeza de forma que mis labios quedaban casi pegados a esa zona. -Lo mismo puedo preguntarle a usted...- susurré estirando más mis labios para lamer lentamente el filo de su oreja, para después soplar algo de aire frio directo con mis labios.- Aunque bien dicen que lo mejor esta reservado para el final de la noche. Así que supongo que al fin...lo hemos encontrado.- sonreí con total confianza, apartándome de su oído y colocando dos manos en su pecho para crear una distancia entre los dos y así observarlo de mejor manera, intentando recordar en mi cabeza de quien se trataba. -Tomo-sama....cierto?- mordí mi labio inferior esperando que mi memoria fuera lo suficientemente buena como para acertar en aquel detalle.
Así que cuando obtuve una respuesta positiva a aquello amplié un poco más mi sonrisa, mientras que terminaba por separar nuestros cuerpos al hacerme unos pasos hacia atrás y soltarme definitivamente de su agarre. -Soy Koichi...y debo decir que es un..."placer" haberme quedado encerrado con usted.- reí haciendo una reverencia algo actuada, ya que pensaba que algún formalismo había quedado de sobra en el momento en el cuál él tomo tanta confianza. -Pero como verá, me encontraba en la importante tarea de terminar de arreglarme bien. Así que supongo que...no le importara ayudarme con esto.- señale mis desabrochados pantalones y mi playera desacomodada ya que justo estaba por quitármela cuando él entro. -¿Qué opina usted...esta prenda se queda... o se va?- tome ambos extremos de mi playera, subiéndolos hasta dejar mi plano vientre al descubierto y quizás un poco más de mi piel, solo para volver a bajar rápidamente la misma, soltando una risa traviesa al notar su mirada en mi.

Arquee ligeramente una de mis cejas cuando sus manos detuvieron el movimiento de las mías, indicándome que permaneciera con mi playera puesta mientras que él hablaba. Pero aquello no fue algo que me molestara en lo más mínimo, ya que en cuanto sus labios formularon la palabra "jugar" de inmediato los míos formaron una amplia sonrisa algo picara y mi mente comenzó a formular varias imágenes desde antes que terminara de explicar su petición.
Miré momentáneamente a mi alrededor mientras que él se acercaba a mi con una silla, donde tomo asiento en una posición bastante conveniente; justo frente a las transparentes puertas de la regadera. -Imposible imaginar que usted no esta aquí...una presencia como la suya no se puede hacer de lado.- reí suavemente, relamiendo un poco mis labios y enviadole un beso al aire.- Pero haré mi mejor trabajo.- musité y ya sin agregar más me di la vuelta para dirigirme hasta las puertas de la regadera, lugar donde me recargue con mi espalda contra de esta y mi vista al frente; aunque no precisamente dirigida a él, simplemente...perdida para intentar cumplir con aquello.

Con lentitud mis manos acariciaron los costados de mi cuerpo, delineando mi delgado torso hasta bajar a mis caderas, donde mis dedos juguetearon por el delgado y brilloso cinturón que portaba, el cual convenientemente tenía una hebilla que de solo un tirón se soltaba y me permitía deshacerme de la prenda.
El deshacerme de mis zapatos no tuvo parsimonia alguna, ya que simplemente los patee a un lado con leves saltos para que no fueran mayor estorbo y así pudiera volver a concentrarme en mis pantalones, desabrochándolos botón a botón ya que no contaban con cierre alguno, hasta detenerme en el último, el cual por si solo detenía la prenda de mis caderas y evitaba que cayera.
Este lo desabroche solo al momento de darme la vuelta y abrir las puertas de la regadera, dejando ver así directamente mis glúteos cubiertos simplemente por una delgada tela de un boxer blanco al igual que la playera que aún portaba. Cosa que era beneficiosa para mi, ya que con aún esas dos prendas me decidí a entrar a la regadera y colocarme justo debajo del caer del agua, para que al abrirlo mi ropa fuera al primera en mojarse y tener un efecto de transparencia.
Por el momento mantuve las puertas totalmente abiertas para darle una clara vista del interior, pero mediante mi cuerpo se iba quedando más al descubierto por el contacto del agua, iba jalando un poco de estas hasta dejarlas cerradas de par par. Siendo ese el momento que elegí para sacar de un solo movimiento mi empapada playera y arrojarla hacia afuera, sin llegar a comprobar donde había caído, ya que al fin y al cabo me encontraba supuestamente "solo".
Ahora con mi cuerpo semi-desnudo fue comencé a bañarme como si nada más pasara, concentrándome en vagas caricias a mi cabello con ayuda de un liquido aromático, y repentinas caricias en mi cuerpo con cierto jabón que se encontraba a mi lado. Las zonas en las que más tomaba tiempo era en mis caderas y el pronunciado hueso de mi cadera que acariciaba con delicadeza, mi abdomen bajo y sobre todo el rededor de mi ombligo, para luego subir de vez en cuando a mis pezones, dejando solo vagas pero ciertamente provocativas caricias en estos.
Para lavar mi espalda, tuve que inclinar mi cuerpo hacia el frente, apoyando una mano contra la pared y arqueando mi cuerpo en una curva, como si estuviera sometido contra de esta, aunque solo usaba ese soporte para recargar mi cuerpo mientras que con la otra mano tallaba suavemente mi nuca y mis hombros.
De vez en cuando le dedicaba una que otra mirada de lado a mi espectador, pero no tomando gran importancia de su presencia....o al menos eso era lo que fingía. Pero no fue hasta que la humedad de mi ropa interior se volvió incomoda que detuve cualquier otro movimiento, dejando aquellos pequeños objetos de baño al lado que retire mi ropa interior, enganchando mis pulgares de esta y enrollándola un poco para irla deslizando hacia abajo, acariciando a mi paso mis piernas igual de húmedas que el resto de mi cuerpo.
Cuando la prenda se encontró ya en mis tobillos, levanté un poco uno de estos para retirarla definitivamente y luego entre abrí la puerta solo lo suficiente para que mi mano cupiera entre esta y yo pudiera arrojarla justo hacia el frente, asegurándome de que esta vez cayera justo a los pies de Tomo-san, al cual le dedique de nuevo solo una furtiva mirada acompañada de un guiño antes de volver a adentrarme a la regadera.