Hyde { ficha
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Hyde { ficha
▪ Nombre: Hideto Takarai, Hyde para el resto.
▪ Edad: Desconocida.
▪ Inclinación Sexual: Bisexual, con más preferencia hacia los hombres.
▪ Seme/Suke/Uke: Suke.
▪ Aspecto Físico:
De baja estatura, mide 161cm y presenta un peso saludable para lo que mide. Cabello por naturaleza lacio, siempre bien peinado y fácil de manejar. Ha cambiado mucho de estilos pero la mayoría de las ocasiones es castaño, variando entre los oscuros y claros a la misma par que los largos. Tiene ojos no demasiado rasgados como un asiático promedio y a veces no lo aparenta ser frente a los demás. El iris es de un lindo color marrón que llega a lucir claro bajo la luz solar o artificial. Posee piel blanca con un suave tono amarillento. Está en buen estado a pesar de que en el cuello presente una cicatriz apenas visible a quien Hyde no se la muestre. Como rasgos distintivos, cabe destacar que tiene ciertas áreas del cuerpo tatuadas. En la espalda, unas alas de ángel. Estas cubren parte de los omoplatos y una pequeña porción de los hombros. En los bíceps al contrario, hay unas enredaderas de espinas. A su vez posee unas perforaciones, en el ombligo y pezones respectivamente. Es dueño de unos rasgos algo andróginos, fácilmente manipulables para dar el aspecto que desee. A la hora de vestir tiende a escoger los colores negros, blancos, marrones o similares, pues en su vestimenta rara la vez predominan los colores demasiado brillantes.
▪ Cliente/Emplead@s: Empleado nivel 10º
▪ Imagen:
▪ Perfil Psicológico:
Quien lo viera diría, es algo serio, quizás petulante, quizás engreído. La realidad es que no es muy complicado de conocer, todo dependiendo de quién seas.
En general, es agradable, con buen humor, jovial y cortés y dependiendo de la situación llegaría a ser tímido. Es de esas personas que al conocerlas, podría transmitir cierta aura de “misterio”. Tiende a ser bromista, gustando de hacer reír a los demás o jugando bromas sin llegar a propasarse, sabiendo el momento justo para parar y tomar las cosas seriamente. Muchos aseguran, es demasiado amable, “terriblemente amable”, eso dicen quienes lo conocen más a fondo. Claro está, ser amable no significa que lo puedan tomar del pelo fácilmente. Hyde es listo, inteligente y cuenta con una buena perspicacia. Capta las cosas rápido aunque en ocasiones indague pareciendo que no. Sabe cómo aprovechar las situaciones que se le presentan cada vez que puede, cosa que lo ha ayudado a poder moverse en el peculiar empleo que posee. Peca en ocasiones de distraído y terco, una persona que una vez tiene un objetivo en mente no lo saca hasta cumplirlo.
Se aburre con facilidad increíble. Si algo no lo entretiene y no mantiene su hiperactiva imaginación corriendo, se aburre. Ello lo demuestra por los cambios que da de la noche a la mañana en cuanto a apariencia se refiere. Siempre está buscando algo nuevo que hacer. Tiene una imaginación bastante única y así como puntos de vistas muy distintos a los de los demás. En ocasiones impredecible.
Como persona, tiene una autoestima saludable. Que tenga el trabajo que posee no significa que no se respete, eso es muy obvio. En el “trabajo” deja salir ese lado coqueto que tiene, a la vez como ese lado sensual. Es casi como si supiera qué acciones cometer y qué palabras decir para hacer lo que se propone. Tal vez un tanto manipulador en este aspecto, quién sabe. Enojado se torna insoportable, gruñón, irritable, impaciente y hasta explosivo. Nunca es bueno hacerlo enojar y de ser necesario, es capaz de buscar cobrárselas. Prefiere tener amigos que tener enemigos a pesar de llegar a ser despreocupado en dicho aspecto. Puede llegar a odiar tanto como llega a querer.
▪ Historia:
Nació un 29 de enero, pasada las doce de la medianoche en la sencilla ciudad de Wakayama, Japón. Hijo único de una familia de clase media-alta, japonesa por supuesto, fue más que esperado por el matrimonio que no esperaba llegar a concebir descendencia. Su madre era enfermera mientras que su padre era un profesor en la universidad. La niñez de Hideto, podría decirse que fue normal. Asistía a la escuela como todo niño de su edad, sacaba notas buenas y malas, hizo travesuras, aprendió lecciones y se ganó sus castigos. Quizás lo único que fue peculiar en la niñez de éste sujeto fue el hecho de que la madre, en muchas ocasiones, tratara al niño como si de una pequeña se tratase. Lo vestía en ocasiones como una y a veces, se refería a él como “mi hija” en lugar de “mi hijo”. A pesar de lo que se pueda pensar, ello no significó un “trauma” para Hyde.
Durante la adolescencia se inspiró en el dibujo, la arte y todo lo relacionado con eso. Pasaba horas haciendo bocetos, dibujando lo que veía y tenía planes de estudiar diseño en un futuro no muy lejano. Sus planes se detuvieron de golpe, como si chocaran con una dura pared de concreto una vez fue diagnosticado un leve daltonismo. El defecto de no poder distinguir demasiado bien los colores tonos rojizos y verdes fue su talón de Aquiles, el impedimento para estudiar lo que anhelaba. ¿Quién en su sana conciencia contrataría a un diseñador con la incapacidad de distinguir los colores cálidos y fríos? Nadie.
¿Qué hizo? Buscó en qué entretenerse y encontró cierto refugio en la música, también como lo encontró en la lectura. Se desbocaba leyendo libros más gruesos que él mismo, despertando al otro día con kanjis en la cara y de mal humor. Casi parecía un pequeño ratón de biblioteca. Se enfocó más en estudiar, olvidarse de no poder cumplir su meta de diseñar. Podría decirse que eso de ser daltónico por un tiempo se volvió su complejo, hasta que lo supo superar, dejar a un lado y tomarlo con normalidad. Nada lo iba a detener y de eso estaba él seguro; eso sólo era una piedrita que pateaba para seguir con su camino. Después de todo, estaba dispuesto a intentar cosas nuevas sin miedo y encontrar ese talento oculto que tenía en el fondo. Así pues, halló la pasión por la música y la lectura, dos pasiones que sin duda lo llevarían a enfocar la meta y decidirse a estudiar letras, tomando clases electivas de música.
Después de estudiar y lograrse graduar con las mejores notas se independizó. Abandonó el hogar que le vio crecer para irse a vivir solo y mudarse a Tokio, en un pequeño apartamento. Pensaba que ahora con una carrera bien hecha, podría salir hacia delante de manera muy fácil, pero no fue así. Le costó mucho más de lo que pensó y conseguir un trabajo comenzaba a verlo demasiado lejos. Esto lo llevó a desenfocarse de buscar un área que tuviera que ver con la profesión que deseaba ejercer e irse a buscar otros empleos para subsistir. Inclusive, cantó en clubes, usando aquel talento, apenas ganando algo de dinero. Comenzaba a irritarse por la situación, la vida en Tokio era cara después de todo. Justo en ese momento de irritación, escuchó sobre la inauguración de un casino de lo más peculiar. Según los señores, jóvenes atendían a los clientes y daban un servicio peculiar. Guiado por la necesidad de conseguir un empleo estable, Hyde visitió el casino. Imperial Riot. Ese era el nombre. Al entrar se topó con cosas demasiado peculiares, buscó hablar con los jefes, conseguir el empleo y la suerte llamó a su puerta al ser contratado.
De esa manera fue como comenzó a trabajar en el casino, empezando como un empleado de nivel uno, subiendo y “escalando” hasta convertirse en uno de nivel diez, salvándose por azares del destino de ser comprado hasta el día de hoy y aunque ahora vive de forma estable y podría fácilmente irse a buscar una profesión que sí tenga que ver con lo que estudió, Hyde no renuncia a su trabajo. ¿Las razones de ello? Ni él mismo las sabe…
▪ Otros:
-Tiene una clase de colección de anillos, cada uno con su nombre personal.
-Colecciona objetos de cristal azul.
-Sufre de cierto grado de daltonismo.
-Fuma cuando está demasiado estresado, o a veces solo por hacerlo.
-Es alérgico a los gatos y no sabe nadar muy bien.
▪ Banda a donde pertenece: L’Arc~en~Ciel / VAMPS
▪ Edad: Desconocida.
▪ Inclinación Sexual: Bisexual, con más preferencia hacia los hombres.
▪ Seme/Suke/Uke: Suke.
▪ Aspecto Físico:
De baja estatura, mide 161cm y presenta un peso saludable para lo que mide. Cabello por naturaleza lacio, siempre bien peinado y fácil de manejar. Ha cambiado mucho de estilos pero la mayoría de las ocasiones es castaño, variando entre los oscuros y claros a la misma par que los largos. Tiene ojos no demasiado rasgados como un asiático promedio y a veces no lo aparenta ser frente a los demás. El iris es de un lindo color marrón que llega a lucir claro bajo la luz solar o artificial. Posee piel blanca con un suave tono amarillento. Está en buen estado a pesar de que en el cuello presente una cicatriz apenas visible a quien Hyde no se la muestre. Como rasgos distintivos, cabe destacar que tiene ciertas áreas del cuerpo tatuadas. En la espalda, unas alas de ángel. Estas cubren parte de los omoplatos y una pequeña porción de los hombros. En los bíceps al contrario, hay unas enredaderas de espinas. A su vez posee unas perforaciones, en el ombligo y pezones respectivamente. Es dueño de unos rasgos algo andróginos, fácilmente manipulables para dar el aspecto que desee. A la hora de vestir tiende a escoger los colores negros, blancos, marrones o similares, pues en su vestimenta rara la vez predominan los colores demasiado brillantes.
▪ Cliente/Emplead@s: Empleado nivel 10º
▪ Imagen:
- Spoiler:
▪ Perfil Psicológico:
Quien lo viera diría, es algo serio, quizás petulante, quizás engreído. La realidad es que no es muy complicado de conocer, todo dependiendo de quién seas.
En general, es agradable, con buen humor, jovial y cortés y dependiendo de la situación llegaría a ser tímido. Es de esas personas que al conocerlas, podría transmitir cierta aura de “misterio”. Tiende a ser bromista, gustando de hacer reír a los demás o jugando bromas sin llegar a propasarse, sabiendo el momento justo para parar y tomar las cosas seriamente. Muchos aseguran, es demasiado amable, “terriblemente amable”, eso dicen quienes lo conocen más a fondo. Claro está, ser amable no significa que lo puedan tomar del pelo fácilmente. Hyde es listo, inteligente y cuenta con una buena perspicacia. Capta las cosas rápido aunque en ocasiones indague pareciendo que no. Sabe cómo aprovechar las situaciones que se le presentan cada vez que puede, cosa que lo ha ayudado a poder moverse en el peculiar empleo que posee. Peca en ocasiones de distraído y terco, una persona que una vez tiene un objetivo en mente no lo saca hasta cumplirlo.
Se aburre con facilidad increíble. Si algo no lo entretiene y no mantiene su hiperactiva imaginación corriendo, se aburre. Ello lo demuestra por los cambios que da de la noche a la mañana en cuanto a apariencia se refiere. Siempre está buscando algo nuevo que hacer. Tiene una imaginación bastante única y así como puntos de vistas muy distintos a los de los demás. En ocasiones impredecible.
Como persona, tiene una autoestima saludable. Que tenga el trabajo que posee no significa que no se respete, eso es muy obvio. En el “trabajo” deja salir ese lado coqueto que tiene, a la vez como ese lado sensual. Es casi como si supiera qué acciones cometer y qué palabras decir para hacer lo que se propone. Tal vez un tanto manipulador en este aspecto, quién sabe. Enojado se torna insoportable, gruñón, irritable, impaciente y hasta explosivo. Nunca es bueno hacerlo enojar y de ser necesario, es capaz de buscar cobrárselas. Prefiere tener amigos que tener enemigos a pesar de llegar a ser despreocupado en dicho aspecto. Puede llegar a odiar tanto como llega a querer.
▪ Historia:
Nació un 29 de enero, pasada las doce de la medianoche en la sencilla ciudad de Wakayama, Japón. Hijo único de una familia de clase media-alta, japonesa por supuesto, fue más que esperado por el matrimonio que no esperaba llegar a concebir descendencia. Su madre era enfermera mientras que su padre era un profesor en la universidad. La niñez de Hideto, podría decirse que fue normal. Asistía a la escuela como todo niño de su edad, sacaba notas buenas y malas, hizo travesuras, aprendió lecciones y se ganó sus castigos. Quizás lo único que fue peculiar en la niñez de éste sujeto fue el hecho de que la madre, en muchas ocasiones, tratara al niño como si de una pequeña se tratase. Lo vestía en ocasiones como una y a veces, se refería a él como “mi hija” en lugar de “mi hijo”. A pesar de lo que se pueda pensar, ello no significó un “trauma” para Hyde.
Durante la adolescencia se inspiró en el dibujo, la arte y todo lo relacionado con eso. Pasaba horas haciendo bocetos, dibujando lo que veía y tenía planes de estudiar diseño en un futuro no muy lejano. Sus planes se detuvieron de golpe, como si chocaran con una dura pared de concreto una vez fue diagnosticado un leve daltonismo. El defecto de no poder distinguir demasiado bien los colores tonos rojizos y verdes fue su talón de Aquiles, el impedimento para estudiar lo que anhelaba. ¿Quién en su sana conciencia contrataría a un diseñador con la incapacidad de distinguir los colores cálidos y fríos? Nadie.
¿Qué hizo? Buscó en qué entretenerse y encontró cierto refugio en la música, también como lo encontró en la lectura. Se desbocaba leyendo libros más gruesos que él mismo, despertando al otro día con kanjis en la cara y de mal humor. Casi parecía un pequeño ratón de biblioteca. Se enfocó más en estudiar, olvidarse de no poder cumplir su meta de diseñar. Podría decirse que eso de ser daltónico por un tiempo se volvió su complejo, hasta que lo supo superar, dejar a un lado y tomarlo con normalidad. Nada lo iba a detener y de eso estaba él seguro; eso sólo era una piedrita que pateaba para seguir con su camino. Después de todo, estaba dispuesto a intentar cosas nuevas sin miedo y encontrar ese talento oculto que tenía en el fondo. Así pues, halló la pasión por la música y la lectura, dos pasiones que sin duda lo llevarían a enfocar la meta y decidirse a estudiar letras, tomando clases electivas de música.
Después de estudiar y lograrse graduar con las mejores notas se independizó. Abandonó el hogar que le vio crecer para irse a vivir solo y mudarse a Tokio, en un pequeño apartamento. Pensaba que ahora con una carrera bien hecha, podría salir hacia delante de manera muy fácil, pero no fue así. Le costó mucho más de lo que pensó y conseguir un trabajo comenzaba a verlo demasiado lejos. Esto lo llevó a desenfocarse de buscar un área que tuviera que ver con la profesión que deseaba ejercer e irse a buscar otros empleos para subsistir. Inclusive, cantó en clubes, usando aquel talento, apenas ganando algo de dinero. Comenzaba a irritarse por la situación, la vida en Tokio era cara después de todo. Justo en ese momento de irritación, escuchó sobre la inauguración de un casino de lo más peculiar. Según los señores, jóvenes atendían a los clientes y daban un servicio peculiar. Guiado por la necesidad de conseguir un empleo estable, Hyde visitió el casino. Imperial Riot. Ese era el nombre. Al entrar se topó con cosas demasiado peculiares, buscó hablar con los jefes, conseguir el empleo y la suerte llamó a su puerta al ser contratado.
De esa manera fue como comenzó a trabajar en el casino, empezando como un empleado de nivel uno, subiendo y “escalando” hasta convertirse en uno de nivel diez, salvándose por azares del destino de ser comprado hasta el día de hoy y aunque ahora vive de forma estable y podría fácilmente irse a buscar una profesión que sí tenga que ver con lo que estudió, Hyde no renuncia a su trabajo. ¿Las razones de ello? Ni él mismo las sabe…
▪ Otros:
-Tiene una clase de colección de anillos, cada uno con su nombre personal.
-Colecciona objetos de cristal azul.
-Sufre de cierto grado de daltonismo.
-Fuma cuando está demasiado estresado, o a veces solo por hacerlo.
-Es alérgico a los gatos y no sabe nadar muy bien.
▪ Banda a donde pertenece: L’Arc~en~Ciel / VAMPS
ROYALE69
Hyde- 10 de Corazones
Kamijo- Rey de Corazones
- Localización : Dentro de tu más perversa fantasía...
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