Midnight celebration [privado]
2 participantes
Imperial Riot :: Alrededores :: Iglesia
Página 1 de 1.
Midnight celebration [privado]
Siempre que caía la noche era cuando su “trabajo” comenzaba. Cuando caía la tarde era cuando la mayoría de los clientes salían de sus respectivos oficios e iban a acudir el casino, al menos la mayoría de ellos. Otros se daban el lujo de ir a ciertos lugares, pedir ser atendidos fuera de los mismos y demás cosas, y ese era al caso al que Hyde se enfrentaba ese día. Cuando llegó al área de trabajo fue notificado de que ver a alguien a fuera. ¿Era broma? En lo absoluto. Tenía que estar en la iglesia, por la noche, a saber quién podría verlo o encontrarlo. Y es que, sinceramente, fuera de bromas, ¿a qué clase de persona se le ocurre pedir encontrarse en una iglesia? Posiblemente, el cliente más raro, extraño que hasta ahora, atendiera. Pero fuera de eso, trabajo era trabajo, tenía que cumplir con las obligaciones. Estando ya arreglado para salir y con una apariencia presentable, salió camino hacia el lugar con la nota que le fue dejada bien guardada en uno de los bolsillos. Siempre era del gusto propio atender a los clientes en el casino, no ir a lugares raros con ellos y bueno, al fin y al cabo, era un tanto –por no decir muy— manipulador con estos, y entre pucheritos, caras tiernas y palabritas bonitas lograba quedarse y no salir del burdel, pero ahora el caso era diferente.
Caminar del Imperial Riot hasta la iglesia no era un trayecto muy largo por lo que llegó a pie. A esa hora y ese día no habría misa, por lo que no sería para nada difícil inmiscuirse dentro del templo. Ya para esa hora sólo un par de transeúntes se dedicaban a pasear por esos lares. Unos pasaban a pasos apresurados frente a la iglesia, algunos paraban uno que otro taxi para irse a sus casas y otros simplemente andaban pasando. Distinguió el lugar de lejos al ser tan enorme y revisó la nota dejada. —Dentro de la iglesia. —leyó en un susurro y tras un suspiro, emprendió de nuevo la marcha. Llegar a las puertas no tardo mucho, pero sí encontrar el momento perfecto para escabullirse sin que lo vieran. Primero miró a la izquierda, luego a la derecha y sin más se zarpó al interior, empujando las enormes puertas y sólo dejándolas entreabiertas. Recargó la espalda a la gruesa madera y leyó el papel con la poca iluminación lunar.
—Se supone que esté aquí. —se sintió demasiado puntual y a la vez la idea de que lo dejaría ahí esperando iluminó su mente. Despegó la vista del trozo de papel para ver mejor donde estaba. El lugar era enorme y el simple hablar hacía eco, por lo que cualquier sonido era fácil de escuchar. Al no querer quedarse parado en medio de la entrada, comenzó a caminar hacia el altar, quedándose a medio camino donde toda la iglesia se podía ver gracias a la luz lunar que ingresaba por las ventanas. El lugar era lindo, sí, pero lo que él se preguntaba era, ¿dónde demonios podría estar ese dichoso cliente?
Caminar del Imperial Riot hasta la iglesia no era un trayecto muy largo por lo que llegó a pie. A esa hora y ese día no habría misa, por lo que no sería para nada difícil inmiscuirse dentro del templo. Ya para esa hora sólo un par de transeúntes se dedicaban a pasear por esos lares. Unos pasaban a pasos apresurados frente a la iglesia, algunos paraban uno que otro taxi para irse a sus casas y otros simplemente andaban pasando. Distinguió el lugar de lejos al ser tan enorme y revisó la nota dejada. —Dentro de la iglesia. —leyó en un susurro y tras un suspiro, emprendió de nuevo la marcha. Llegar a las puertas no tardo mucho, pero sí encontrar el momento perfecto para escabullirse sin que lo vieran. Primero miró a la izquierda, luego a la derecha y sin más se zarpó al interior, empujando las enormes puertas y sólo dejándolas entreabiertas. Recargó la espalda a la gruesa madera y leyó el papel con la poca iluminación lunar.
—Se supone que esté aquí. —se sintió demasiado puntual y a la vez la idea de que lo dejaría ahí esperando iluminó su mente. Despegó la vista del trozo de papel para ver mejor donde estaba. El lugar era enorme y el simple hablar hacía eco, por lo que cualquier sonido era fácil de escuchar. Al no querer quedarse parado en medio de la entrada, comenzó a caminar hacia el altar, quedándose a medio camino donde toda la iglesia se podía ver gracias a la luz lunar que ingresaba por las ventanas. El lugar era lindo, sí, pero lo que él se preguntaba era, ¿dónde demonios podría estar ese dichoso cliente?
Hyde- 10 de Corazones
Re: Midnight celebration [privado]
Era un día en el que el nivel de estrés era lo demasiado alto como para necesitar de los servicios de uno de los chicos del casino. Había pasado todo el día revisando los contratos, viendo que no tuvieran errores, haciendo un par de cálculos de las ganancias y bueno… un sinfín de cosas aburridas de las que constaba mi trabajo. Rara vez decidía ser yo quien rondaba por el casino para observar cómo iban las cosas por allí, para mí no era problema dejarle ese trabajo a los demás dueños del lugar ya que al parecer les agradaba estar ahí. Esa noche en particular venia de una pequeña junta con un par de clientes para discutir algunos asuntos que como siempre tenían calidad de privados. Tras la reunión había quedado algo agobiado por lo que decidí llamar al casino para pedir a uno de los trabajadores del lugar ya que no me apetecía ir al casino donde había humo por doquier y clientes manoseándose a varios de los chicos en diferentes lugares del casino; había estado revisando los contratos por lo que conocía el nombre de todos los empleados y ese día estaba interesado en uno en especial… en Hyde.
Sin embargo rara vez permitía que alguien entrara a mi habitación en la mansión donde los dueños del casino habitábamos, así que pensando lo más rápido que pude y buscando un lugar que no quedara ni muy lejos del casino ni de la mansión, recordé la gran iglesia que en varias ocasiones había sido escenario de un sinfín de fantasías y porque no para deshacerme un poco del estrés opte que nuestro encuentro fuera en aquel lugar. Deje las instrucciones a uno de los jóvenes que atendían en el lugar y le pedí entregar mi recado al chico que había solicitado. Salí del lugar en donde la reunión se había llevado a cabo y camine lentamente hasta mi auto tomándome el tiempo para hacerlo ya que suponía yo que eso de arreglarse para salir y ser conducido hasta el lugar de un encuentro debía tomar su tiempo y siendo yo el ahora “cliente” me permitía mis retrasos. Antes de entrar al auto reitre el abrigo que llevaba y lo avente al asiento del copiloto ya que no lo necesitaba pues esa noche en especial era una bastante calurosa. Me metí al carro e introduje la llave para arrancar el mismo y así ir conduciendo hasta el lugar de la “cita” con tranquilidad y se podría decir que hasta con lentitud.
En el camino pensaba lo extraño que podía resultar citar a alguien en una iglesia pero bueno yo no era de los que hacia las cosas más normales del mundo por lo que le reste importancia. Sin mucho trabajo y entre pensamiento y pensamiento llegue a la iglesia, estacionándome en la calle que había al costado de esta y me baje de forma descuidada del auto aunque, no podía parecer muy informal llevando un traje casi perfectamente arreglado, de no ser porque no llevaba corbata y la camisa que traía estaba ligeramente abierta, por lo demás era un traje completamente formal. Me aleje del auto sin encargarlo a nadie en absoluto ya que me encantaba jugar con mi suerte y aunque tenía mi auto preferido ese que dejaba de manera tan despreocupada no lo era por lo que no me importaba demasiado. A veces pensaba que era demasiado despilfarrador y tal vez irresponsable pero mientras los negocios salieran bien significaba que la responsabilidad estaba en el nivel perfecto. Camine un par de pasos hacia la entrada de la iglesia con las manos en mis bolsillos y al llegar a las puertas del lugar pude notar que estas estaban entreabiertas, lo cual era “extraño” ya que a esas horas no había misa alguna por lo que deduje que mi acompañante aquella noche ya había llegado. Entre con cuidado por aquellas puertas tratando de no anunciar aun mi presencia y desde la entrada dije en voz alta para asustar al chico.
Buenas noches…
Note el sobresalto de su cuerpo tras escuchar mi voz resonando dentro de la iglesia y casi solté una risa por su reacción… Empecé a caminar lentamente hacia el lugar donde se encontraba, no sin antes cerrar por completo las puertas de aquel lugar y mientras hacía esto continuaba hablando.
Espero no haberte hecho esperar demasiado…
Una vez me encontré casi frente al joven le observe con detenimiento viendo que sí, mi buen gusto siempre se dejaba ver en mis elecciones respecto a los jóvenes con los que “jugaba”. Me prepare para mi común presentación informal y tome el rostro del joven con una de mis manos, levantando el mismo para encontrar su mirada con la mia y acomode mi pulgar sobre su labio inferior acariciando el mismo con suavidad mientras le susurraba.
Mi nombre es Gackt… un placer Hyde.
Sin embargo rara vez permitía que alguien entrara a mi habitación en la mansión donde los dueños del casino habitábamos, así que pensando lo más rápido que pude y buscando un lugar que no quedara ni muy lejos del casino ni de la mansión, recordé la gran iglesia que en varias ocasiones había sido escenario de un sinfín de fantasías y porque no para deshacerme un poco del estrés opte que nuestro encuentro fuera en aquel lugar. Deje las instrucciones a uno de los jóvenes que atendían en el lugar y le pedí entregar mi recado al chico que había solicitado. Salí del lugar en donde la reunión se había llevado a cabo y camine lentamente hasta mi auto tomándome el tiempo para hacerlo ya que suponía yo que eso de arreglarse para salir y ser conducido hasta el lugar de un encuentro debía tomar su tiempo y siendo yo el ahora “cliente” me permitía mis retrasos. Antes de entrar al auto reitre el abrigo que llevaba y lo avente al asiento del copiloto ya que no lo necesitaba pues esa noche en especial era una bastante calurosa. Me metí al carro e introduje la llave para arrancar el mismo y así ir conduciendo hasta el lugar de la “cita” con tranquilidad y se podría decir que hasta con lentitud.
En el camino pensaba lo extraño que podía resultar citar a alguien en una iglesia pero bueno yo no era de los que hacia las cosas más normales del mundo por lo que le reste importancia. Sin mucho trabajo y entre pensamiento y pensamiento llegue a la iglesia, estacionándome en la calle que había al costado de esta y me baje de forma descuidada del auto aunque, no podía parecer muy informal llevando un traje casi perfectamente arreglado, de no ser porque no llevaba corbata y la camisa que traía estaba ligeramente abierta, por lo demás era un traje completamente formal. Me aleje del auto sin encargarlo a nadie en absoluto ya que me encantaba jugar con mi suerte y aunque tenía mi auto preferido ese que dejaba de manera tan despreocupada no lo era por lo que no me importaba demasiado. A veces pensaba que era demasiado despilfarrador y tal vez irresponsable pero mientras los negocios salieran bien significaba que la responsabilidad estaba en el nivel perfecto. Camine un par de pasos hacia la entrada de la iglesia con las manos en mis bolsillos y al llegar a las puertas del lugar pude notar que estas estaban entreabiertas, lo cual era “extraño” ya que a esas horas no había misa alguna por lo que deduje que mi acompañante aquella noche ya había llegado. Entre con cuidado por aquellas puertas tratando de no anunciar aun mi presencia y desde la entrada dije en voz alta para asustar al chico.
Buenas noches…
Note el sobresalto de su cuerpo tras escuchar mi voz resonando dentro de la iglesia y casi solté una risa por su reacción… Empecé a caminar lentamente hacia el lugar donde se encontraba, no sin antes cerrar por completo las puertas de aquel lugar y mientras hacía esto continuaba hablando.
Espero no haberte hecho esperar demasiado…
Una vez me encontré casi frente al joven le observe con detenimiento viendo que sí, mi buen gusto siempre se dejaba ver en mis elecciones respecto a los jóvenes con los que “jugaba”. Me prepare para mi común presentación informal y tome el rostro del joven con una de mis manos, levantando el mismo para encontrar su mirada con la mia y acomode mi pulgar sobre su labio inferior acariciando el mismo con suavidad mientras le susurraba.
Mi nombre es Gackt… un placer Hyde.
Gackt- Rey de Diamantes
Re: Midnight celebration [privado]
¿Cuánto tiempo llevaba esperando? Comenzaba a impacientarse, no por el hecho de que el cliente no llegara, más bien porque estaba en medio de la iglesia, por la noche y la idea de que sería dejado allí como un idiota plantado comenzaba a aparecérsele por la cabeza. Miraba a todos lados, viendo las figuras y demás cosas que la iglesia presentaba y de la nada, recordó el anillo que traía. ¿Con qué cara traía un objeto con significado satánico a la iglesia? Oh, bueno, es como si se preguntara con qué cara atendería a un cliente en la iglesia. Ah, todo era tan complicado. A la vez se preguntaba bastantes cosas, entre ellas, ¿quién sería el cliente? O también, ¿sería la iglesia solo un lugar de encuentro o como lo pensaba, debería dar los “servicios” en ese lugar? Todo era bastante complicado, un pequeño acertijo en el que se puso a pensar demasiado hasta que una voz gruesa hizo eco en el vacío de la iglesia.
Sufrió un sobresalto y por el susto se llevó una mano al pecho, denotando que se había asustado por la repentina llegada del sujeto que acababa de llegar. Con un movimiento rápido terminó volteándose para encarar al culpable del susto que padeció, no pudiendo distinguirlo demasiado bien hasta que se fue acercando. De lejos solo pudo distinguir que era alto y la silueta le recordaba a una persona demasiado familiar. —En realidad llegué hace poco. —contestó sin distinguirlo del todo, hasta que lo tuvo frente a frente y en un lugar donde la luz los iluminaba a los dos.
Por unas pequeñísimas fracciones de segundo se le quedó plasmada una cara de sorpresa al distinguirlo del todo. Era obvio que sabía quién era, ¿qué empleado no reconocería a uno de los jefes del lugar donde trabaja? Ese no era un cliente normal, tampoco era uno al que debería tratar como cualquier cosa, ese era Gackt. No tan sólo lo dejaba un poco curioso el hecho de que fuera el jefe, más bien lo que sorprendía era el hecho de que fuera a él quien escogiera para verse en la iglesia. Dejando la incredulidad a un lado y la cual no permitió que se mostrara en sus facciones, elevó el rostro a la par que lo tomaban del mentón para ver al otro que era más alto que él. Acostumbrado al “juego de miradas” la suya también se mantuvo posada sobre los curiosos ojos claros del pelinegro y permaneció de ese modo aún cuando se presentaba de tal peculiar modo y le acariciaba el labio en sutiles caricias. Apenas unos segundos después, alzó una mano para posarla sobre la muñeca de la mano que lo sostenía sin ejercer presión ni con intenciones de alejarlo, sólo la dejó allí, sin malas intenciones. Después de oír la presentación, cerró los ojos para dar un sutil beso sobre el pulgar que acariciaba su labio, denotándose la suavidad en el mismo.
—El placer es mío, Gackt. No pensé que fuera usted. —contestó con la sutil sonrisa y ya con los ojos abiertos, acariciando con suavidad con los dedos parte del dorso de la mano del ya mencionado. Le era raro tratar a alguien de “usted”, pero ese era el jefe y más respeto debería mostrarle. Volvió a dejar un pequeño beso sobre el pulgar y movió algo la mano, haciendo que le acariciara la mejilla apenas y sintiera la suavidad de la misma. — Supondré que el citarme en este lugar no es mera casualidad, ¿cierto?—preguntó mirándolo a los ojos con una leve sonrisa posada en los labios. Apenas la luz de la luna iluminaba su rostro, dándole un aspecto quizás delicado, favoreciendo las ya facciones andróginas y suaves que poseía. Mientras, permaneció observándolo, deseando saber la respuesta a la interrogante y su mano se atrevió a brindar caricias sutiles a la que ahora tenía entre una de las suyas. —Permítame agregar que posee un gusto especial a la hora de escoger lugares. —comentó sin intenciones de hacerlo molestar, al contrario, una suave sonrisa se le dibujó en los labios cargada con cierto aire de picardía.
Sufrió un sobresalto y por el susto se llevó una mano al pecho, denotando que se había asustado por la repentina llegada del sujeto que acababa de llegar. Con un movimiento rápido terminó volteándose para encarar al culpable del susto que padeció, no pudiendo distinguirlo demasiado bien hasta que se fue acercando. De lejos solo pudo distinguir que era alto y la silueta le recordaba a una persona demasiado familiar. —En realidad llegué hace poco. —contestó sin distinguirlo del todo, hasta que lo tuvo frente a frente y en un lugar donde la luz los iluminaba a los dos.
Por unas pequeñísimas fracciones de segundo se le quedó plasmada una cara de sorpresa al distinguirlo del todo. Era obvio que sabía quién era, ¿qué empleado no reconocería a uno de los jefes del lugar donde trabaja? Ese no era un cliente normal, tampoco era uno al que debería tratar como cualquier cosa, ese era Gackt. No tan sólo lo dejaba un poco curioso el hecho de que fuera el jefe, más bien lo que sorprendía era el hecho de que fuera a él quien escogiera para verse en la iglesia. Dejando la incredulidad a un lado y la cual no permitió que se mostrara en sus facciones, elevó el rostro a la par que lo tomaban del mentón para ver al otro que era más alto que él. Acostumbrado al “juego de miradas” la suya también se mantuvo posada sobre los curiosos ojos claros del pelinegro y permaneció de ese modo aún cuando se presentaba de tal peculiar modo y le acariciaba el labio en sutiles caricias. Apenas unos segundos después, alzó una mano para posarla sobre la muñeca de la mano que lo sostenía sin ejercer presión ni con intenciones de alejarlo, sólo la dejó allí, sin malas intenciones. Después de oír la presentación, cerró los ojos para dar un sutil beso sobre el pulgar que acariciaba su labio, denotándose la suavidad en el mismo.
—El placer es mío, Gackt. No pensé que fuera usted. —contestó con la sutil sonrisa y ya con los ojos abiertos, acariciando con suavidad con los dedos parte del dorso de la mano del ya mencionado. Le era raro tratar a alguien de “usted”, pero ese era el jefe y más respeto debería mostrarle. Volvió a dejar un pequeño beso sobre el pulgar y movió algo la mano, haciendo que le acariciara la mejilla apenas y sintiera la suavidad de la misma. — Supondré que el citarme en este lugar no es mera casualidad, ¿cierto?—preguntó mirándolo a los ojos con una leve sonrisa posada en los labios. Apenas la luz de la luna iluminaba su rostro, dándole un aspecto quizás delicado, favoreciendo las ya facciones andróginas y suaves que poseía. Mientras, permaneció observándolo, deseando saber la respuesta a la interrogante y su mano se atrevió a brindar caricias sutiles a la que ahora tenía entre una de las suyas. —Permítame agregar que posee un gusto especial a la hora de escoger lugares. —comentó sin intenciones de hacerlo molestar, al contrario, una suave sonrisa se le dibujó en los labios cargada con cierto aire de picardía.
Hyde- 10 de Corazones
Re: Midnight celebration [privado]
Una muy breve sonrisa se dibujo en mis labios tras sentir aquel beso sobre mi pulgar mientras mis ojos se centraban en aquel pequeño gesto que había hecho al momento de su anterior acción, mantuve mi mano sosteniendo aquel intrigante rostro y mientras sentía las caricias de sus dedos sobre mi mano pregunte.
¿Entonces deseabas que fuera alguien más? … ¿O por que la sorpresa?.
La sonrisa que de momento había pasado desapercibida se ensancho tras aquella pregunta que le había hecho y deje que guiara mi mano a gusto, sintiendo la delicada y tersa piel de su mejilla.
En el instante en el que escuche su interrogante negué levemente con la cabeza contestando tranquilamente sin perder su rostro de mi vista.
No, claro que no… Eres mí pedido especial…
Mientras sentía sus caricias sobre mi mano , lleve la libre a rodear su cuerpo a la altura de su cintura, ejerciendo apenas un poco de fuerza para presionarle suavemente contra mi cuerpo.
Lo se… Tengo gustos muy peculiares como te darás cuenta…
Conteste ante su comentario mientras mi mano en su cintura se dedicaba a presionar suavemente la misma al tiempo que acercaba mi rostro al suyo y colocaba mi mejilla contra la de Hyde, frotando estas entre si lentamente y procurando el dejar mis labios bastante cerca de una de sus orejas para así darme la oportunidad de susurrar cerca de la misma.
Aunque el hecho de que me parezcas… especial… por llamarlo de alguna manera, no es algo que te pueda dar la seguridad de que podamos jugar~~ como todos con los que juego tienes que probar que realmente eres tan peculiar como pareces…
Sonreí de forma maliciosa y ladee mi rostro para dejar un pequeño beso sobre una de sus orejas, moviendo un poco mi rostro para ir deslizando mis labios por su mejilla hasta toparme con la comisura de sus labios, lugar en el cual deje un beso un poco más prolongado que el anterior y tras el mismo una pequeña lamida.
Con lentitud me aleje de su cuerpo procurando mover mi mano entre la suya de manera que pudiera tomar la misma para mientras mi cuerpo se alejaba del suyo creando una pequeña distancia entre ambos; hacer que con el movimiento de mi mano su cuerpo diera una pequeña vuelta al tiempo que recorría su cuerpo completamente con la mirada comentando en voz alta.
A simple vista puedo ver que… tienes un atractivo cuerpo aunque… se apreciaría mejor sin esa estorbosa ropa… así que por qué no empiezas por deshacerte de ella…
Sonreí de costado y le dedique un pequeño guiño para tras ello con la misma mano con la que le había hecho dar una vuelta, bajarle lentamente para al jalarle de manera suave por esta , guiarle hasta la mesa de el altar que no estaba muy lejos de donde estábamos parados y por medio de una seña con la cabeza señale la misma mientras decía.
Y como una petición especial… hazlo allí arriba.
Claramente aquello había sido una orden pero había veces en las que no me gustaba ser ni muy agresivo ni demasiado demandante por lo que había usado un tono mucho mas “amigable” para aquella petición esperando que Hyde la acatara y me mostrara ese talento que para mi tenia.
¿Entonces deseabas que fuera alguien más? … ¿O por que la sorpresa?.
La sonrisa que de momento había pasado desapercibida se ensancho tras aquella pregunta que le había hecho y deje que guiara mi mano a gusto, sintiendo la delicada y tersa piel de su mejilla.
En el instante en el que escuche su interrogante negué levemente con la cabeza contestando tranquilamente sin perder su rostro de mi vista.
No, claro que no… Eres mí pedido especial…
Mientras sentía sus caricias sobre mi mano , lleve la libre a rodear su cuerpo a la altura de su cintura, ejerciendo apenas un poco de fuerza para presionarle suavemente contra mi cuerpo.
Lo se… Tengo gustos muy peculiares como te darás cuenta…
Conteste ante su comentario mientras mi mano en su cintura se dedicaba a presionar suavemente la misma al tiempo que acercaba mi rostro al suyo y colocaba mi mejilla contra la de Hyde, frotando estas entre si lentamente y procurando el dejar mis labios bastante cerca de una de sus orejas para así darme la oportunidad de susurrar cerca de la misma.
Aunque el hecho de que me parezcas… especial… por llamarlo de alguna manera, no es algo que te pueda dar la seguridad de que podamos jugar~~ como todos con los que juego tienes que probar que realmente eres tan peculiar como pareces…
Sonreí de forma maliciosa y ladee mi rostro para dejar un pequeño beso sobre una de sus orejas, moviendo un poco mi rostro para ir deslizando mis labios por su mejilla hasta toparme con la comisura de sus labios, lugar en el cual deje un beso un poco más prolongado que el anterior y tras el mismo una pequeña lamida.
Con lentitud me aleje de su cuerpo procurando mover mi mano entre la suya de manera que pudiera tomar la misma para mientras mi cuerpo se alejaba del suyo creando una pequeña distancia entre ambos; hacer que con el movimiento de mi mano su cuerpo diera una pequeña vuelta al tiempo que recorría su cuerpo completamente con la mirada comentando en voz alta.
A simple vista puedo ver que… tienes un atractivo cuerpo aunque… se apreciaría mejor sin esa estorbosa ropa… así que por qué no empiezas por deshacerte de ella…
Sonreí de costado y le dedique un pequeño guiño para tras ello con la misma mano con la que le había hecho dar una vuelta, bajarle lentamente para al jalarle de manera suave por esta , guiarle hasta la mesa de el altar que no estaba muy lejos de donde estábamos parados y por medio de una seña con la cabeza señale la misma mientras decía.
Y como una petición especial… hazlo allí arriba.
Claramente aquello había sido una orden pero había veces en las que no me gustaba ser ni muy agresivo ni demasiado demandante por lo que había usado un tono mucho mas “amigable” para aquella petición esperando que Hyde la acatara y me mostrara ese talento que para mi tenia.
Gackt- Rey de Diamantes
Re: Midnight celebration [privado]
Pedido especial…no sabía que podría llamarse de ese modo pero tampoco era algo de lo que se quejara. Sin ninguna objeción dejó que las manos lo tomaran con total libertada hasta que la distancia que había entre el cuerpo más alto y el propio se hizo mucho más corta. A causa de las diferencias de alturas estuvo obligado a levantar la cara para verlo mientras le hablaban. Permaneció quieto aún cuando las manos hacían más fuerte el agarre a su cintura y el roce entre ambas mejillas se hacía presente. Disfrutó de la suave caricia que ello causaba y casi como si las palabras pronunciadas con aquella gruesa voz fueran una clase de reto, se vio interesado por lo que enunciaba. ¿Así que así era? Con sólo esa simple oración captó y pudo comprender que éste no era un sujeto fácil, en otras palabras, que no se confirmaba con lo que otros sí lo hacían. —Creo que eso me agrada. —se atrevió a decir. Uno de los ojos de Hyde se cerró por el pequeño roce entre los labios y su oreja, manteniéndose así durante el recorrido de ellos por un peligroso camino hasta sólo la comisura de los labios. Ambos ojos terminaron por cerrarse al recibir el beso y cuando Gackt se separó tras lamer, una pequeña sonrisita se le formaba en los labios.
Abrió los párpados precisamente cuando la distancia amenazaba con reaparecer. No hizo nada para impedirlo y en cambio le facilitó la tarea para que una de las manos propias, más pequeña a comparación de que atrapaba, se deslizara hasta que todo se revirtiera y fuera ahora él quien terminó con una mano atrapada. Sin esperárselo, sonrió con diversión mientras daba una pequeña vuelta para ser “analizado” por los meticulosos ojos ajenos, como si quisieran ver estos a través de la ropa. Se atrevió a soltar una risa suave y para nada estrepitosa por el “halago” al que fue expuesto mientras lo seguía hasta lo que no tardó en distinguir como el altar. Ahí pudo ver la mesa y la idea que pronto le anunciaron ya se le formó en la cabeza. Todavía Gackt lo tomaba de la mano y había una distancia que los separaba a los dos de la mesa. Lo observó reviviendo una vez más la sonrisa coqueta, con cierto toque de picardía y sensualidad. —A sus órdenes. —dijo por lo que pedía con tanta exactitud. Tomó la mano que tenía entre la suya y rozó sus labios ahí, dejando un quedo beso para poder soltarla y encaminarse hasta la mesa del altar. El mantel era blanco puro y lo que había ahí no tenía demasiada importancia. Una biblia, la copa donde iba el vino y quizás escondida por ahí estaba la ostia, cosa que ahora no le importaba. Se volteó de modo que le daba la espalda a la mesa y posó las palmas de las dos manos en la misma. Así de un simple empuje logró subirse y quedar sentado, con las piernas ligeramente separadas.
Esa noche su conjunto consistía de ropa básicamente negra, en otras palabras, lo monocromático. Tenía un abrigo y este aunque podía “definir” la figura bajo él era obvio que no dejaba ver la ropa debajo. Al estar sentado posicionó las dos manos sobre sus respectivas rodillas. Desde ahí inició un recorrido con la yema de los dedos sobre el pantalón de color oscuro, acariciando con ligereza y con la intención de que los ojos claros del cliente siguieran el camino realizado. Mientras las manos se deslizaban, paseándose en un camino ascendente hasta la parte interna de los muslos, no tardaron en desviarse hacia el abrigo de botones que usaba. Primero uno, luego otro, de abajo hacia arriba y de forma algo pausada pero no por eso lenta. Mantenía la mirada fija en el pelinegro y sin demasiado esfuerzo logró desabrochar de todo la prenda, teniendo bajo ella una camisa por igual negra que dejaba que se le viera el abdomen y estaba algo abierta cerca del pecho. Al finalizar con esto hizo un ademán de quitarse el abrigo pero sólo lo dejó colgar de los hombros. Jugó un poco a querer tirar de los cordones que colgaban de la camisa para abrirla, pero fue todo lo contrario. Sin aviso elevó una de las piernas de forma tranquila, posándola sobre la mesa y luego otra, pudiendo de ese modo subirlas y acomodarse de manera horizontal sobre la superficie. Ya allí bajó con calma la cremallera de las botas, quitándolas con un par de movimientos bien calculados sin despegar la atención de Gackt.
Con las manos de nuevo volvió a trazar un camino, pero esta vez desde las piernas, deslizándose luego a los muslos y caderas, acariciando con la yema la piel de su abdomen desnudo y atrapar el cordón que lograría desabrochar la camisa. Tiró del mismo sin dejar de ver a Gackt con una sonrisa pícara y divertida por lo que hacía, y así con ese simple movimiento pudo terminar de abrirla y dejar por completo el torso al descubierto, quedando a la vista las perforaciones en ambos pezones y ombligo junto a las áreas de piel tatuadas. Permitió que las dos telas se deslizaran por la piel de los hombros hasta que cayeran sobre la mesa para así proseguir con el pantalón. Bajó como si se acariciara las caderas a los bordes de la tela, tirando de esta como si la quisiera bajar y se acercó al broche para abrirlo. Primero el botón y luego la cremallera, sentado sobre la mesa comenzó a deslizarlo junto con la ropa interior, dejando cada vez más piel al descubierto así como también quedándose del todo desnudo frente al otro hombre. Al finalizar flexionó una pierna y dio la imagen de recargar en la rodilla una mejilla y posar una mano sobre esta pierna, ahora con una sonrisa suave en un gesto "calmo" que contradecía lo que acababa de hacer. Elevó la mano libre y lo llamó con el dedo índice a la misma vez que con cierta sensualidad deslizaba suavemente la punta de la lengua sobre su labio superior de una manera muy suya y sensual.
Abrió los párpados precisamente cuando la distancia amenazaba con reaparecer. No hizo nada para impedirlo y en cambio le facilitó la tarea para que una de las manos propias, más pequeña a comparación de que atrapaba, se deslizara hasta que todo se revirtiera y fuera ahora él quien terminó con una mano atrapada. Sin esperárselo, sonrió con diversión mientras daba una pequeña vuelta para ser “analizado” por los meticulosos ojos ajenos, como si quisieran ver estos a través de la ropa. Se atrevió a soltar una risa suave y para nada estrepitosa por el “halago” al que fue expuesto mientras lo seguía hasta lo que no tardó en distinguir como el altar. Ahí pudo ver la mesa y la idea que pronto le anunciaron ya se le formó en la cabeza. Todavía Gackt lo tomaba de la mano y había una distancia que los separaba a los dos de la mesa. Lo observó reviviendo una vez más la sonrisa coqueta, con cierto toque de picardía y sensualidad. —A sus órdenes. —dijo por lo que pedía con tanta exactitud. Tomó la mano que tenía entre la suya y rozó sus labios ahí, dejando un quedo beso para poder soltarla y encaminarse hasta la mesa del altar. El mantel era blanco puro y lo que había ahí no tenía demasiada importancia. Una biblia, la copa donde iba el vino y quizás escondida por ahí estaba la ostia, cosa que ahora no le importaba. Se volteó de modo que le daba la espalda a la mesa y posó las palmas de las dos manos en la misma. Así de un simple empuje logró subirse y quedar sentado, con las piernas ligeramente separadas.
Esa noche su conjunto consistía de ropa básicamente negra, en otras palabras, lo monocromático. Tenía un abrigo y este aunque podía “definir” la figura bajo él era obvio que no dejaba ver la ropa debajo. Al estar sentado posicionó las dos manos sobre sus respectivas rodillas. Desde ahí inició un recorrido con la yema de los dedos sobre el pantalón de color oscuro, acariciando con ligereza y con la intención de que los ojos claros del cliente siguieran el camino realizado. Mientras las manos se deslizaban, paseándose en un camino ascendente hasta la parte interna de los muslos, no tardaron en desviarse hacia el abrigo de botones que usaba. Primero uno, luego otro, de abajo hacia arriba y de forma algo pausada pero no por eso lenta. Mantenía la mirada fija en el pelinegro y sin demasiado esfuerzo logró desabrochar de todo la prenda, teniendo bajo ella una camisa por igual negra que dejaba que se le viera el abdomen y estaba algo abierta cerca del pecho. Al finalizar con esto hizo un ademán de quitarse el abrigo pero sólo lo dejó colgar de los hombros. Jugó un poco a querer tirar de los cordones que colgaban de la camisa para abrirla, pero fue todo lo contrario. Sin aviso elevó una de las piernas de forma tranquila, posándola sobre la mesa y luego otra, pudiendo de ese modo subirlas y acomodarse de manera horizontal sobre la superficie. Ya allí bajó con calma la cremallera de las botas, quitándolas con un par de movimientos bien calculados sin despegar la atención de Gackt.
Con las manos de nuevo volvió a trazar un camino, pero esta vez desde las piernas, deslizándose luego a los muslos y caderas, acariciando con la yema la piel de su abdomen desnudo y atrapar el cordón que lograría desabrochar la camisa. Tiró del mismo sin dejar de ver a Gackt con una sonrisa pícara y divertida por lo que hacía, y así con ese simple movimiento pudo terminar de abrirla y dejar por completo el torso al descubierto, quedando a la vista las perforaciones en ambos pezones y ombligo junto a las áreas de piel tatuadas. Permitió que las dos telas se deslizaran por la piel de los hombros hasta que cayeran sobre la mesa para así proseguir con el pantalón. Bajó como si se acariciara las caderas a los bordes de la tela, tirando de esta como si la quisiera bajar y se acercó al broche para abrirlo. Primero el botón y luego la cremallera, sentado sobre la mesa comenzó a deslizarlo junto con la ropa interior, dejando cada vez más piel al descubierto así como también quedándose del todo desnudo frente al otro hombre. Al finalizar flexionó una pierna y dio la imagen de recargar en la rodilla una mejilla y posar una mano sobre esta pierna, ahora con una sonrisa suave en un gesto "calmo" que contradecía lo que acababa de hacer. Elevó la mano libre y lo llamó con el dedo índice a la misma vez que con cierta sensualidad deslizaba suavemente la punta de la lengua sobre su labio superior de una manera muy suya y sensual.
Hyde- 10 de Corazones
Re: Midnight celebration [privado]
Una vez que le vi empezar a subir en la mesa camine un par de pasos hacia atrás hasta sentir que la parte trasera de mis rodillas golpeaba con una de las bancas de la iglesia; al sentir esto, me deje caer suavemente hacia atrás para tomar asiento y me quede observando el espectáculo que había solicitado.
Observaba con detenimiento los gestos y movimientos de el otro, relamiéndome disimuladamente los labios tras notar aquella posición por la que optaba, la cual me permitía admirar su cuerpo de perfil. Deje que mi mirada siguiera con detalle los movimientos de sus manos, a veces tomándome el tiempo de con la mirada recorrer aquellas partes de su piel que empezaba a dejar al descubierto. Sonreí de manera notable y de costado al notar esas perforaciones tanto en pezones como ombligo y varias ideas me vinieron a la mente aunque inmediatamente disperse aquellos pensamientos para poner atención a aquellas manos que desnudaban su cuerpo para mí.
Finalmente le tuve completamente desnudo ante mí vista con ese tentativo dedo que me llamaba e invitaba a acercarme al lugar donde aquel provocativo chico se encontraba. Sonreí de costado mientras me levantaba de mi asiento sin embargo por mucho que quisiera no me acerque a Hyde, tan solo levante una de mis manos mostrando mi dedo índice, haciéndole una seña; indicándole que me esperara un momento y justo donde estaba.
Di un par de pasos para rodear la mesa delante del altar y así poder llegar a la parte detrás de esta, donde los padres acostumbraban aguardar algunas de las cosas que usaban. Me agache frente a un pequeño mueble y retire el seguro de este para poder abrir las pequeñas puertas de aquel mueble, en el cual encontré lo que necesitaba.
Saque del mismo una larga estola de color purpura y una no muy grande cruz; bastante modesta por cierto y sencilla. Me lleve estas cosas conmigo y sin previo aviso me acomode de manera que pudiera subir en la mesa junto con Hyde sin embargo lo hice de forma que pudiera quedar a sus espaldas. Me quede hincado justo detrás de el y acomode mi mentón sobre uno de sus hombros, teniendo que ladear mi rostro para poder dejar un suave beso en una de sus mejillas y luego de ello sacando ligeramente mi lengua de entre mis labios para poder lamer desde su mejilla, pasearme por parte de su cuello hasta romper aquel camino de saliva justo detrás de su nuca; donde deje un pequeño beso mas.
Excelente espectáculo…
Susurre tranquilamente, provocando que mi aliento chocara contra la humedad que había dejado en parte de su nuca para luego de ello levantar una de mis manos y acomodar la estola alrededor de su cuello dejándole colgando del mismo. Sonrei de costado y levante mi mano en la que llevaba aquella Cruz, colocando esta frente a su rostro mientras susurraba.
Ahora vamos a probar que tal estas en… creatividad.
Deje caer suavemente la cruz sobre su regazo y me baje de la mesa para regresar a paso tranquilo a mi anterior asiento observándole desde allí mientras que hablaba con voz lo suficientemente alta como para que me escuchara.
Puedes usar todo el lugar a conveniencia para provocarme… con dos condiciones… una no puedes acercarte a mí y dos en todo lo que hagas tiene que haber una función para esos dos objetos que te di.
Sonreí con malicia y me quede expectante a ver de qué tanto era capaz para llegar al grado de provocar a alguien a acercarse a él.
Observaba con detenimiento los gestos y movimientos de el otro, relamiéndome disimuladamente los labios tras notar aquella posición por la que optaba, la cual me permitía admirar su cuerpo de perfil. Deje que mi mirada siguiera con detalle los movimientos de sus manos, a veces tomándome el tiempo de con la mirada recorrer aquellas partes de su piel que empezaba a dejar al descubierto. Sonreí de manera notable y de costado al notar esas perforaciones tanto en pezones como ombligo y varias ideas me vinieron a la mente aunque inmediatamente disperse aquellos pensamientos para poner atención a aquellas manos que desnudaban su cuerpo para mí.
Finalmente le tuve completamente desnudo ante mí vista con ese tentativo dedo que me llamaba e invitaba a acercarme al lugar donde aquel provocativo chico se encontraba. Sonreí de costado mientras me levantaba de mi asiento sin embargo por mucho que quisiera no me acerque a Hyde, tan solo levante una de mis manos mostrando mi dedo índice, haciéndole una seña; indicándole que me esperara un momento y justo donde estaba.
Di un par de pasos para rodear la mesa delante del altar y así poder llegar a la parte detrás de esta, donde los padres acostumbraban aguardar algunas de las cosas que usaban. Me agache frente a un pequeño mueble y retire el seguro de este para poder abrir las pequeñas puertas de aquel mueble, en el cual encontré lo que necesitaba.
Saque del mismo una larga estola de color purpura y una no muy grande cruz; bastante modesta por cierto y sencilla. Me lleve estas cosas conmigo y sin previo aviso me acomode de manera que pudiera subir en la mesa junto con Hyde sin embargo lo hice de forma que pudiera quedar a sus espaldas. Me quede hincado justo detrás de el y acomode mi mentón sobre uno de sus hombros, teniendo que ladear mi rostro para poder dejar un suave beso en una de sus mejillas y luego de ello sacando ligeramente mi lengua de entre mis labios para poder lamer desde su mejilla, pasearme por parte de su cuello hasta romper aquel camino de saliva justo detrás de su nuca; donde deje un pequeño beso mas.
Excelente espectáculo…
Susurre tranquilamente, provocando que mi aliento chocara contra la humedad que había dejado en parte de su nuca para luego de ello levantar una de mis manos y acomodar la estola alrededor de su cuello dejándole colgando del mismo. Sonrei de costado y levante mi mano en la que llevaba aquella Cruz, colocando esta frente a su rostro mientras susurraba.
Ahora vamos a probar que tal estas en… creatividad.
Deje caer suavemente la cruz sobre su regazo y me baje de la mesa para regresar a paso tranquilo a mi anterior asiento observándole desde allí mientras que hablaba con voz lo suficientemente alta como para que me escuchara.
Puedes usar todo el lugar a conveniencia para provocarme… con dos condiciones… una no puedes acercarte a mí y dos en todo lo que hagas tiene que haber una función para esos dos objetos que te di.
Sonreí con malicia y me quede expectante a ver de qué tanto era capaz para llegar al grado de provocar a alguien a acercarse a él.
Gackt- Rey de Diamantes
Re: Midnight celebration [privado]
La orden recibida la acató de manera tranquila. No sabía porque tendría que esperar, pero a su vez eso lo dejaba expectante por saber qué era lo que haría Gackt o mejor dicho, qué era lo que estaba buscando. Lo notó moverse alrededor y buscar en la mesa, en un pequeño cofre donde sacó dos objetos que no logró visualizar del todo por la apenas tenue luz de un par de velas que son suerte seguían todavía encendidas. Lo siguiente que pudo sentir fue la presencia del pelinegro a sus espaldas, acercándose de manera “acechante” a donde estaba. Lo observó por el rabillo del ojo y terminó por cerrar los mismos por el tacto cálido de los labios del otro en la mejilla. Lo recibió sin ningún problema y la sonrisa se mantuvo posada sobre sus labios aún cuando la lengua húmeda formaba un camino por la superficie de su piel. Un escalofrío lo recorrió y se extendió a los brazos a la par que, curiosamente, se sentía halagado por el “excelente” que se escabulló entre los labios de su propio jefe. Pronto sintió la suavidad de la tela rodearlo por el cuello y en un acto reflejo elevó la mano para acariciar la tela y al abrir los ojos vio la cruz. ¿De verdad? ¿Lo estaba retando de nuevo? Atrapó la cruz cuando cayó y la miró nuevamente. No le molestaban los retos, más bien hacía aquello, de cierto modo, más interesante. No podía tocarlo, provocarlo…usar una estola y una cruz. Vaya, sí que ponía la creatividad aprueba ese hombre. Sin embargo pronto comenzó a ponerse a pensar en cómo hacerlo todo. Lo vio sentado desde el lugar donde estaba y aún tenía la estola rodeándolo del cuello.
Rápido en la mente varias ideas comenzaron a surgir. Tenía todavía la estola y tenía la cruz. Miró el objeto y tocó la tela de la estola la cual acomodó de manera estratégica por su cuerpo, impidiendo que Gackt pudiera ver ciertas áreas del mismo y dejando a la imaginación. Estando de perfil sólo tuvo que acomodarse para poder bajar de la mesa de un pequeño salto. La estola todavía lo cubría de forma estratégica y sin mirar todavía a Gackt se acercó a buscar un par de cosas. No dejaba que las viera del todo y sólo al buscarlas, con movimientos gatunos regresó a donde estaba. En la mesa quedó lo que pareció una botella de vino y él en su mano traía una vela, larga y blanca. Sonrió y se trepó a la mesa con movimientos dignos de un felino, suave y sensual, sin soltar la vela y mucho menos la cruz que Gackt le dio. La vela estaba encendida todavía y él miró a Gackt como si todo lo que hiciera fuera un divertido juego. La movió un poco para que la siguiera con esos ojos azules y se puso de rodillas en la mesa. La estola servía para cubrirlo y así acercó la vela a sus labios. Asomó la punta de la lengua y la lamió desde la base, subiendo de forma lenta con ella hasta la punta donde no le importó quemarse de forma leve y sin hacerse daño la lengua. La lamía como si fuera algo demasiado interesante y la cruz la sostuvo contra su pecho, dando la imagen de que era alguien muy arrepentido por los “pecados” que estaba cometiendo en tan sagrado lugar. Sin embargo la imagen que le daba la cruz él la contrarrestaba con ese acto en donde lamía la vela y suave quemaba la punta de su lengua.
Hizo esto un par de veces manteniendo el contacto visual con el superior antes de recostarse de perfil sobre la mesa. Travieso levantó la vela y como esta estaba encendida aún pronto la cera empezó a derretirse otra vez. La estola violeta quedó sobre su cuerpo como si fuera una serpiente sobre él y no por eso detuvo lo que pasaría. Miró a Gackt de reojo y mantuvo la vela blanca y larga en alto. Por lógica la cera derretida comenzó a resbalar y caliente cayó gracias a la gravedad contra su pecho. Fueron pequeñas gotas de cera caliente, haciéndolo soltar pequeños y tentadores sonidos similares a jadeos que amortiguaba al morderse los labios, aparentemente complacido con la sensación. Dejó que cayeran varias más y con las piernas dobladas –una más que otra- acercó la vela a sus labios para darle una última lamida. Sopló y así la vela se apagó. Una sonrisa le surcó los labios rosados. El “espectáculo” aún no terminaba ahí. La botella de vino estaba a su lado y él se recargó un poco a la mesa con ayuda del codo. Tomó la misma y la abrió, llevando el pico de la botella a sus labios sólo le dio un pequeño sorbo y el resto, de forma suave, dejó caerlo por su pecho desnudo que anteriormente había sido “víctima” de la cera caliente de la vela a la cual, tiró por ahí como si no importara. El vino comenzó a manchar su pecho y también el mantel de un hermoso color rojo escarlata.
La cruz la tomó con su mano libre y comenzó a usarla para deslizarla por su cuerpo, rozándola contra él como si fueran muy deliciosas caricias. La estola quedó manchada por el vino y las gotas del licor añejo se deslizaban por su pecho. La cruz se deslizó desde el ombligo subiendo por su pecho y rozando uno de los pezones. El recorrido pasó por el cuello y finalmente, llegó hasta sus labios. No le importó tener la lengua “algo quemada” y la sacó para poder darle una lamida a la cruz simulado que esta era otra cosa. La botella de vino quedó olvidada por ahí y él dio un pequeño giro sobre el mantel húmedo. Quedó a gatas sobre la mesa, frente a Gackt y con la estola algo pegada al cuerpo, colgando del cuello y otra parte dando a la imaginación la parte que le estaba cubriendo. Todavía “divertido” por la situación, mientras sentía las gotitas de vino deslizársele por el pecho y caer a la mesa, siguió lamiendo el objeto “sagrado”. Lo comenzó a lamer por el extremo más largo y con los ojos cerrados, sujetándose con una mano. Lo hacía como si estuviera lamiendo una deliciosa paleta y degustándola con los ojos cerrados, sólo abriéndolos para mirar al azabache. Introdujo un poco el extremo más largo de la cruz en su boca y pasó la lengua alrededor de modo que Gackt pudiera verlo. —Hm...—Emitió un sonido de satisfacción por lo que hacía, dando de nuevo un largo lametón mientras mantenía fija las pupilas sobre las azules del otro hombre.
Rápido en la mente varias ideas comenzaron a surgir. Tenía todavía la estola y tenía la cruz. Miró el objeto y tocó la tela de la estola la cual acomodó de manera estratégica por su cuerpo, impidiendo que Gackt pudiera ver ciertas áreas del mismo y dejando a la imaginación. Estando de perfil sólo tuvo que acomodarse para poder bajar de la mesa de un pequeño salto. La estola todavía lo cubría de forma estratégica y sin mirar todavía a Gackt se acercó a buscar un par de cosas. No dejaba que las viera del todo y sólo al buscarlas, con movimientos gatunos regresó a donde estaba. En la mesa quedó lo que pareció una botella de vino y él en su mano traía una vela, larga y blanca. Sonrió y se trepó a la mesa con movimientos dignos de un felino, suave y sensual, sin soltar la vela y mucho menos la cruz que Gackt le dio. La vela estaba encendida todavía y él miró a Gackt como si todo lo que hiciera fuera un divertido juego. La movió un poco para que la siguiera con esos ojos azules y se puso de rodillas en la mesa. La estola servía para cubrirlo y así acercó la vela a sus labios. Asomó la punta de la lengua y la lamió desde la base, subiendo de forma lenta con ella hasta la punta donde no le importó quemarse de forma leve y sin hacerse daño la lengua. La lamía como si fuera algo demasiado interesante y la cruz la sostuvo contra su pecho, dando la imagen de que era alguien muy arrepentido por los “pecados” que estaba cometiendo en tan sagrado lugar. Sin embargo la imagen que le daba la cruz él la contrarrestaba con ese acto en donde lamía la vela y suave quemaba la punta de su lengua.
Hizo esto un par de veces manteniendo el contacto visual con el superior antes de recostarse de perfil sobre la mesa. Travieso levantó la vela y como esta estaba encendida aún pronto la cera empezó a derretirse otra vez. La estola violeta quedó sobre su cuerpo como si fuera una serpiente sobre él y no por eso detuvo lo que pasaría. Miró a Gackt de reojo y mantuvo la vela blanca y larga en alto. Por lógica la cera derretida comenzó a resbalar y caliente cayó gracias a la gravedad contra su pecho. Fueron pequeñas gotas de cera caliente, haciéndolo soltar pequeños y tentadores sonidos similares a jadeos que amortiguaba al morderse los labios, aparentemente complacido con la sensación. Dejó que cayeran varias más y con las piernas dobladas –una más que otra- acercó la vela a sus labios para darle una última lamida. Sopló y así la vela se apagó. Una sonrisa le surcó los labios rosados. El “espectáculo” aún no terminaba ahí. La botella de vino estaba a su lado y él se recargó un poco a la mesa con ayuda del codo. Tomó la misma y la abrió, llevando el pico de la botella a sus labios sólo le dio un pequeño sorbo y el resto, de forma suave, dejó caerlo por su pecho desnudo que anteriormente había sido “víctima” de la cera caliente de la vela a la cual, tiró por ahí como si no importara. El vino comenzó a manchar su pecho y también el mantel de un hermoso color rojo escarlata.
La cruz la tomó con su mano libre y comenzó a usarla para deslizarla por su cuerpo, rozándola contra él como si fueran muy deliciosas caricias. La estola quedó manchada por el vino y las gotas del licor añejo se deslizaban por su pecho. La cruz se deslizó desde el ombligo subiendo por su pecho y rozando uno de los pezones. El recorrido pasó por el cuello y finalmente, llegó hasta sus labios. No le importó tener la lengua “algo quemada” y la sacó para poder darle una lamida a la cruz simulado que esta era otra cosa. La botella de vino quedó olvidada por ahí y él dio un pequeño giro sobre el mantel húmedo. Quedó a gatas sobre la mesa, frente a Gackt y con la estola algo pegada al cuerpo, colgando del cuello y otra parte dando a la imaginación la parte que le estaba cubriendo. Todavía “divertido” por la situación, mientras sentía las gotitas de vino deslizársele por el pecho y caer a la mesa, siguió lamiendo el objeto “sagrado”. Lo comenzó a lamer por el extremo más largo y con los ojos cerrados, sujetándose con una mano. Lo hacía como si estuviera lamiendo una deliciosa paleta y degustándola con los ojos cerrados, sólo abriéndolos para mirar al azabache. Introdujo un poco el extremo más largo de la cruz en su boca y pasó la lengua alrededor de modo que Gackt pudiera verlo. —Hm...—Emitió un sonido de satisfacción por lo que hacía, dando de nuevo un largo lametón mientras mantenía fija las pupilas sobre las azules del otro hombre.
Hyde- 10 de Corazones
Imperial Riot :: Alrededores :: Iglesia
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.