Juegos del pecado~ [PRIV]
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Juegos del pecado~ [PRIV]
Era la primera vez que tenía que "atender" ese sitio en particular, mismo que de seguro sería todo un dolor de cabeza al tener que lidiar con ruidosas maquinas, luces demasiado brillantes pero sobre todo...demasiada gente, siendo esto algo que me incomodaba un poco y hacía que incluso mi cabeza llegará a doler un poco.
Pero no tenía como objetar a aquella orden, así que sin más me concentré en lucir lo mejor posible esa noche, asegurándome de llevar algo cómodo y que no fuera a provocarme demasiado calor...
Lo elegido fue ni más ni menos que...un diminuto kimono rosa con detalles dorados. Y si...era totalmente extraño que usara eso siendo que las demás chicas del lugar preferían otro "vestuario" según lo que había visto; pero para mi era justo lo indicado.
Tenía ese toque de elegancia que había aprendido de la Okiya, mezclado con una notable coquetería en la cual podía jugar con los clientes que se encontraran ahí esa noche, haciéndoles que podrían ver más de mi cuerpo aunque la tela dejara su claro objeto de atención cubierto.
Sin tardarme más, me dirigí hacia el salón de juegos principal del casino, deteniéndome solo unos instantes en la puerta para tomar algo de aire "fresco" antes de tener que adentrarme a ese lugar que de seguro apestaría a cigarro y otras cosas. -Bien~ aquí vamos.- susurre recargando mi frente en las puertas corredizas del salón, tan solo por unos segundos antes de abrirla.
Pero para mi sorpresa...una agradable sorpresa debía decir. Aquella sala se encontraba vacía, tan solo estaban los empleados encargados de repartir las cartas de poker, el chico del blackjack y un par de discretos chicos que limpiaban las maquinas de juegos antes de partir. -Están seguros que aquí es?- pregunté al guardia a mi lado, el cual solo me indico en voz baja que estaba en el lugar correcto, pero que esa noche en especial...estaba reservado, y yo era la "afortunada" según él, de hacerme cargo del especial cliente que vendría.
Pensándolo bien...aquella noche no sería tan terrible como había pensado, si no que incluso podría ser bastante divertida. Sonriendo para mi, me adentre de lleno al salón, caminando lentamente por en medio de las grandes mesas de juego hasta llegar a la que se encontraba justo en el centro, donde me senté justo encima de la mesa, con mis piernas cruzadas y mis manos concentradas en tomar una de las barajas a mi lado, analizándola y pensando que tantas travesuras podría hacer gracias a mi experiencia con ese tipo de juegos, todo esto mientras que esperaba a aquella misteriosa persona por llegar.
Pero no tenía como objetar a aquella orden, así que sin más me concentré en lucir lo mejor posible esa noche, asegurándome de llevar algo cómodo y que no fuera a provocarme demasiado calor...
- Spoiler:
Lo elegido fue ni más ni menos que...un diminuto kimono rosa con detalles dorados. Y si...era totalmente extraño que usara eso siendo que las demás chicas del lugar preferían otro "vestuario" según lo que había visto; pero para mi era justo lo indicado.
Tenía ese toque de elegancia que había aprendido de la Okiya, mezclado con una notable coquetería en la cual podía jugar con los clientes que se encontraran ahí esa noche, haciéndoles que podrían ver más de mi cuerpo aunque la tela dejara su claro objeto de atención cubierto.
Sin tardarme más, me dirigí hacia el salón de juegos principal del casino, deteniéndome solo unos instantes en la puerta para tomar algo de aire "fresco" antes de tener que adentrarme a ese lugar que de seguro apestaría a cigarro y otras cosas. -Bien~ aquí vamos.- susurre recargando mi frente en las puertas corredizas del salón, tan solo por unos segundos antes de abrirla.
Pero para mi sorpresa...una agradable sorpresa debía decir. Aquella sala se encontraba vacía, tan solo estaban los empleados encargados de repartir las cartas de poker, el chico del blackjack y un par de discretos chicos que limpiaban las maquinas de juegos antes de partir. -Están seguros que aquí es?- pregunté al guardia a mi lado, el cual solo me indico en voz baja que estaba en el lugar correcto, pero que esa noche en especial...estaba reservado, y yo era la "afortunada" según él, de hacerme cargo del especial cliente que vendría.
Pensándolo bien...aquella noche no sería tan terrible como había pensado, si no que incluso podría ser bastante divertida. Sonriendo para mi, me adentre de lleno al salón, caminando lentamente por en medio de las grandes mesas de juego hasta llegar a la que se encontraba justo en el centro, donde me senté justo encima de la mesa, con mis piernas cruzadas y mis manos concentradas en tomar una de las barajas a mi lado, analizándola y pensando que tantas travesuras podría hacer gracias a mi experiencia con ese tipo de juegos, todo esto mientras que esperaba a aquella misteriosa persona por llegar.
SeMi Hwang- 10 de Corazones
- Edad : 31
Re: Juegos del pecado~ [PRIV]
Realmente no era de ir solicitando gente para mis servicios ya que eso aparte de hacerles sentir exclusividad también les hacia vanagloriarse entre los demás empleados y eso era mas que molesto, por eso prefería que los empleados se ganaron el servirme con sus propias cualidades… por lo que si en esta ocasión había solicitado algo así era porque realmente lo merecía y es que el motivo de ello era la nueva chica que servía en el sitio.
No la había visto más que en una sola ocasión y eso cuando ya iba de salida por lo que me quede con aquella duda de que tal seria para… el servicio, pero no saciaría mi curiosidad rodeado de gente, lo haría en privado sin nadie mas que nos molestase, para así dar un punto de vista sin tener a nadie molestándome. Así fue como una repentina idea se vino a mi mente, y esa era el solicitar el salón de juegos exclusivamente para nosotros. La hora de la cita era justamente a partir de las 5 de la tarde, después de esa hora tendríamos hasta el amanecer libre para disponer de aquel sitio así que el tiempo era lo de menos tendría suficiente para probar, hacer y… deshacer.
Justo a las 3:30 de la tarde me di un rápido baño y me aliste con un Atuendo cómodo para mi y al punto de las 4:30 ya estaba en camino hacia el casino. Con total calma atravesé el lugar para ir directamente a la habitación que debían tener lista ya, con ella por supuesto incluida y una vez que estuve ante la puerta, un empleado mas, se encargo de abrirla para mi y antes de entrar, le indique que nadie mas debía entrar al ese salón y que además todos, cualquiera que estuviera dentro con la obvia excepción de la chica debían abandonar este. Así como era debido acataron mi orden rápidamente y seguí por entrar una vez que solo estuviera la única compañía que deseaba en esa ocasión.
Con un rápido vistazo ubique su esbelta figura no muy lejos de donde yo estaba y en lentos pasos me acerque a la mesa donde se encontraba sentada.
-Buenas noches…-
Musite en un tono alto, lo suficiente para que me escuchara y así tener su atención por completo. El descender y ascender de mi vista por su anatomía no tardo mucho en manifestarse, sobre todo por lo diminuto que era su vestimenta misma que una vez que estuve lo suficientemente cerca, delante de ella para ser exactos, levante una de mis manos para llevar solo el índice y el anular de mis dedos hacia su cuello colocándoles justo en el pliegue dorado de su kimono y siguiendo el camino de este que iba a su pecho murmure con la mirada fija en ella.
-Soy Yo, a quien atenderás esta noche pequeña…y…-
Deslice mis dedos por ese borde dorado, recorriendo al tiempo que hablaba la parte media de sus senos en un fugaz rose por encima de la seda de su kimono para volver a subir a su cuello.
-¿Tu eres?...-
Le interrogue al mismo tiempo que mis dedos ya en su cuello se enganchaban “accidentalmente” en el cuello de su kimono teniendo por consecuencia que al retirarles, este se jala un poco, abriéndose así de mas permitiendo que su hombro quedase al descubierto, mientras que le mostraba una sonrisa ladina y una mirada con cierto requiebro.
No la había visto más que en una sola ocasión y eso cuando ya iba de salida por lo que me quede con aquella duda de que tal seria para… el servicio, pero no saciaría mi curiosidad rodeado de gente, lo haría en privado sin nadie mas que nos molestase, para así dar un punto de vista sin tener a nadie molestándome. Así fue como una repentina idea se vino a mi mente, y esa era el solicitar el salón de juegos exclusivamente para nosotros. La hora de la cita era justamente a partir de las 5 de la tarde, después de esa hora tendríamos hasta el amanecer libre para disponer de aquel sitio así que el tiempo era lo de menos tendría suficiente para probar, hacer y… deshacer.
Justo a las 3:30 de la tarde me di un rápido baño y me aliste con un Atuendo cómodo para mi y al punto de las 4:30 ya estaba en camino hacia el casino. Con total calma atravesé el lugar para ir directamente a la habitación que debían tener lista ya, con ella por supuesto incluida y una vez que estuve ante la puerta, un empleado mas, se encargo de abrirla para mi y antes de entrar, le indique que nadie mas debía entrar al ese salón y que además todos, cualquiera que estuviera dentro con la obvia excepción de la chica debían abandonar este. Así como era debido acataron mi orden rápidamente y seguí por entrar una vez que solo estuviera la única compañía que deseaba en esa ocasión.
Con un rápido vistazo ubique su esbelta figura no muy lejos de donde yo estaba y en lentos pasos me acerque a la mesa donde se encontraba sentada.
-Buenas noches…-
Musite en un tono alto, lo suficiente para que me escuchara y así tener su atención por completo. El descender y ascender de mi vista por su anatomía no tardo mucho en manifestarse, sobre todo por lo diminuto que era su vestimenta misma que una vez que estuve lo suficientemente cerca, delante de ella para ser exactos, levante una de mis manos para llevar solo el índice y el anular de mis dedos hacia su cuello colocándoles justo en el pliegue dorado de su kimono y siguiendo el camino de este que iba a su pecho murmure con la mirada fija en ella.
-Soy Yo, a quien atenderás esta noche pequeña…y…-
Deslice mis dedos por ese borde dorado, recorriendo al tiempo que hablaba la parte media de sus senos en un fugaz rose por encima de la seda de su kimono para volver a subir a su cuello.
-¿Tu eres?...-
Le interrogue al mismo tiempo que mis dedos ya en su cuello se enganchaban “accidentalmente” en el cuello de su kimono teniendo por consecuencia que al retirarles, este se jala un poco, abriéndose así de mas permitiendo que su hombro quedase al descubierto, mientras que le mostraba una sonrisa ladina y una mirada con cierto requiebro.
Yo- Cliente
Re: Juegos del pecado~ [PRIV]
Me encontraba totalmente distraída por ver como todos los empleados que en algún momento estuvieron ahí conmigo, dedicados a dejar todo acomodado...ahora abandonaban rápidamente el salón por la puerta trasera del mismo, dejando uno a uno las cosas en su lugar listas para ser usadas, pero sin el personal indicado para ello. Pronto, en un abrir y cerrar de ojos todo eso quedo en silencio total, quedando yo sola...o al menos ese creía hasta el momento en el cual salí de mi engaño, mirando de vuelta hacia el frente para encontrarme con uno de los reconocidos clientes del lugar. Quizás no lo había visto antes, pero su descripción me era familiar y era bastante obvio el saber que él había sido quien reservo la interesante sala en la que estaba.
-Annyeong hi jumuseyo- respondí en coreano a su saludo, haciendo una ligera y discreta reverencia con la cabeza al tenerlo tan cerca de mi, dejando que oliera de la masculina fragancia que revelaba su piel, misma que se expedía con más fuerza cada vez que él movía alguna parte de su cuerpo.
Sin poderlo evitar encogí un poco los hombros, sintiendo un escalofrió cuando su mano se aferro con suavidad del borde de mi kimono, y no era porque me sintiera incomoda, si no porque suaves cosquillas me recorrían a manera que iba bajando, obligándome a morder mis labios con algo de fuerza para no llegar a reír.
-Un placer conocerlo Yo-sama...- susurré mirando discretamente aquel roce con mis senos, justo antes de que subiera de vuelta a mi cuello; con el gran propósito de aflojar la prenda y hacer caer por mis hombros, dejando esa frágil zona de mi anatomía al descubierto.
-Yo soy...afortunada de estar aquí esta noche con usted.- sonreí ligeramente divertida, concentrando mi mirada en la suya para seguir hablando. -Mi nombre es Hwang SeMi, puede decirme "Saem" o SeMi...como usted lo deseé.- suavemente y en un movimiento que parecía "natural", moví mi cabeza hacia un lado, dejando que mi cabello fuera removido de mis hombros, para que no hubiera impedimentos en la revelar un poco más gracias al escote.
Mi mirada ahora estaba fija en ver cada prenda de su especial atuendo, sobre todo en lo bien que llegaban a combinar sus accesorios, como aquella mascada con lo demás. -Así que...Yo-sama...tenemos un cuarto lleno de juegos, para usted y yo.- remarqué lo obvio, mientras que mi mano derecha tomaba aquella prenda que llamaba mi atención, dejando que la misma resbalara entre mis dedos para sentir su suavidad.
Mientras tanto, mi mano izquierda había encontrado un camino un poco mas interesante...siendo este el pronunciado cuello en V de su playera, mismo que delineé con la punta de mis dedos, llegando incluso a imitar lo que él había hecho en mi kimono, pero cuando yo rocé su pecho no volví a subir, si no que mantuve mis dedos ahí, enganchados del cuello, bajándolo solo un poco más. -Dígame usted...- abrí un poco mis piernas, calculando el momento correcto para soltar su playera y tomar el otro extremo de la mascada en su cuello, sosteniendo ahora las dos puntas con mis dos manos. Esto, lo use ventajosamente para jalarlo un poco hacia mi, haciendo que se acomodara en el espacio entre mis piernas, y que su rostro quedara cerca del mio gracias a ese agarre. -como le gustaría comenzar...esta noche...nuestra noche?- finalice con una notable sonrisa llena de coquetería, a la vez que mis manos acariciaban sugerentemente de arriba a abajo aquel accesorio en su cuello.
-Annyeong hi jumuseyo- respondí en coreano a su saludo, haciendo una ligera y discreta reverencia con la cabeza al tenerlo tan cerca de mi, dejando que oliera de la masculina fragancia que revelaba su piel, misma que se expedía con más fuerza cada vez que él movía alguna parte de su cuerpo.
Sin poderlo evitar encogí un poco los hombros, sintiendo un escalofrió cuando su mano se aferro con suavidad del borde de mi kimono, y no era porque me sintiera incomoda, si no porque suaves cosquillas me recorrían a manera que iba bajando, obligándome a morder mis labios con algo de fuerza para no llegar a reír.
-Un placer conocerlo Yo-sama...- susurré mirando discretamente aquel roce con mis senos, justo antes de que subiera de vuelta a mi cuello; con el gran propósito de aflojar la prenda y hacer caer por mis hombros, dejando esa frágil zona de mi anatomía al descubierto.
-Yo soy...afortunada de estar aquí esta noche con usted.- sonreí ligeramente divertida, concentrando mi mirada en la suya para seguir hablando. -Mi nombre es Hwang SeMi, puede decirme "Saem" o SeMi...como usted lo deseé.- suavemente y en un movimiento que parecía "natural", moví mi cabeza hacia un lado, dejando que mi cabello fuera removido de mis hombros, para que no hubiera impedimentos en la revelar un poco más gracias al escote.
Mi mirada ahora estaba fija en ver cada prenda de su especial atuendo, sobre todo en lo bien que llegaban a combinar sus accesorios, como aquella mascada con lo demás. -Así que...Yo-sama...tenemos un cuarto lleno de juegos, para usted y yo.- remarqué lo obvio, mientras que mi mano derecha tomaba aquella prenda que llamaba mi atención, dejando que la misma resbalara entre mis dedos para sentir su suavidad.
Mientras tanto, mi mano izquierda había encontrado un camino un poco mas interesante...siendo este el pronunciado cuello en V de su playera, mismo que delineé con la punta de mis dedos, llegando incluso a imitar lo que él había hecho en mi kimono, pero cuando yo rocé su pecho no volví a subir, si no que mantuve mis dedos ahí, enganchados del cuello, bajándolo solo un poco más. -Dígame usted...- abrí un poco mis piernas, calculando el momento correcto para soltar su playera y tomar el otro extremo de la mascada en su cuello, sosteniendo ahora las dos puntas con mis dos manos. Esto, lo use ventajosamente para jalarlo un poco hacia mi, haciendo que se acomodara en el espacio entre mis piernas, y que su rostro quedara cerca del mio gracias a ese agarre. -como le gustaría comenzar...esta noche...nuestra noche?- finalice con una notable sonrisa llena de coquetería, a la vez que mis manos acariciaban sugerentemente de arriba a abajo aquel accesorio en su cuello.
SeMi Hwang- 10 de Corazones
- Edad : 31
Re: Juegos del pecado~ [PRIV]
Mi mirada estaba concentrada en la suya, pero aquel movimiento por parte suya, obligo a que esta inevitablemente y aunque solo fuera por un fugaz vistazo, que mis ojos se centraran en aquella parte de su piel expuesta. Volví la mirada a la ajena y me concentre en la sensual mirada que me ofrecían, pero a pesar de que mis ojos estaban centrados y mi semblante era mas que tranquilo, eso no impediría que mis manos se aventuraran por las partes mas atrayentes para mi de su esbelto y curvilíneo cuerpo, empezando por sus muslos que estaban beneficiosamente expuestos y en los cuales, entre ligeros roses, las yemas de mis dedos ascendían.
-SeMi entonces…-
Dije con suavidad mientras que mis dedos continuaban yendo y viniendo por la piel de sus muslos, llegando hasta el borde de su diminuto kimono y regresando hasta sus rodillas una y otra vez. Sin oponer ni objetar le permití a sus manos jugar así como mis manos lo hacia, era una buena oportunidad para probar que tan bien sabia moverse, así fuera una insignificante acción, quería ver si la podía convertir en una ventajosa, no solo para ella si no para mi. Para mi fortuna, lo había hecho, aunque obviamente no iba a juzgar la función entera solo por el primer acto pero este había sido ciertamente certero al llevarme entre sus piernas con un jalón de aquella prenda meramente decorativa a lo que mis manos respondieron apretando sus muslos con un poco de fuerza.
-Hay muchas maneras de… empezar… y debo decir, que tu peculiar atuendo me a dado muchas ideas mas para… hacerlo, empezar claro esta…-
Reí de manera leve y deje de apretar la piel de sus muslos para ascender mis dedos por estos, rebasando el límite que tenia, el cual era el borde de su pequeña prenda para así, poder llegar hasta un poco mas debajo de sus caderas, deteniéndome hasta sentir en la yema de mis dedos, el delicado corte, del borde de su prenda interior.
-Pero, hay cosas en la mesa de juego que no… nos servirán para empezar…-
Sonreí con malicia y en ambos dedos índices de mis manos, enganche aquella delicada prenda y empecé a tironear de la misma para deslizarle bajo su ropa, bajándola por sus piernas hasta dejarla sobre sus rodillas.
-¿No lo crees?..-
Me relamí los labios y me aleje solo un poco de aquel cálido lugar que era entre sus piernas para poder terminar por jalar su prenda por ellas, dejando que el mismo peso de esta le arrastrara por sus pantorrillas hasta quedar pendiendo de sus tobillos. Volví a acomodarme entre sus piernas, solo que esta vez, empuje mi cuerpo contra el suyo, haciendo que el ajeno se medio recostara sobre la mesa y esta vez acomode mis manos sobre la misma a los costados de su cintura, aprisionando su cuerpo entre mis brazos.
-SeMi entonces…-
Dije con suavidad mientras que mis dedos continuaban yendo y viniendo por la piel de sus muslos, llegando hasta el borde de su diminuto kimono y regresando hasta sus rodillas una y otra vez. Sin oponer ni objetar le permití a sus manos jugar así como mis manos lo hacia, era una buena oportunidad para probar que tan bien sabia moverse, así fuera una insignificante acción, quería ver si la podía convertir en una ventajosa, no solo para ella si no para mi. Para mi fortuna, lo había hecho, aunque obviamente no iba a juzgar la función entera solo por el primer acto pero este había sido ciertamente certero al llevarme entre sus piernas con un jalón de aquella prenda meramente decorativa a lo que mis manos respondieron apretando sus muslos con un poco de fuerza.
-Hay muchas maneras de… empezar… y debo decir, que tu peculiar atuendo me a dado muchas ideas mas para… hacerlo, empezar claro esta…-
Reí de manera leve y deje de apretar la piel de sus muslos para ascender mis dedos por estos, rebasando el límite que tenia, el cual era el borde de su pequeña prenda para así, poder llegar hasta un poco mas debajo de sus caderas, deteniéndome hasta sentir en la yema de mis dedos, el delicado corte, del borde de su prenda interior.
-Pero, hay cosas en la mesa de juego que no… nos servirán para empezar…-
Sonreí con malicia y en ambos dedos índices de mis manos, enganche aquella delicada prenda y empecé a tironear de la misma para deslizarle bajo su ropa, bajándola por sus piernas hasta dejarla sobre sus rodillas.
-¿No lo crees?..-
Me relamí los labios y me aleje solo un poco de aquel cálido lugar que era entre sus piernas para poder terminar por jalar su prenda por ellas, dejando que el mismo peso de esta le arrastrara por sus pantorrillas hasta quedar pendiendo de sus tobillos. Volví a acomodarme entre sus piernas, solo que esta vez, empuje mi cuerpo contra el suyo, haciendo que el ajeno se medio recostara sobre la mesa y esta vez acomode mis manos sobre la misma a los costados de su cintura, aprisionando su cuerpo entre mis brazos.
Yo- Cliente
Re: Juegos del pecado~ [PRIV]
Me estremecí de sobre manera cuando sus dedos no solo se adentraron en mi prenda, si no también se enrollaron en la ropa interior que hacía juego y que ciertamente no pensé que fuera de su interés tan pronto. -Lo mejor será quitarlas entonces.- respondí sin analizar bien mis palabras, aunque las mismas cobraron significado en el momento en el cual tironeo de la tela como si esta no pusiera ningún impedimento, hasta llegar a a bajarlas por mis muslos y dejarlas en mis rodillas. Acción a la cual abrí un poco más las piernas para que le fuera fácil terminar de quitarla, dejándome con una desnudez que no era reflejada gracias al kimono que aún me cubría, pero aun así era más que obvia e incluso causaba una extraña calidez en mi cuerpo.
-Totalmente de acuerdo con usted Yo-sama; todo lo que no sirve...habrá que quitarlo.- murmuré a la vez que mis manos tiraban de la mascada de su cuello para quitarla de ahí, consiguiendo así arrojarla al piso con un solo movimiento de mi muñeca; esto sin perturbar alguna prenda de su atrayente vestuario.
Habiendo retirado aquella prenda, me era mucho más fácil el acariciar la piel de su cuello, subiendo lenta y delicadamente a su nuca, donde las más tenues caricias se hicieron presentes en su piel, además de que esto me servía para llegar a jalar su cuerpo con ayuda de mi peso, así que mediante yo me iba recostando en la mesa de juegos, también conseguía hacer que su cuerpo se inclinara hacia el frente y sobre todo que su rostro quedara convenientemente cerca del mio.
Con ayuda de mis piernas que estaban a la altura de sus caderas, conseguí abrazarme de él y darle un leve empujoncito hacia mi, causando que los dos quedaramos totalmente apoyados contra la mesa, beneficiándome en la cercanía con él, pero...causando que mi kimono cayera por mis hombros aún más que antes debido a que el obi de este quedaba presionado bajo nuestros cuerpos.
-Totalmente de acuerdo con usted Yo-sama; todo lo que no sirve...habrá que quitarlo.- murmuré a la vez que mis manos tiraban de la mascada de su cuello para quitarla de ahí, consiguiendo así arrojarla al piso con un solo movimiento de mi muñeca; esto sin perturbar alguna prenda de su atrayente vestuario.
Habiendo retirado aquella prenda, me era mucho más fácil el acariciar la piel de su cuello, subiendo lenta y delicadamente a su nuca, donde las más tenues caricias se hicieron presentes en su piel, además de que esto me servía para llegar a jalar su cuerpo con ayuda de mi peso, así que mediante yo me iba recostando en la mesa de juegos, también conseguía hacer que su cuerpo se inclinara hacia el frente y sobre todo que su rostro quedara convenientemente cerca del mio.
Con ayuda de mis piernas que estaban a la altura de sus caderas, conseguí abrazarme de él y darle un leve empujoncito hacia mi, causando que los dos quedaramos totalmente apoyados contra la mesa, beneficiándome en la cercanía con él, pero...causando que mi kimono cayera por mis hombros aún más que antes debido a que el obi de este quedaba presionado bajo nuestros cuerpos.
SeMi Hwang- 10 de Corazones
- Edad : 31
Re: Juegos del pecado~ [PRIV]
No objete en absoluto por el movimiento de sus manos, después de todo estábamos comenzado un pequeño juego y tenia que ver los movimientos de mi acompañante para planear mi siguiente jugada. Y claro estaba que tras cada movimiento por parte de ambos, vendría con beneficios para ambas partes y la suya fue el tocar mi piel de manera más directa. Tampoco hice movimiento alguno por aquello, simplemente dejaba que sus manos se movieran a voluntad y los únicos movimientos de momento por parte mía eran los que me veía obligado a hacer, como el hecho de apoyar un poco mas mi cuerpo sobre el suyo aunque claro no dejando caer todo el peso de este sobre ella con ayuda de mis manos.
Era inevitable el pasar por alto el que mas de su piel quedara convenientemente a mi vista y con una sonrisa ladina atravesando mis labios acerque estos hacia uno de sus hombros donde únicamente pase mi nariz por ese tibio lugar logrando aspirar el aroma de su piel y darle apenas un leve frote a ella con mis labios.
-Así es… y creo que, el haber escogido algo tan…escaso para vestir, te sacara rápidamente del juego…-
Murmure sobre su piel, sin perder ese dejo de malicia que inclusive había en mis ojos y arrastre mis labios de su hombro a su pecho, justo al nacimiento de sus senos donde solo al estar en tan tibio y atrayente lugar me di la oportunidad de asomar un poco la lengua para probar directamente de su piel dejando un húmedo y cálido camino de mi saliva en el trayecto mismo en el cual deje que mi respiración chocara por un momento y mientras de aquello, mis manos se afianzaron directamente a uno de los pliegues de su ropa por la parte superior para empezar a jalar este para lentamente, dejar sus pechos al descubierto. Con ayuda de mis manos me encargue de sacar la parte superior de su prenda de sus brazos para que esta únicamente quedara sostenida por su cadera, logrando así que su torso quedara completamente a mi vista.
-Ahora bien… podría ser yo quien se encargara de continuar, te dejo sacar una prenda mía mas y yo daría por finalizado el juego al despojarte de tu lindo kimono, pero, creo que ambos sabemos que la intención del encuentro es que haya algo de…diversión…-
Deje mi oración abierta y me fui incorporando, alejándome de cualquier tacto posible para con ella y basto con que retrocediera un par de pasos y estirara una de mis manos para alcanzar una silla cercana misma que coloque delante de la mesa de juegos, donde claramente tendría una buena vista y donde justamente tome asiento.
-Así que, desvístete para mi linda, y si me agrada como manejas el movimiento y el caer de la prenda que te queda, yo me desvisto para ti… y si no, pues… tú me desvistes-
Sonreí con perversidad ante mi propuesta que más que ello era como una apuesta en la que quizá ambos resultados eran más que atrayentes para ambos.
Era inevitable el pasar por alto el que mas de su piel quedara convenientemente a mi vista y con una sonrisa ladina atravesando mis labios acerque estos hacia uno de sus hombros donde únicamente pase mi nariz por ese tibio lugar logrando aspirar el aroma de su piel y darle apenas un leve frote a ella con mis labios.
-Así es… y creo que, el haber escogido algo tan…escaso para vestir, te sacara rápidamente del juego…-
Murmure sobre su piel, sin perder ese dejo de malicia que inclusive había en mis ojos y arrastre mis labios de su hombro a su pecho, justo al nacimiento de sus senos donde solo al estar en tan tibio y atrayente lugar me di la oportunidad de asomar un poco la lengua para probar directamente de su piel dejando un húmedo y cálido camino de mi saliva en el trayecto mismo en el cual deje que mi respiración chocara por un momento y mientras de aquello, mis manos se afianzaron directamente a uno de los pliegues de su ropa por la parte superior para empezar a jalar este para lentamente, dejar sus pechos al descubierto. Con ayuda de mis manos me encargue de sacar la parte superior de su prenda de sus brazos para que esta únicamente quedara sostenida por su cadera, logrando así que su torso quedara completamente a mi vista.
-Ahora bien… podría ser yo quien se encargara de continuar, te dejo sacar una prenda mía mas y yo daría por finalizado el juego al despojarte de tu lindo kimono, pero, creo que ambos sabemos que la intención del encuentro es que haya algo de…diversión…-
Deje mi oración abierta y me fui incorporando, alejándome de cualquier tacto posible para con ella y basto con que retrocediera un par de pasos y estirara una de mis manos para alcanzar una silla cercana misma que coloque delante de la mesa de juegos, donde claramente tendría una buena vista y donde justamente tome asiento.
-Así que, desvístete para mi linda, y si me agrada como manejas el movimiento y el caer de la prenda que te queda, yo me desvisto para ti… y si no, pues… tú me desvistes-
Sonreí con perversidad ante mi propuesta que más que ello era como una apuesta en la que quizá ambos resultados eran más que atrayentes para ambos.
Yo- Cliente
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