Pool Night~ [Libre]

Pude reunir la mayoría de las bolas con mis manos, faltandome solo las que habían caído al piso, cuando de repente una grave y masculina voz me tomo por sorpresa, haciendo que soltara las bolas y que girara rápidamente en mi "propio eje" quedando esta vez de frente al dueño de esa voz, con mis piernas bien abrazadas a mi pecho. -Si pero...- alcancé a decir antes de verme interrumpido de nuevo por él, viendo como recogía el taco que yo había dejado por ahí.
No solía asustarme con regularidad, pero sabía que era uno de los jefes y que lo mejor era seguir sus ordenes, aunque no me gustara nada el tono que había usado para hacerlo.
En silencio me baje de la mesa de billar, comenzando a recoger las bolas que estaban cercanas a mi posición, dirigiéndome luego a la primera que había señalado, la cual estaba muy cerca de su pie . -Estoy seguro de que mi "incompetencia" en este tipo de juegos puede ser compensada por mis talentos en otras cosas.- dije caminando lentamente a sus espaldas, paseando ligeramente una de mis manos por su cuerpo antes de volver a la mesa, acomodando en forma de triangulo todas las bolas, tal y como estaban en el principio.

Recibí el taco en mis manos, para luego encontrarme con su cuerpo detrás de mi, doblandome un poco hacia el frente e indicándome la manera correcta para sostener el largo artefacto que tenía en las manos.
Esta vez preste total atención a lo que decía, acomodando con un movimiento mi rosa y larga cabellera hacia un lado, permitiéndome tener mejor visión, pero causando que a la vez la blanca columna de mi cuello y mi nuca quedaran expuesta a sus ojos, al igual que cierta parte de mi hombro. Detalle que no me importo en lo más mínimo ya que mi concentración estaba en aplicar solo la fuerza necesaria.
Me sentía ligeramente incomodo por su mano en mi hombro la cual no me dejaba mover con libertad pero aun así atine a moverme esta vez de la forma correcta, golpeando la bola blanca para que fuera a dar directo a las demás, distribuyendolas alrededor de la mesa.
-Así esta mejor?- sonreí girando mi cabeza un poco más, mirándolo fijamente por unos instantes.
Levemente moví mi cuerpo hacia atrás, buscando dirigirme hasta el lugar donde había quedado la bola blanca, pero al hacerlo choque irremediablemente con su cuerpo, provocando un accidental, sorpresivo, pero excitante roce, sobre todo por el hecho de que mi vientre y mis piernas estaban al descubierto y así sentía el contraste de las telas de su ropa con la suavidad de mi piel. -Ah~ Aunque...es bastante duro aprender si su cuerpo me interrumpe de esa manera.- reí dando un giro para escapar de sus brazos, caminando hacia el lado contrario de la mesa, ignorando un momento su presencia para analizar el juego frente a mi.
No debía de ser tan difícil el empujar la bola blanca hacia una de las otras, buscando un efecto en cadena...o bueno al menos tenía que intentarlo y así dejar de parecer un indefenso alumno.

Le dedique otra mirada antes de golpear la bola blanca, y tal y como lo había pensado, conseguí golpear la que estaba en frente provocando que esta empujara a la amarilla hacia el hoyo más cercano de la mesa, consiguiendo meter la primera. - Oh vaya creo que no soy tan malo en esto, solo esperemos que el alumno no supere al maestro.- susurre colocando el taco de manera vertical en el piso, apoyándome un poco en este como si fuera una especie de bastón, con ambas manos sobre la punta y mi mentón encima de esto, consiguiendo mirarlo fijamente. -Dígame, qué más puede enseñarme?- dije refiriéndome al pool...o quizás no~ -Siempre es bueno aprender cosas nuevas no cree?-

Mi cuerpo dio un ligero brinco por tenerlo tan cerca y sobre todo al sentir esa sugerente manera con la que su cuerpo se rozaba con el mio, pero en ningún momento intente retirarme ni mucho menos detener ese interesante contacto del palo con mi entrepierna, ya que mi curiosidad...y en cierta forma esas placenteras cosquillas que le daba a mi cuerpo eran más grandes que mi sentido común.
Entre abrí mis labios al soltar uno que otro suspiro cuando las sensaciones se iban haciendo más fuertes con el roce con mis sensibles testículos, aunque pronto...tan rápido como había llegado, aquel contacto se había detenido al verme abandonado por él, dejándome con una cierta ansiedad que se manifestaba a través de ligeros escalofríos que recorrían mi espalda.
Recuperando un poco mi respiración normal mire primero hacia donde había arrojado el palo, para luego voltear mi cuerpo por completo a él, dando una dramática vuelta en mi sitio y luego caminando poco a poco. -No cree que eso sería bastante...aburrido? Simplemente terminar el juego mientras usted observa.- dije mientras que me posicionaba justo frente a él, teniendo la posibilidad de colocar mi mano izquierda sobre el cuello de su camisa, dejando la otra en un tenue agarre a su corbata. -Yo aprendo mucho mejor con la practica...y sobre todo si hay algo interesante de por medio.- con ayuda de ese agarre y de la posición de nuestros cuerpos, fui caminando levemente hacia el frente, empujándolo discretamente hacia atrás hasta que su espalda choco con la mesa de billar. -¿Qué le parece entonces si lo hacemos más interesante?- me incline hacia el frente, provocando que a pesar de la clara diferencia de estaturas él se fuera doblando poco a poco hacia atrás. -El perdedor de cada turno tendrá que hacer lo que el ganador quiera. Pero aquel que gane el juego...tendrá el premio mayor- sonreí de costado terminando por inclinarme de tal forma que estábamos a nada de quedar recostados en la mesa, creando un notable roce de los dos. Gracias a esto mi rostro, en especifico mis labios habían quedado cerca de los suyos, haciendo tan solo un leve y minúsculo roce en el momento en el cual me estire por el palo que él mismo había arrojado. -¿Qué dice...acepta?- susurre y de pronto me incorpore de golpe, rompiendo cualquier contacto entre él y yo, colocando ese taco justo entre los dos.

Observé con total...fascinación, la facilidad con la cual golpeaba aquellas bolas hasta hacerlas entrar en tres diferentes lugares, dejándome ver que si de haber aceptado mi "juego" el claro perdedor sería yo. Sin embargo su nueva propuesta no perdía lo interesante ni mucho menos lo atrayente, ya que la posibilidad de cobrar más...rápido mi premio o pagar un castigo lo hacía mucho más divertido.
-No creo que sepa que es lo que quiero en realidad...Masashi-sama.- arrastre su nombre como si quemara la punta de mi lengua, mientras que mis ojos estaban fijos en su rostro, notando las nada discretas miradas que le dedicaba a mis piernas, consiguiendo arrancarme una traviesa sonrisa que se quedo instalada en mi rostro. -Puedo pedir cosas tan obvias como un simple beso...pero le aseguro que se usarlo perfectamente a nuestra conveniencia.- desvié mi mirada de su rostro para dejar caer el taco que sostenía en mis manos, prefiriendo caminar hasta él y así colocar mi mano derecha alrededor de la punta del suyo, dándole una sugerente caricia de arriba a abajo. -¿Me permite?- susurré quitandole aquel objeto de las manos, para comenzar a caminar con este alrededor de la mesa, simplemente observando que sería lo mejor para mi y así lograr meter la bola 8 y no cometer el error de que fuera otra la que ocupara su lugar.

Después de un par de vueltas, alcancé a divisar que cerca de la bola blanca había una bola roja que si golpeaba en la dirección correcta esta podía rebotar con el borde de la mesa y así...pegar directo en la bola 8, empujándola directamente a un hoyo.
El lugar indicado para hacerlo era justo frente a donde él estaba parado, así que mi mirada estaba semi-concentrada en él, tan solo viendo de reojo sus facciones, dedicándole una que otra sonrisa para luego centrarme totalmente en ese movimiento...recordando la fuerza, la dirección y el empuje correcto para al fin empujar aquel taco, golpeando ligeramente la bola blanca. Con la mirada seguí el recorrido de la misma, deseando en silencio que fuera a tener la trayectoria correcta.
Solté un ligero suspiro cuando la bola roja al fin reboto justo donde yo quería, haciendo que en efecto...aquella bola negra fuera golpeada y se adentrara con éxito a uno de los hoyos. -Quién lo diría eh?- contuve una ligera risa, mordiendo mis rosas labios de manera traviesa antes de levantar la mirada hacia él, enviándole un beso en el aire mientras que ignoraba las bolas y aquel olvidado juego para subirme a la mesa en la cual comencé a gatear poco a poco hasta él, tirando así las bolas a mi alrededor al suelo sin tomarme la molestia de siquiera mirarlas. -Supongo que gane ¿cierto?- sonreí estirando mi mano derecha de vuelta a su corbata, haciendo un firma agarre de esta para que su rostro estuviera junto al mio, ya que gracias a estar sobre la mesa tenía casi la misma "altura" que él. -Lo que quiero es muy simple...y muy complejo a la vez, lo que si le aseguro es que será de lo más divertido para ambos- hablaba cerca de sus labios, dejando que mi aliento chocara con el suyo y que mis ojos azules se perdieran en la profundidad de los suyos. -Quiero que esta noche...me deje atenderlo...tal y como un rey como usted merece.- asomé la punta de mi lengua de entre mis labios, dejando que se rozara con su labio inferior. -Que por hoy...sus pensamientos mueran justo aquí...en mis labios- musité justo antes de sellar sus labios con los míos, mientras que con ayuda de mi peso lo jalaba hacia mi, haciendo que bruscamente y de golpe...sin darle posibilidades de apartarse, su cuerpo se posicionar sobre del mio en aquella mesa de billar, esto sin apartarme de sus labios, hundiéndome pasionalmente en estos.-