Smoking [libre]
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Smoking [libre]
Una noche más entre tantas y la rutina seguía siendo la misma. Por el día el casino se mantenía cerrado, algunos empleados se dedicaban a limpiar los desastres de la noche anterior y algunos como él dormían hasta tarde, al punto de que al abrir las cortinas del apartamento la luz solar parecía querer quemarle las pupilas. Todo el día era en apariencia, tranquilo, hasta que la noche caía y todo se “transformaba”. La ciudad se encendía, los rascacielos se iluminaban y las luces de neón predominaban en el ambiente. Pero no solo la ciudad se encendía. A esa hora, donde todo estaba a oscuras y se iluminaba por la luz artificial, el casino también abría sus puertas. Tarde o temprano los clientes comenzaban a llegar, uno por uno, a llenarlo y a “hacer de las suyas”. Algunos de estos sujetos eran ciertamente desagradables, pervertidos y otros más pasables. Esa noche debía trabajar y lo estuvo haciendo, hasta que el cliente tuvo que “huir”, cosa que agradeció más él que otra cosa. Cuando el cliente su hubo ido, no desaprovechó la oportunidad para escabullirse de todo eso. Se perdió entre la terraza, donde estaba, para escabullirse por varios de los salones hasta llegar a la recepción y de ahí, hasta la entrada del casino.
Suspiró con alivio. Aire fresco, o aparentemente fresco. Fuera del ambiente del lugar que de casino sólo tenía la fachada. Buscó un lugar donde no fuese demasiado visto, “ocultándose” en una de las columnas claras. Allí recostó la espalda y comenzó a palpar entre los bolsillos de sus pantalones. Primero el izquierdo y luego el derecho. Así pues, pudo sacar del interior una cajita, donde se leía claramente el nombre “Cherokee”, la marca de cigarrillos que más solía usar. Con una mano sujetó la caja y con la otra la abrió, sacando uno de esos cilindros que lo distraerían por rato. Guardó la caja y buscó el encendedor, sujetando el cigarro entre el dedo medio e índice, lo acercó a los labios y con el mechero intentó encenderlo, fallando en un principio. —Vamos…—frunció algo el cejo y bastó con un solo intento más para que la flama saliera y el cigarro se encendiera. Le dio una calada y dejó salir el humo por sus labios entreabiertos, pareciendo que se relajaba de no tener que estar allá dentro por unos instantes, mientras fumaba aquel cigarrillo.
Otra vez, volvió a acercar el cilindro a sus labios y caló, observando alrededor y soplando el humo, dedicándose más a mirar las luces de la ciudad que en fijarse en quién podría pillarlo allá fuera fumando y zafándose apenas por unos minutos de su trabajo.
Suspiró con alivio. Aire fresco, o aparentemente fresco. Fuera del ambiente del lugar que de casino sólo tenía la fachada. Buscó un lugar donde no fuese demasiado visto, “ocultándose” en una de las columnas claras. Allí recostó la espalda y comenzó a palpar entre los bolsillos de sus pantalones. Primero el izquierdo y luego el derecho. Así pues, pudo sacar del interior una cajita, donde se leía claramente el nombre “Cherokee”, la marca de cigarrillos que más solía usar. Con una mano sujetó la caja y con la otra la abrió, sacando uno de esos cilindros que lo distraerían por rato. Guardó la caja y buscó el encendedor, sujetando el cigarro entre el dedo medio e índice, lo acercó a los labios y con el mechero intentó encenderlo, fallando en un principio. —Vamos…—frunció algo el cejo y bastó con un solo intento más para que la flama saliera y el cigarro se encendiera. Le dio una calada y dejó salir el humo por sus labios entreabiertos, pareciendo que se relajaba de no tener que estar allá dentro por unos instantes, mientras fumaba aquel cigarrillo.
Otra vez, volvió a acercar el cilindro a sus labios y caló, observando alrededor y soplando el humo, dedicándose más a mirar las luces de la ciudad que en fijarse en quién podría pillarlo allá fuera fumando y zafándose apenas por unos minutos de su trabajo.
Hyde- 10 de Corazones
Re: Smoking [libre]
Había sido uno de esos fastidiosos días que no parecían terminar; gente por aquí por allá, su papeleo, sus problemas, dándole vueltas al mismo asunto una y otra vez. Sobraba decir que estaba por demás estresado y por ende, cansado.
Sabía perfectamente lo que haría una vez que me librara de todo aquello, aquel lugar ya era parte de mi rutina y visitarlo frecuentemente y en días como esos ya era parte de mi costumbre, por lo que al salir del trabajo, me dirigí rápidamente a mi automóvil para salir de ahí. Era ya algo entrada la noche, pero la hora era lo de menos, aquel sitio abandonaba los servicios hasta altas horas de la madrugada y si lo veía necesario, bien podría llevarme la diversión a casa. Estaba a unos minutos de llegar, había avanzado rápido ya que dada la hora, el tráfico era lo que menos había y me permitió llegar mucho antes de lo esperado.
Me aparque cerca, a solo una calle de distancia, dejar mi auto ahí no representaba ningún problema ya que era un lugar seguro en lo cabía, además de que no faltaba algún guardia de los lugares cercanos que cuidara tu pertenencia a cambio de un par de billetes, y precisamente eso era lo que haría, cerca de donde estaba estacionado, había un guardia que con solo un asentimiento de cabeza por parte mía y una mirada de reojo a mi auto, supo perfectamente lo que tenia que hacer. Avance por la calle con algo de prisa, sintiéndome ya un poco mas relajado por lo fresco de la noche que chocaba en mi rostro. Estaba a unos cuantos pasos de atravesar la entrada del casino, y así hubiera sido de no haber desviado un poco la mirada, que atribuía a ese ligero olor a tabaco en el aire.
No era muy común ver gente afuera de aquel sitio y menos descansando, porque para que hacerlo ahí cuando había mejores distracciones dentro del lugar; así que como una idea vaga, por mi mente cruzo el hecho de que era uno de los empleados, pero, no es que ese lugar les diera permiso de salir de este a fumar ni mucho menos a descansar en una hora laboral y sobre todo por las noches que era cuando mas concurrencia había, por lo que si mis conclusiones eran ciertas, se escabullía de su trabajo.
Di un vistazo a la entrada del casino, bien pude haber entrado y pasar por alto a aquella de momento silueta negra que se ocultaba y seguir con lo que venia a hacer, pero aquello era nuevo y yo tenia muchos días con la misma rutina por lo que, que mejor para acabar con ella que inmiscuirme en algo que quizá no me interesaba. Sin pensarlo mucho más, dejándome llevar por ese fugaz impulso avance en calmados pasos hacia donde estaba aquella pequeña silueta, solo que, desviándome un poco, di la vuelta por donde estaba para poder llegar a sus espaldas y de una manera suave murmure.
-Con que, escapándote de tus labores ¿he?-
Trate de contener una ligera risa por mi pequeña “broma” y con las manos guardadas en los bolsillos de mi pantalón, termine de acércame a lo que ahora ubicaba como un chico y me posicione a un lado suyo, observándole de manera fija y a detalle para distinguir bien su rostro con la poca luz que había en el lugar, dejando que en mi rostro, se dibujara apenas una pequeña sonrisa de costado.
Sabía perfectamente lo que haría una vez que me librara de todo aquello, aquel lugar ya era parte de mi rutina y visitarlo frecuentemente y en días como esos ya era parte de mi costumbre, por lo que al salir del trabajo, me dirigí rápidamente a mi automóvil para salir de ahí. Era ya algo entrada la noche, pero la hora era lo de menos, aquel sitio abandonaba los servicios hasta altas horas de la madrugada y si lo veía necesario, bien podría llevarme la diversión a casa. Estaba a unos minutos de llegar, había avanzado rápido ya que dada la hora, el tráfico era lo que menos había y me permitió llegar mucho antes de lo esperado.
Me aparque cerca, a solo una calle de distancia, dejar mi auto ahí no representaba ningún problema ya que era un lugar seguro en lo cabía, además de que no faltaba algún guardia de los lugares cercanos que cuidara tu pertenencia a cambio de un par de billetes, y precisamente eso era lo que haría, cerca de donde estaba estacionado, había un guardia que con solo un asentimiento de cabeza por parte mía y una mirada de reojo a mi auto, supo perfectamente lo que tenia que hacer. Avance por la calle con algo de prisa, sintiéndome ya un poco mas relajado por lo fresco de la noche que chocaba en mi rostro. Estaba a unos cuantos pasos de atravesar la entrada del casino, y así hubiera sido de no haber desviado un poco la mirada, que atribuía a ese ligero olor a tabaco en el aire.
No era muy común ver gente afuera de aquel sitio y menos descansando, porque para que hacerlo ahí cuando había mejores distracciones dentro del lugar; así que como una idea vaga, por mi mente cruzo el hecho de que era uno de los empleados, pero, no es que ese lugar les diera permiso de salir de este a fumar ni mucho menos a descansar en una hora laboral y sobre todo por las noches que era cuando mas concurrencia había, por lo que si mis conclusiones eran ciertas, se escabullía de su trabajo.
Di un vistazo a la entrada del casino, bien pude haber entrado y pasar por alto a aquella de momento silueta negra que se ocultaba y seguir con lo que venia a hacer, pero aquello era nuevo y yo tenia muchos días con la misma rutina por lo que, que mejor para acabar con ella que inmiscuirme en algo que quizá no me interesaba. Sin pensarlo mucho más, dejándome llevar por ese fugaz impulso avance en calmados pasos hacia donde estaba aquella pequeña silueta, solo que, desviándome un poco, di la vuelta por donde estaba para poder llegar a sus espaldas y de una manera suave murmure.
-Con que, escapándote de tus labores ¿he?-
Trate de contener una ligera risa por mi pequeña “broma” y con las manos guardadas en los bolsillos de mi pantalón, termine de acércame a lo que ahora ubicaba como un chico y me posicione a un lado suyo, observándole de manera fija y a detalle para distinguir bien su rostro con la poca luz que había en el lugar, dejando que en mi rostro, se dibujara apenas una pequeña sonrisa de costado.
Shaura- Cliente
Re: Smoking [libre]
A medida que los segundos pasaban, menos se ponía a pensar sobre un desconocido o cliente que pudiera pillarlo. Era bueno estar afuera de vez en cuando, sin pensar en estar con un cliente interesado en estar con él aunque fuera por esa noche. No se quejaba pues era su trabajo, mas a esa hora solo deseaba hacer justo lo que hacía: fumar. Lo hacía con total calma y se dedicaba a disfrutar del cigarro, todo sin imaginar que el mismo olor tan distintivo del tabaco fuera el que lo delataría ante otra persona. Por esa misma razón, pasó un pequeño susto cuando de la nada, una vez salida de quién sabe dónde lo hizo salir del ensimismamiento. Justo dejaba escapar el humo y padeció un pequeño respingo, alejando el cigarro de sus labios para poder fijarse en quién fue aquella persona que lo “pilló” escapando de las obligaciones. A su lado de la nada se encontraba un sujeto que no pudo distinguir del todo a la primera. Rió con levedad por la “broma” y volvió a sostener el cigarro entre sus dedos.
—No, no me escapo. —le dijo con un tono tranquilo, como si no tuviera miedo porque un cliente lo encontró “escapándose” de las labores que debería hacer. —Estoy tomándome un pequeño descanso. —volvió a hablar de manera amena.
Se sintió de alguna manera observado por el cliente, pero al contrario de lo pensado, también lo observó y comenzó a preguntarse, ¿quién era? No lo conocía por nombre, pero al llevar tiempo trabajando en el casino, era más que obvio que había visto su cara en más de una ocasión. Parecía un cliente que fue más de una vez a ese lugar y por ello, supuso que como todos no solo venía por ahí de curioso, sino que a recibir un servicio. Despegó la mirada castaña del sujeto y le dio una última calada al cigarro antes de usar la pared detrás de él para apagarlo y con un tiro de gracia, logró que la colilla cayera a un zafacón no muy lejano, justo al lado de la columna que le seguía. Mera puntería. Permaneció observando donde había caído la colilla y sin importar cuán fijo fuera visto por los penetrantes ojos del cliente, no volteaba para regresar el gesto. Esa mirada lejos de incomodarlo, lo tenía sin cuidado. Una vez se trabajaba en algo como el casino las miradas eran cosas de todos los días.
—Aunque ahora no podría decir que escapo del trabajo. —habló dignándose en verlo de soslayo, con una suave sonrisa, pues ahora le hablaba y eso de cierto modo significaba que era un empleado atendiendo al cliente que acaba de llegar. Si la intuición no fallaba y estaba en lo correcto, ese desconocido, ahora un cliente, solo estaba buscando como muchos de los ricos que venían al casino, relajarse un rato del “arduo” trabajo del día que ser un hombre de negocios representaba. Dejó de mirarlo, sólo quedándose con esas cosas importantes en mente, como que tenía el cabello grisáceo rozando un suave color blanco o plata, ojos claros y un porte elegante. Sí, justo como a la persona que las asociaba sus facciones y cuyo nombre no sabía.—Supondré que no escapas de tu trabajo, pero sí deseas tomar un descanso de él al venir hasta aquí, ¿no?—preguntó directo al grano y gracias a la poca luz que despedía el casino desde su interior, se podía visualizar con claridad la corta pero notable sonrisa que se le posó en los labios.
—No, no me escapo. —le dijo con un tono tranquilo, como si no tuviera miedo porque un cliente lo encontró “escapándose” de las labores que debería hacer. —Estoy tomándome un pequeño descanso. —volvió a hablar de manera amena.
Se sintió de alguna manera observado por el cliente, pero al contrario de lo pensado, también lo observó y comenzó a preguntarse, ¿quién era? No lo conocía por nombre, pero al llevar tiempo trabajando en el casino, era más que obvio que había visto su cara en más de una ocasión. Parecía un cliente que fue más de una vez a ese lugar y por ello, supuso que como todos no solo venía por ahí de curioso, sino que a recibir un servicio. Despegó la mirada castaña del sujeto y le dio una última calada al cigarro antes de usar la pared detrás de él para apagarlo y con un tiro de gracia, logró que la colilla cayera a un zafacón no muy lejano, justo al lado de la columna que le seguía. Mera puntería. Permaneció observando donde había caído la colilla y sin importar cuán fijo fuera visto por los penetrantes ojos del cliente, no volteaba para regresar el gesto. Esa mirada lejos de incomodarlo, lo tenía sin cuidado. Una vez se trabajaba en algo como el casino las miradas eran cosas de todos los días.
—Aunque ahora no podría decir que escapo del trabajo. —habló dignándose en verlo de soslayo, con una suave sonrisa, pues ahora le hablaba y eso de cierto modo significaba que era un empleado atendiendo al cliente que acaba de llegar. Si la intuición no fallaba y estaba en lo correcto, ese desconocido, ahora un cliente, solo estaba buscando como muchos de los ricos que venían al casino, relajarse un rato del “arduo” trabajo del día que ser un hombre de negocios representaba. Dejó de mirarlo, sólo quedándose con esas cosas importantes en mente, como que tenía el cabello grisáceo rozando un suave color blanco o plata, ojos claros y un porte elegante. Sí, justo como a la persona que las asociaba sus facciones y cuyo nombre no sabía.—Supondré que no escapas de tu trabajo, pero sí deseas tomar un descanso de él al venir hasta aquí, ¿no?—preguntó directo al grano y gracias a la poca luz que despedía el casino desde su interior, se podía visualizar con claridad la corta pero notable sonrisa que se le posó en los labios.
Hyde- 10 de Corazones
Re: Smoking [libre]
Con una ceja arqueada ligeramente observe el semblante tranquilo con el que él se dirigía hacia mi, no es que esperara alguna en particular pero era algo extraño ya en si que estuviera solo ahí, descansando como afirmaba. Decidí no rondar mas el tema y me concentre en lo que hacia y vagamente, memorizaba el hecho de haberle visto en alguna ocasión en la que había al casino, y no es que fuera muy seguido pero las caras de los empleados eran sin duda difíciles de olvidar.
De un vistazo rápido, vi el lugar donde había arrojado el final de su cigarrillo, pero al volver los ojos a él, solo me tope con su perfil que apuntaba hacia aquel lugar.
-Ciertamente, eso es verdad. Aunque claro siempre puedes “escaparte” de mi también si es que así lo deseas, si no me equivoco es la primera que por lo menos yo te veo, así que no tengo idea de que rango de servicio poseas…-
Mis ojos se posaron en los suyos que ahora me observaban de soslayo y de igual manera, yo mantenía la sonrisa en mis labios. A pesar de que no me era difícil visualizar su rostro pese a la poca luz, decidí avanzar un par de pasos mas, acabando casi completamente con la distancia que nos separaba; ahora podía verle mucho mejor, pero me di cuenta que tendría bajar un poco mi rostro para observar el suyo ya que había una pequeña pero significativa diferencia de estaturas entre ambos.
Al quedar delante de él me di la oportunidad de recorrer su rostro a detalle, ya con un poco de mayor claridad y ahora podía hablar de manera un poco más suave de la normal.
-No, yo no estoy escapando, precisamente vine a lo que piensas…-
Musite observándole y como una reacción natural propia, lleve una de mis manos a apoyarla sobre el lugar donde él estaba recargado, dejándola un costado de su cabeza, mientras que con la otra, con el único uso de mi dedo índice, tomaba la mejilla contraria a la que me mostraba, para mover con suavidad su rostro, haciéndole que me observara de frente y a los ojos mientras que continuaba.
-Eres bastante peculiar ¿Sabes? No había visto en las veces que había pasado por aquí que alguno de los empleados se refiriera de “tu” para con los clientes, pero supongo que eso viene con todo y la ruptura de mi rutina…-
Reí de manera leve y dejando su rostro frente al mío retire mi dedo del mismo, para llevar esa mano a mi cadera donde la pose suavemente, sin hacer ningún movimiento más, manteniendo aquella posición.
-Pero no me gustaría que me atendiera un desconocido, así que…-
Me incorpore hasta quedar derecho nuevamente, alejando mi mano de aquel lugar y de mi propio cuerpo para llevar únicamente una de ellas a toma una de las suyas, misma que levante lentamente al mismo tiempo que inclinaba mi rostro para alcanzar el dorso de esta con los labios, manteniendo la mirada fija en la suya.
-Mi nombre es Shaura y seria más que complacido, si supiera tu nombre, pequeño…-
Murmure sobre la piel de su mano. Aquel quizá no era un saludo, ‘común’ para con un chico, pero mi idea era salir de la monotonía de siempre, por lo que era lo que menos me importaba; ahora mantenía esa corta distancia de su mano con mi rostro, y mis ojos no se alejaban de los suyos y en mis labios nuevamente apareció una sonrisa, esta vez, llena de requiebro.
De un vistazo rápido, vi el lugar donde había arrojado el final de su cigarrillo, pero al volver los ojos a él, solo me tope con su perfil que apuntaba hacia aquel lugar.
-Ciertamente, eso es verdad. Aunque claro siempre puedes “escaparte” de mi también si es que así lo deseas, si no me equivoco es la primera que por lo menos yo te veo, así que no tengo idea de que rango de servicio poseas…-
Mis ojos se posaron en los suyos que ahora me observaban de soslayo y de igual manera, yo mantenía la sonrisa en mis labios. A pesar de que no me era difícil visualizar su rostro pese a la poca luz, decidí avanzar un par de pasos mas, acabando casi completamente con la distancia que nos separaba; ahora podía verle mucho mejor, pero me di cuenta que tendría bajar un poco mi rostro para observar el suyo ya que había una pequeña pero significativa diferencia de estaturas entre ambos.
Al quedar delante de él me di la oportunidad de recorrer su rostro a detalle, ya con un poco de mayor claridad y ahora podía hablar de manera un poco más suave de la normal.
-No, yo no estoy escapando, precisamente vine a lo que piensas…-
Musite observándole y como una reacción natural propia, lleve una de mis manos a apoyarla sobre el lugar donde él estaba recargado, dejándola un costado de su cabeza, mientras que con la otra, con el único uso de mi dedo índice, tomaba la mejilla contraria a la que me mostraba, para mover con suavidad su rostro, haciéndole que me observara de frente y a los ojos mientras que continuaba.
-Eres bastante peculiar ¿Sabes? No había visto en las veces que había pasado por aquí que alguno de los empleados se refiriera de “tu” para con los clientes, pero supongo que eso viene con todo y la ruptura de mi rutina…-
Reí de manera leve y dejando su rostro frente al mío retire mi dedo del mismo, para llevar esa mano a mi cadera donde la pose suavemente, sin hacer ningún movimiento más, manteniendo aquella posición.
-Pero no me gustaría que me atendiera un desconocido, así que…-
Me incorpore hasta quedar derecho nuevamente, alejando mi mano de aquel lugar y de mi propio cuerpo para llevar únicamente una de ellas a toma una de las suyas, misma que levante lentamente al mismo tiempo que inclinaba mi rostro para alcanzar el dorso de esta con los labios, manteniendo la mirada fija en la suya.
-Mi nombre es Shaura y seria más que complacido, si supiera tu nombre, pequeño…-
Murmure sobre la piel de su mano. Aquel quizá no era un saludo, ‘común’ para con un chico, pero mi idea era salir de la monotonía de siempre, por lo que era lo que menos me importaba; ahora mantenía esa corta distancia de su mano con mi rostro, y mis ojos no se alejaban de los suyos y en mis labios nuevamente apareció una sonrisa, esta vez, llena de requiebro.
Shaura- Cliente
Re: Smoking [libre]
—Mm…—puso un gesto pensativo. —Creo que por ahora, no escaparé de mis obligaciones.—dijo primero, evitando decir algo de más.
Con la mirada se dio el lujo de perseguir el pequeño camino que recorrió hasta quedar frente a frente, a una distancia corta de los dos. Tenerlo en frente lo dejaba visualizarlo y escucharlo mejor, sólo pudiendo mantener aquella sonrisa aún cuando continuaba hablando. Anteriormente mencionó, deseaba saber el rango que poseía en el casino como cliente. Era uno de los más altos después de todo, pero evitó mencionarlo para dejarlo para más tarde, dejar que aquella aura de misterio que normalmente lo regodeara permaneciera intacta. No diría su nombre, tampoco diría su rango. Mientras que el muchacho debió bajar el rostro, él debió levantarlo para enfocarlo mejor, aún cuando lo hizo apenas por unos pequeñísimos segundos para después fingir no estar viéndolo pero sí escuchándolo.
—No se necesitaba ser adivino para saber que venías a eso. —dijo de forma triunfante con la sonrisa todavía dibujada, borrándola después. Sin mucho problema permitió que el rostro le fuera acomodado al parecer del más alto hasta quedar encarándolo, viéndolo a los ojos como al parecer a ese cliente le agradaba que lo vieran.
Peculiar, vaya palabra para describirlo. Una sonrisa volvió a formársele sin poder evitarlo y es que bueno, era un hecho, era bastante diferente al resto de los empleados. Todos trataban de “usted” a los clientes, añadían “san” o “sama” a los nombres de cada uno de ellos y en ocasiones, se comportaban de manera demasiado forzada para ellos. Él no era así, prefería tratarlos por igual, hablarles de “tú” y dejar el nombre intacto al no añadir los dichosos sufijos al final, los cuales en algunas ocasiones le parecían tontos e infantiles, para nada adecuados con el nombre de cada cliente. Eso lo aprendió tras pasar tiempo trabajando y era lo que lo hacía distinto a los demás empleados, porque no hablar ni comportarse del modo esperado no lo hacía irrespetuoso ni faltarle el respeto al cliente, más bien lo hacía desenvolverse con más facilidad junto a quien le tocara atender ese respectivo día, volviendo todo más ameno y divertido.
—Siempre hay una excepción a la regla en todos los lugares. —fue su explicación a lo que el hombre encontraba tan “peculiar”. Ser llamado pequeño no era exactamente una cosa que le agradara, no porque fuera bajo de estatura, eso no era un complejo, más bien porque lo hacía sentir tal cual niño pequeño y a pesar de todo eso, lo dejó pasar y no dijo nada. Quieto y tranquilo, lo dejó incorporarse siendo más sin embargo tomado desprevenido ante la siguiente acción. Sin importar lo desprevenido, siguió con los ojos como guiaba su mano para, suponía, posar un beso sobre el dorso luego de aquella presentación tan peculiar. Quién viera diría que estaba tratando con una dama y vaya forma de presentarse tenía ese joven. Ahora que sabía el nombre tendría uno que asociarle al rostro y cada facción que presentaba.
—Mucho gusto, Shaura.—movió la cabeza en forma de un suave asentimiento, dibujando una sonrisa más notable sobre sus facciones que se mostraba más cortés, pasando a una suave, teniendo cierto toque de coquetería en ella a modo de respuesta a la que le era regalada. —Soy Hyde. — reveló primero su nombre, agregando momentos después.—Una baraja número diez.—finalizó dando el rango que presentaba en el “casino” mientras mantenía quieta su mano, no jalándola y apartándola para evitar lucir maleducado y por consiguiente, sólo permaneciendo con los ojos fijos a los contrarios, viendo desde su posición lo siguiente que podría hacer el de cabellos platas.
Con la mirada se dio el lujo de perseguir el pequeño camino que recorrió hasta quedar frente a frente, a una distancia corta de los dos. Tenerlo en frente lo dejaba visualizarlo y escucharlo mejor, sólo pudiendo mantener aquella sonrisa aún cuando continuaba hablando. Anteriormente mencionó, deseaba saber el rango que poseía en el casino como cliente. Era uno de los más altos después de todo, pero evitó mencionarlo para dejarlo para más tarde, dejar que aquella aura de misterio que normalmente lo regodeara permaneciera intacta. No diría su nombre, tampoco diría su rango. Mientras que el muchacho debió bajar el rostro, él debió levantarlo para enfocarlo mejor, aún cuando lo hizo apenas por unos pequeñísimos segundos para después fingir no estar viéndolo pero sí escuchándolo.
—No se necesitaba ser adivino para saber que venías a eso. —dijo de forma triunfante con la sonrisa todavía dibujada, borrándola después. Sin mucho problema permitió que el rostro le fuera acomodado al parecer del más alto hasta quedar encarándolo, viéndolo a los ojos como al parecer a ese cliente le agradaba que lo vieran.
Peculiar, vaya palabra para describirlo. Una sonrisa volvió a formársele sin poder evitarlo y es que bueno, era un hecho, era bastante diferente al resto de los empleados. Todos trataban de “usted” a los clientes, añadían “san” o “sama” a los nombres de cada uno de ellos y en ocasiones, se comportaban de manera demasiado forzada para ellos. Él no era así, prefería tratarlos por igual, hablarles de “tú” y dejar el nombre intacto al no añadir los dichosos sufijos al final, los cuales en algunas ocasiones le parecían tontos e infantiles, para nada adecuados con el nombre de cada cliente. Eso lo aprendió tras pasar tiempo trabajando y era lo que lo hacía distinto a los demás empleados, porque no hablar ni comportarse del modo esperado no lo hacía irrespetuoso ni faltarle el respeto al cliente, más bien lo hacía desenvolverse con más facilidad junto a quien le tocara atender ese respectivo día, volviendo todo más ameno y divertido.
—Siempre hay una excepción a la regla en todos los lugares. —fue su explicación a lo que el hombre encontraba tan “peculiar”. Ser llamado pequeño no era exactamente una cosa que le agradara, no porque fuera bajo de estatura, eso no era un complejo, más bien porque lo hacía sentir tal cual niño pequeño y a pesar de todo eso, lo dejó pasar y no dijo nada. Quieto y tranquilo, lo dejó incorporarse siendo más sin embargo tomado desprevenido ante la siguiente acción. Sin importar lo desprevenido, siguió con los ojos como guiaba su mano para, suponía, posar un beso sobre el dorso luego de aquella presentación tan peculiar. Quién viera diría que estaba tratando con una dama y vaya forma de presentarse tenía ese joven. Ahora que sabía el nombre tendría uno que asociarle al rostro y cada facción que presentaba.
—Mucho gusto, Shaura.—movió la cabeza en forma de un suave asentimiento, dibujando una sonrisa más notable sobre sus facciones que se mostraba más cortés, pasando a una suave, teniendo cierto toque de coquetería en ella a modo de respuesta a la que le era regalada. —Soy Hyde. — reveló primero su nombre, agregando momentos después.—Una baraja número diez.—finalizó dando el rango que presentaba en el “casino” mientras mantenía quieta su mano, no jalándola y apartándola para evitar lucir maleducado y por consiguiente, sólo permaneciendo con los ojos fijos a los contrarios, viendo desde su posición lo siguiente que podría hacer el de cabellos platas.
Hyde- 10 de Corazones
Re: Smoking [libre]
Con total suavidad, deje que su mano cayera de entre la mía, no sin antes dejar que mis dedos se rosaran con los suyos, en un pequeño rose con las yemas de los mismos por encima de los suyos. Ahora, tenía su nombre y rango, guardados en mi memoria, no es que memorizara los de todos los empleados, me encargaba de grabarlos por el transcurso en el que dicho empleado estuviera conmigo. Ciertamente, aquel lugar era agradable, el fresco de la noche chocaba con mi cuerpo y el aire que hacia cerca del lugar movía el cabello de ambos; además de que la poca luz que había y el lugar que había escogido este chico para esconderse era por demás beneficioso para cualquier rumbo que tomara la situación.
Sin embargo, siendo sincero conmigo mismo, no había ido a ese lugar a estar simplemente afuera, buscaba algo de distracción y quizá un buen trago.
-El gusto es mío, Hyde. Y permíteme decirte que “la excepción a la regla” aparece en muy buen momento.-
Dije refiriéndome a él y lo que hacia un momento había comentado. En si tenia razón en lo que afirmaba y eso bien me servía ya que complementaba perfectamente con tan peculiar noche. Lleve ambas manos a guardarlas en mis bolsillos y en el mismo tono en el que venia hablando desde que me había acercado a él, continúe.
-Pero bueno, ya que varios puntos quedaron claros, me atrevo a pedir el servicio por parte tuya. Pero, como una “baraja” de tu rango sabrá, esto puede ir más allá de una simple conversación. Para mí, el lugar donde me atiendan no es relevante, siempre y cuando el servicio sea de total excelencia…-
Afirme con una leve sonrisa atravesando mis labios al mismo tiempo que mantenía la mirada fija en la suya, dándole apenas un par de fugaces vistazos a su rostro antes de volver a poner los ojos sobre los suyos.
-Así que podemos seguir en tu “escondite” si así lo quieres, o me guías dentro del lugar a uno de mayor, conveniencia para ti, si es que así podría decirlo. Pero como dije, esa decisión queda en tus manos.-
Culmine mi frase sin quitar esa sonrisa de mis labios, es mas, dándole un aire un poco mas perverso como la noche así me lo transmitía, ya que de alguna manera, me interesaba el saber la decisión de aquel joven y a donde nos llevaría esta eso siempre, añadiéndole las ideas propias que pudieran darle incluso un giro mas interesante a cualquiera que fuese el camino por donde su siguiente acción nos llevaría.
Sin embargo, siendo sincero conmigo mismo, no había ido a ese lugar a estar simplemente afuera, buscaba algo de distracción y quizá un buen trago.
-El gusto es mío, Hyde. Y permíteme decirte que “la excepción a la regla” aparece en muy buen momento.-
Dije refiriéndome a él y lo que hacia un momento había comentado. En si tenia razón en lo que afirmaba y eso bien me servía ya que complementaba perfectamente con tan peculiar noche. Lleve ambas manos a guardarlas en mis bolsillos y en el mismo tono en el que venia hablando desde que me había acercado a él, continúe.
-Pero bueno, ya que varios puntos quedaron claros, me atrevo a pedir el servicio por parte tuya. Pero, como una “baraja” de tu rango sabrá, esto puede ir más allá de una simple conversación. Para mí, el lugar donde me atiendan no es relevante, siempre y cuando el servicio sea de total excelencia…-
Afirme con una leve sonrisa atravesando mis labios al mismo tiempo que mantenía la mirada fija en la suya, dándole apenas un par de fugaces vistazos a su rostro antes de volver a poner los ojos sobre los suyos.
-Así que podemos seguir en tu “escondite” si así lo quieres, o me guías dentro del lugar a uno de mayor, conveniencia para ti, si es que así podría decirlo. Pero como dije, esa decisión queda en tus manos.-
Culmine mi frase sin quitar esa sonrisa de mis labios, es mas, dándole un aire un poco mas perverso como la noche así me lo transmitía, ya que de alguna manera, me interesaba el saber la decisión de aquel joven y a donde nos llevaría esta eso siempre, añadiéndole las ideas propias que pudieran darle incluso un giro mas interesante a cualquiera que fuese el camino por donde su siguiente acción nos llevaría.
Shaura- Cliente
Re: Smoking [libre]
Dejó que su mano, un tanto más pequeña a diferencia de la ajena, se deslizara entre los largos dedos del joven hasta que quedara libre, oportunidad que aprovechó para acercarla a sí y evitar que fuera tomada de nueva cuenta. No le molestaba el contacto, después de todo estaba acostumbrado a él, pero por ahora prefería mantener la mano justo donde la había colocado. Sus labios esbozaron una sonrisa ante tan forma de “halagarlo”, alegando que aparecía en el mejor momento y es que por supuesto, cualquier empleado aparecía en el mejor de los momentos cuando querías despejar la mente de todo lo que tratara sobre el trabajo. Lo que lo hizo en sí, sonreír internamente, fue escuchar como pedía los servicios que como empleado, debería darle.
—Sé, Shaura, que esto puede ir más allá de una conversación. —dejó claro con la misma leve sonrisa que el cliente le proporcionaba. No era tonto, en lo absoluto, y llevaba tiempo trabajando en un lugar como ese. Por esa misma razón, sabía que todo podía ir “más allá de una conversación”. Le gustó el hecho de que fuera él quien pudiera escoger el lugar donde ir o quedarse en aquel escondite.
Vamos, si era sincero, ¿a quién le parecería un servicio de excelencia quedarse en ese lugar, afuera, con el frío nocturno? A nadie. Todos la pasaban muy bien adentro y él no tenía entre los planes que su ahora cliente tuviera un servicio a las afuera del Imperial Riot. Casi siempre cuando los hombres con las pintas de Shaura iban a visitar el casino, iban, además del “servicio” ya bastante conocido, por un buen trago y despejar la mente. La experiencia lo decía por lo que con una sonrisa cargada con un pequeño toque de picardía, logró alejarse del más alto y dar unos pasos que denotaban la dirección que tomarían: el interior del casino.
—No creo que una esquina fría sea un buen lugar para atender a un cliente. —lo llamó con su dedo índice. —Vamos, apuesto que a dónde iremos te gustará. —y sin decir más, emprendió una marcha al interior del casino esperando que lo siguiera.
—Sé, Shaura, que esto puede ir más allá de una conversación. —dejó claro con la misma leve sonrisa que el cliente le proporcionaba. No era tonto, en lo absoluto, y llevaba tiempo trabajando en un lugar como ese. Por esa misma razón, sabía que todo podía ir “más allá de una conversación”. Le gustó el hecho de que fuera él quien pudiera escoger el lugar donde ir o quedarse en aquel escondite.
Vamos, si era sincero, ¿a quién le parecería un servicio de excelencia quedarse en ese lugar, afuera, con el frío nocturno? A nadie. Todos la pasaban muy bien adentro y él no tenía entre los planes que su ahora cliente tuviera un servicio a las afuera del Imperial Riot. Casi siempre cuando los hombres con las pintas de Shaura iban a visitar el casino, iban, además del “servicio” ya bastante conocido, por un buen trago y despejar la mente. La experiencia lo decía por lo que con una sonrisa cargada con un pequeño toque de picardía, logró alejarse del más alto y dar unos pasos que denotaban la dirección que tomarían: el interior del casino.
—No creo que una esquina fría sea un buen lugar para atender a un cliente. —lo llamó con su dedo índice. —Vamos, apuesto que a dónde iremos te gustará. —y sin decir más, emprendió una marcha al interior del casino esperando que lo siguiera.
Hyde- 10 de Corazones
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